Una línea rosa hasta las nuevas terapias

Hematología del Cunqueiro cuenta con un nuevo espacio de consultas por el aumento de los trasplantes de médula y la implantación de los nuevos tratamientos celulares

Desde la izq., los enfermeros Carmen Quintela 
y Fran Román y los hematólogos Ana Santamaría, 
Carmen Albo y Agustín Nieto.  // Alba Villar

Desde la izq., los enfermeros Carmen Quintela y Fran Román y los hematólogos Ana Santamaría, Carmen Albo y Agustín Nieto. // Alba Villar / A. Blasco

Por el suelo de la planta de consultas externas del Hospital Álvaro Cunqueiro discurre una nueva línea. Una de color rosa que dirige a los pacientes al nuevo espacio específico con el que cuenta el Servicio de Hematología para atender en consulta a los pacientes que recibirán trasplantes de médula o nuevos tratamientos de terapia celular avanzada. Y es que los primeros han crecido mucho y los segundos, que se incorporaron recientemente, se espera que crezcan de forma exponencial.

La jefa del servicio, la doctora Carmen Albo, calcula que reciben unos 80 nuevos pacientes al año, a lo que se suman las revisiones de unos usuarios con alta frecuentación. Antes compartían hospital de día con Oncología, pero consideraron que al ser cada vez más y por su inmunosupresión, se beneficiarían de un espacio propio.

¿Y por qué cada vez tienen más pacientes? Cada vez hay más patología. Los casos de linfoma y mieloma han aumentado en un 15% y las leucemias, algo menos. En parte, por el aumento de la longevidad y el mejor estado en el que se llega a edades más avanzadas. También por la cada vez mayor supervivencia al cáncer. El tratamiento previo de un tumor aumenta en un porcentaje las posibilidades de sufrir otro. Y también tienen más consultas de usuarios porque el abanico de tratamientos es mayor, al incorporar recientemente las terapias avanzadas.

VIGO, CUNQUEIRO. REPORTAJE SOBRE NUEVOS TRATAMIENTOS EN HEMATOLOGIA

Equipo de terapias celulares de Hematología / Alba Villar

CAR-T

Desde 2021 disponen de los medicamentos CAR-T, que refuerzan el propio sistema inmunológico para luchar contra el tumor. ¿Cómo? Se extraen los linfocitos T de la sangre del paciente, se “arman” en el laboratorio –con el gen de un receptor especial– y se vuelven a inyectar en el cuerpo para que combatan las células cancerosas. Es una opción curativa en linfoma. Requiere un ingreso con aislamiento –acompañado de una persona– de entre 14 y 28 días.

En ese primer año, Hematología del Cunqueiro hizo uno de estos tratamientos. En 2022 –cuando solo tenían aprobado el de una casa comercial– llevaron a cabo tres. En este ejercicio que concluye –en el que ya disponen de dos tipos–, solicitaron la producción de seis, aunque solo llegaron a usar cinco, porque el tratamiento previo en uno de los pacientes no funcionó. En total, llevan nueve y ya tienen preparados otros tres para el inicio de 2024.

La doctora Albo espera que crezca el número de tratamientos, entre otras cosas, porque se espera que aumente el número de indicaciones. Hasta ahora solo se usaba para linfoma difuso y se ha abierto la puerta también a linfoma del manto y a mieloma.

Anticuerpos biespecíficos

Además, este año han estrenado los anticuerpos biespecíficos para linfoma y mieloma. Es un tratamiento que refuerza el sistema inmunitario del paciente al suministrarle unos anticuerpos que se dirigen tanto hacia las células cancerosas como a los linfocitos T haciendo que ambas se acerquen y las segundas puedan eliminar a las primeras. Llevan doce pacientes.

Su aplicación es más sencilla, porque no hay que extraer células del paciente para manipularlas en el laboratorio pero, si funciona, es necesario repetirlo cada mes. Es preciso un ingreso en las dos o tres primeras veces, pero de unas 72 horas y sin aislamiento.

¿Y de qué depende que pongan uno u otro? Por muchos motivos. Si es necesario que el tratamiento sea rápido o no; si el paciente tiene linfocitos suficientes para extraerlos; las indicaciones; las comorbilidades...

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