Vigo envejece a marchas forzadas: cierra el año con menos nacimientos en toda su historia

La natalidad se desploma en la ciudad: en 2023 hubo únicamente 1.576 alumbramientos de niños que se acabaron censando en la ciudad

Alarma por el saldo vegetativo: las defunciones doblan a los nuevos bebés

Familias con niños disfrutan del buen tiempo en O Castro

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Vigo vive la que ya es su peor crisis demográfica en toda su historia. Y no es una hipérbole, sino que esa sentencia viene avalada por el mero dato. El año pasado en el Cunqueiro se vivieron únicamente 2.897 nacimientos, bajando por primera vez de los 3.000. Pero lo más preocupante además es que solo 1.564 (paridad total: 782 niños y 782 niñas) fueron bebés que se acabaron censando en la ciudad, sumando los partos del Chuvi y de la sanidad privada. Nunca había habido una cifra tan baja de alumbramientos de niños que serían empadronados en Vigo, es decir, de familias que residen en la urbe olívica. El dato no ha parado de bajar en las cinco últimas décadas. En el año 1975 hubo en Vigo 5.257 mujeres que dieron a luz, más del triple que en 2023.

El descenso es especialmente pronunciado desde 1985, y las sucesivas crisis económicas que se han cebado especialmente con los jóvenes y los cambios en los modelos de familia han derivado en que actualmente los nacimientos en Vigo estén en cifras residuales en comparación con mediados del siglo pasado. Estos datos publicados por el Instituto Galego de Estatística (IGE) basados en el padrón municipal han desatado todas las alarmas en términos demográficos en Vigo.

Esas cifras y el aumento considerable de la esperanza de vida están provocando un auténtico acelerón en el envejecimiento poblacional. Y es que en la ciudad además hay más de 10.000 vigueses que superan los 85 años. Por poner un poco en perspectiva este dato, a finales del siglo pasado este guarismo no llegaba a 4.000. El número de mujeres de este tramo de edad en Vigo prácticamente duplica al de hombres, lo que confirma también la percepción y la tendencia sociológica de una mayor esperanza de vida femenina. Una diferencia entre ambos sexos que se ha ido agrandando progresivamente con el paso de los años.

El saldo vegetativo, el principal indicador que marca el invierno demográfico, también está en registros históricos negativos. Porque mientras el año pasado nacieron esos 1.564 nuevos vigueses, 3.003 murieron , casi el doble. Es decir, los niños que nacen no cubren en absoluto a todos aquellos que fallecen. Afortunadamente, el hecho de que Vigo se sitúe en torno a los 300.000 habitantes se explica gracias a la inmigración, que está salvando las desastrosas cifras de natalidad que se viven en la ciudad y el desplome del saldo vegetativo.

Y es que la ciudad olívica se ha convertido con el paso de los años en uno de los territorios más atractivos para los extranjeros. Y todavía más desde que la pandemia llegó a su fin. Prueba de ello es que, desde 2020, la población foránea en la ciudad ha crecido de forma imparable, especialmente por el músculo económico que ha demostrado la urbe para recuperarse de la parálisis causada por el COVID. Sin ir más lejos, según el IGE, a finales de 2023 los inmigrantes ya suponían un 6,45% del total de la población que reside en Vigo, un porcentaje que no se había alcanzado desde que se tienen registros oficiales. Son ya más de 19.000 personas las que han nacido en un país extranjero y que han apostado por establecerse en la mayor ciudad de Galicia. Pero no solo eso: si uno se fija en el saldo migratorio, esto es, la diferencia entre personas que se han ido e inmigrantes, los segundos superan en mucho a los primeros, concretamente en 3.245 personas. Es decir, hay muchos más ciudadanos que apuestan por venir a establecerse en este territorio que los que deciden irse a vivir a otros lugares.

CLAVES

  1. Paridad en los bebés: 782 niños y 782 niñas

    En los alumbramientos de bebés censados en Vigo el año pasado se da un dato curioso: hubo la misma cifra de niños que de niñas: 782.

  2. Más de 10.000 vecinos superan los 85 años

    Prueba del envejecimiento de la población es que son ya más de 10.000 vigueses los que actualmente superan la edad de 85 años.

  3. La inmigración equilibra la balanza

    La llegada de extranjeros que buscan establecerse en Vigo está en máximos históricos y permite equilibrar la balanza demográfica.

Además de los extranjeros, hay que tener en cuenta que Vigo está ganando una importante población procedente de otros puntos de Galicia, representando a más de un 3% de las personas que residen en la urbe. La gran mayoría llega a la ciudad olívica procedente de otros municipios de la provincia de Pontevedra, y unos 1.200 concretamente desde concellos del entorno. Esta migración interior se debe en su mayoría a motivos laborales: Vigo focaliza la gran mayoría de oportunidades de trabajo para personas naturales de comarcas como O Morrazo o Val Miñor.

La clave para entender el desplome de la natalidad hay que buscarla en que hay cada vez más mujeres y parejas que apuestan por llevar una vida sin hijos y, en otros casos, simplemente no tienen la seguridad económica o la estabilidad laboral necesaria para ser padres. Habrá que estar atentos a si las distintas políticas en favor de la natalidad de la Xunta (como la Tarxeta Benvida), animan los nacimientos o siguen a la baja en los próximos años.

La pirámide demográfica se estrecha por abajo

¿Y qué sucede con los jóvenes de Vigo? La pirámide demográfica actual de la ciudad se estrecha por abajo y se engorda cada vez más por arriba, mientras que se mantiene en las edades medias. Es una tendencia que marcan los países desarrollados y que no parece que vaya a cambiar a medio plazo. Y toda esta mezcla hace que cada vez haya menos chavales. Porque Vigo también tiene la cifra más baja de toda su historia de menores de 16 años: 38.997, casi 5.000 menos que hace apenas dos décadas. Son los últimos datos que ofrecen los institutos de estadística. La conclusión evidente es que cada vez hay menos población joven en Vigo y sí más personas mayores, pues por ejemplo en los últimos años se han registrado picos continuos de vigueses que han superado los cien años.

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