Opinión | Crónica Política

El informe

Está visto que, en ocasiones –demasiadas, en opinión de quien la expone– son los propios representantes de la ciudadanía gallega quienes olvidan los intereses generales en aras de los particulares de sus respectivos partidos. Uno de los ejemplos que respaldan la tesis es el de la polémica acerca de lo que el Gobierno central y sus socios buscan para intentar que no sea preciso repetir las elecciones autonómicas catalanas. Y, como casi todo el conjunto de España sospecha, el modo de lograrlo es poner (mucho) dinero sobre la mesa de negociación.

El problema clave es que se trata de recursos públicos en favor de una causa particular, que es la conveniencia del señor Sánchez y sus socios. Desde luego, Moncloa niega la mayor y para justificar lo que hace retuerce algunos conceptos. Por ejemplo el de “singularidad”, término que trata de ocultar la realidad: que el PSOE pagaría miles de millones de euros –aunque la cifra varía en función de quienes participan en la subasta– a los partidos catalanes que apoyen al señor Illa como presidente de la Generalitat.

La cuestión es que en este caso no cuenta el invento de la “mayoría social” y por tanto hay que sacar de la chistera otro conejo: lo de la singularidad. Que, con la ministra de Hacienda como intérprete principal apoyada por el orfeón monclovita, pretende explicar lo inexplicable: que la idea del Gobierno no supone privilegio para Cataluña ni, en consecuencia, perjuicios al resto de las autonomías, ni tampoco implica daño al concepto de solidaridad, esencial en la Constitución.

(O peor aún: que aquí ese principio sea aplicable al separatismo, pero no para la gran mayoría que no lo es. Un planteamiento gubernamental que resultaría inaplicable en cualquier otro país y que tiene alternativas, una de ellas elaborada por especialistas ilustres, como el gallego don Santiago Lago Peñas, del Foro Económico. Que colaboró en un informe solicitado por un presidente Sánchez recién llegado al puesto tras una moción de censura. Y que apenas se conoció y no se aplicó. Por ahora.)

La polémica actual sobre la singularidad repone la importancia de una cuestión que el propio Sánchez calificó en su discurso de investidura como “muy difícil” a la vez que anunciaba para otra legislatura, lo que no se hizo aún. Y parece que este momento es adecuado para que el Foro Económico de Galicia dé a conocer no sólo su punto de vista, sino que contribuya a opinar e informar a la ciudadanía cuál es la realidad. Es decir, ejercer la pedagogía que haga inteligible incluso lo que parece imposible.

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