Entrevista | Joaquín Casal Rubio Jefe de Oncología médica del Chuvi

“La Oncología Médica de Vigo no puede tener menos facultativos que Ourense o Lugo”

El doctor, que se jubila tras 41 años, introdujo la especialidad en el Meixoeiro | “El del Chuvi es el servicio más eficiente del Sergas”

El doctor Joaquín Casal.

El doctor Joaquín Casal. / Marta G. Brea

Tras especializarse en la Fundación Jiménez Días y reunir todos los tratamientos de quimioterapia del Ramón y Cajal en su nuevo servicio de Oncología Médica, sacó el número 1 en las oposiciones gallegas del Insalud, para regresar a casa. Con dos compañeros de Oncología Radioteápica, apostaron por crear en el Meixoeiro una novedosa sección de Oncología Médica. “Teníamos una visión multidisciplinar”, cuenta y destaca que defendían que “el paciente oncológico donde mejor está cuidado es en su domicilio, arropado por su familia”, pero con el soporte necesario a través de una unidad de cuidados paliativos. En el 2000 se convirtió en su jefe de sección y en 2015, coincidiendo con el difícil aterrizaje en el Cunqueiro, le tocó fusionarlo con el del Xeral. Hoy se siente orgulloso de lo conseguido. Tras 41 años, el martes cuelga la bata.

–¿Por qué escogió esta especialidad?

–La razón inicial fue que, dentro de las especialidades médicas, era la más reciente y novedosa. Apenas llevaban 5 años formando especialistas. Desde el punto de vista práctico, sería más factible desarrollar la labor de cuidados y ayuda a los pacientes al carecer de especialistas. Además, en los 80, el cáncer ya se vislumbraba como una epidemia creciente.

–¿Cómo era la especialidad cuando empezó?

–Era una especialidad médica muy básica que estaba amparada en la Medicina Interna para aplicar sus conocimientos a los cuidados del enfermo con cáncer y ofrecerle posibles tratamientos. En aquellos años, superada la fase inicial de la cirugía, solo contábamos con la quimioterapia y la radioterapia, aunque ya se empezaban a desarrollar tratamientos orales hormonales, el Tamoxifeno para el cáncer de mama, un verdadero hito de la especialidad, pues fue el primer tratamiento dirigido especifico, lo que hoy tiene el nombre de Oncología de precisión.

–¿Cómo ha cambiado en estos años?

–Como no podía ser de otra manera, gracias al estudio y el conocimiento de la biología del cáncer: cómo se inicia, cómo se desarrolla, cómo se produce la diseminación a distancia (metástasis) y su estructura celular y molecular. Este conocimiento ha producido un desarrollo creciente de nuevos tratamientos innovadores, más específicos y dirigidos, como la Inmunoterapia o los que van contra alteraciones moleculares. Han supuesto un avance no solo en porcentajes de curación, por encima del 55%, sino también y más importante, en aumento de cantidad y calidad de vida. Han conseguido que los pacientes con cáncer no solo vivan más, sino también mejor.

–¿Qué ha sido lo más difícil como jefe de servicio?

–Sin duda la unificación de las dos secciones de Oncología Médica [la del Xeral y la del Meixoeiro], con identidades, formas de trabajar y metodologías diferentes. Busqué conformar un equipo uniforme, que trabajara en la misma dirección con el fin de conseguir la mejor atención. Coincidió con el aterrizaje prematuro y forzoso –, había elecciones generales a la vista– en el nuevo Hospital Álvaro Cunqueiro, lo que dio una mayor complejidad y dificultad al empeño.

Ya con perspectiva, creo que el resultado ha sido satisfactorio porque tuve la suerte de contar con unos magníficos profesionales, implicados desde el primer minuto en el proyecto para poner las bases de un servicio de Oncología Médica del siglo XXI, que no envidie a ningún otro del territorio nacional. Sin ellos y su esfuerzo, no hubiera sido posible.

–¿De qué se siente más orgulloso?

–Desde el punto de vista personal, de los 41 años de ejercicio profesional dedicados casi exclusivamente al cuidado del paciente con cáncer, ofreciéndole lo mejor para que pudiera vivir más y mejor. Lo ingrato, es que, muchas veces, no ha sido exitosa la tarea. Desde el punto de vista de gestor, me siento orgulloso de poner las bases, primero, en el Meixoeiro de cómo debería ser la atención oncológica moderna y, segundo, en el servicio actual, que es de primer nivel y tiene sus tres pilares en pleno desarrollo y funcionamiento: la asistencia –con 13 adjuntos y cuatro residentes–, la docencia –con una profesora asociada, dos tutores de residentes y 13 colaboradores docentes– y la investigación –liderada Mónica Martínez, con un contrato del Instituto Carlos III, y con tres coordinadores científicos de ensayos clínicos–. Además, el servicio es el más eficiente de todo el Sergas, muy por delante de Santiago y A Coruña, hospitales de similar nivel. Desde el punto de vista general, me siento orgulloso de haber peleado siempre por y para la sanidad pública, para que siga siendo un pilar básico y bien común para todos los gallegos, cuestión que a veces no tienen clara los dirigentes políticos con sus decisiones.

–¿Qué desafíos tiene ahora por delante el servicio del Chuvi?

–El de seguir mejorando y aumentando la oferta asistencial, incluida la atención en el hospital de día. Para ello es imprescindible que por fin se construya y ponga en marcha el hospital de día de Medicina Interna, para descargar el saturado actual, y que se aumente la oferta docente acogiendo en 2025 la formación de dos MIR, además de una segunda profesora asociada. Y que haya nuevos trabajos de investigación que abarquen más patologías, porque hoy solo están desarrolladas en las áreas de pulmón, renal y digestivo.

Pero para ello es necesario que la Gerencia y la Dirección asistencial corrijan el déficit de recursos humanos y nos ponga al nivel de otras áreas de primer nivel, como Santiago y A Coruña. La Oncología Médica de Vigo, con nuestra población y volumen asistencial creciente, no puede seguir teniendo menos facultativos que las áreas de Lugo y Ourense.

De todos modos, el mayor desafío a medio plazo, lo enmarco en el que creo es el reto más importante para todo el área y el Sergas que es cómo incorporar e integrar a Povisa en el sistema de forma real, pues no deja de ser un hándicap para el desarrollo asistencial, docente y de investigación la captura poblacional que conlleva este concierto perpetuo. Supone estar en inferioridad de condiciones con respecto a los hospitales de Santiago y A Coruña. De un servicio común con uniformidad de criterios, tratamientos, líneas de investigación, etc, se beneficiarían todos los pacientes oncológicos del área.

–¿Cómo es el aumento de la demanda y cómo absorberla?

–Dando solo algún dato, desde el 2015 los nuevos pacientes de la parte ambulatoria han crecido en más de un 25%, un 30% en consultas sucesivas –tratamientos y revisiones– y más de un 40% en hospitalización. Este crecimiento no se ha correspondido con el mismo en recursos humanos y estructurales, ya de inicio deficitarios.

Además, se han puesto en marcha 15 comités de tumores multidisciplinares, se han puesto a disposición de los pacientes del área más de 100 ensayos clínicos en las patologías más frecuentes, múltiples estudios de investigación, incluidos proyectos FISS... No se puede seguir haciendo más con lo mismo.

–¿Qué ambiciones debería tener el servicio en cuanto a tratamientos y técnicas?

–La Oncología Médica, es una especialidad carente de técnicas propias orientadas al tratamiento del paciente. Eso no quiere decir que no participe y colabore en técnicas de vanguardia como son la Hipec [quimioterapia directamente en la cavidad abdominal tras cirugía radical dentro del mismo quirófano] y las CAR-T cell, recién incorporadas en el hospital para pacientes oncológicos. En cuanto a tratamientos, hay que seguir en la innovación de los mismos en todas las patologías y participar en los ensayos clínicos nacionales e internacionales que aportan nuevos y mejores tratamientos para nuestros pacientes.

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