La crisis demográfica se agrava en la comarca con dos muertes por cada nacimiento

En 2023 fallecieron 793 vecinos de O Morrazo y apenas nacieron 364, el menor dato desde que hay estadísticas | Los decesos superan a los alumbramientos por 13º año consecutivo

Vecinos caminando por el cementerio de Cangas.

Vecinos caminando por el cementerio de Cangas. / GONZALO NÚÑEZ

La crisis demográfica que sufre Galicia se deja sentir con fuerza en O Morrazo, todo ello a pesar de tratarse de una comarca muy urbanizada y enmarcada entre Vigo y Pontevedra, dos de las siete ciudades gallegas. Y es que según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) sobre el movimiento natural de la población provisional durante el año 2023, la comarca acumula ya 13 años consecutivos con más fallecimientos que nacimientos y, si bien las muertes fueron ligeramente inferiores a las de los últimos dos años, la brecha entre ambos datos es cada vez mayor, hasta el punto de que ya fallecen más de dos vecinos por cada nuevo alumbramiento.

En concreto los datos oficiales del 2023 recogieron 793 muertes por 364 nacimientos. En el año 2022 las muertes habían alcanzado las 870 que hasta el momento es el récord desde que se recogen datos. En el ejercicio 2021, todavía afectados por la pandemia de COVID-19, habían fallecido 823 morracenses.

La cifra de nacimientos, por su parte, vuelve a ser la más baja de la serie histórica y cae de forma sensible año tras año. En 2022 nacieron 422 nuevos morracenses por lo que este año los alumbramientos cayeron en 58 en un año.

Por municipios en Cangas murieron 255 vecinos el último año y apenas nacieron 98. En Marín enterraron a 240 personas a lo largo del 2023 y nacieron 113. Por su parte, murieron el pasado año 169 moañeses en una villa en la que solo nacieron 94 personas. En lo que respecta a Bueu, suma 129 fallecimientos y apenas 59 nuevos vecinos nacidos.

Más de un millar de vecinos superan ya los 90 años de edad, una cifra récord

En Cangas y en Marín, al igual que en el conjunto de la comarca, son ya 13 los años seguidos de crecimiento natural negativo. Moaña, por su parte, había detenido esta sangría tanto en 2012 como en 2014. Esta villa se vio beneficiada en esos años por su crecimiento urbanístico y la atracción de parejas jóvenes desde Vigo, que se fue dando paulatinamente desde la apertura del Corredor do Morrazo, convertido ahora en una autovía.

Esta pérdida natural de población queda mitigada en parte por el asentamiento de personas llegadas de otras zonas de España o incluso extranjeros. Eso sí, la capacidad de atracción de talento foráneo es pequeña en la comarca, demostrando los problemas que tiene una economía excesivamente dependiente de los servicios y el turismo. Así, apenas tres de cada 100 vecinos de la comarca tienen nacionalidad extranjera, siendo las mujeres la mayoría.

Esta inmigración tan contenida, además, se cifra en un año en el que en todo el Estado se batieron récords en 2023 con un 13,4% de extranjeros, el porcentaje más alto desde que se recogen los datos.

Los matrimonios crecen hasta los 307 registrados en el último año

Sin embargo, la noticia esperanzadora de cara al futuro es que el número de matrimonios creció de forma significativa en el 2023, con 307 nuevas parejas adquiriendo este compromiso. De ellas 94 son vecinas de Cangas, 87 de Marín, 65 de Moaña y 61 de Bueu. El año anterior se habían casado 276 parejas de la comarca y en el 2021 apenas hicieron lo propio 222. El crecimiento del pasado ejercicio es llamativo, porque hace una década, por ejemplo, la media era de 284 matrimonios por año.

Más mayores

El envejecimiento poblacional de la comarca parte de que cada vez hay menos nacimientos. Sin embargo la parte positiva es que los morracenses cada vez viven más años, hasta el punto de establecerse constantemente nuevos récords. Así, en el 2023 había 1.027 mayores de 90 años, superándose por primera vez el millar de vecinos que alcanzan o rondan el siglo de vida.

Eso sí, la esperanza de vida de las mujeres es mucho mayor y entre los que suman más de nueve décadas de vida hay solo 306 varones y hasta 721 mujeres.

La pérdida de población por el crecimiento vegetativo negativo es clara. Y es que el pasado año se cerró con 82.242 personas empadronadas entre Bueu, Cangas, Marín y Moaña. Esto implica 1.003 residentes menos que en la misma estadística del 2011.

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