La Navidad viguesa: una fiesta con base histórica, familiar y cultural

El cronista de Vigo, obispo, alcalde y gerente de los hosteleros loan la evolución y arraigo del evento en el foro

Por la izquierda, Quinteiro Fiuza, Caballero, Carballido y De Blas, ayer en Príncipe.

Por la izquierda, Quinteiro Fiuza, Caballero, Carballido y De Blas, ayer en Príncipe. / Ricardo Grobas

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

A pesar de que el fenómeno de las luces de Navidad en Vigo es reciente si lo vemos desde una perspectiva global o de masas, sus raíces están arraigadas en la ciudad, su propia historia y las familias hasta un punto que difícilmente imaginaríamos en medio del festival de atracciones, turistas y adornos vivido este año en las calles del centro. Bajo el lema “Vigo y la Navidad. Tradición y Progreso” el Concello y FARO DE VIGO analizaron con los distintos estamentos de la ciudad la evolución e impacto de estas fiestas. Moderado por la periodista del decano Sandra Penelas, el coloquio celebrado en el salón de actos del MARCO sirvió como epílogo del libro Vigo y la Navidad. Del blanco y negro al color escrito por Ceferino de Blas, presentado hace un mes y aún a la venta para todo aquel que quiera adquirirlo.

El cronista oficial de la ciudad volvió a realizar un repaso histórico de este evento, situando en el siglo XV las primeras manifestaciones del mismo con el tímpano de la catedral de Tui y los mosaicos presentes en la iglesia de Castrelos. Sin embargo, fue el auge industrial y social vivido a finales del S. XIX –relatado a través de las páginas del decano de la prensa nacional– el que impulsó definitivamente estas celebraciones, saliendo por primera vez a las calles en 1857 con un anuncio de unos turrones navideños de una confitería situada en la actual Praza da Constitución. Y si hoy en día son centenares los vecinos del área metropolitana los que acuden a ver las luces, en aquella época eran los protagonistas de poner banda sonora mediante las habituales murgas callejeras, siendo las procedentes de Cangas do Morrazo las más habituales.

Sandra Penelas, Beatriz Carbaleira, Abel Caballeira, Luis Quinteiro y Ceferino de Blas durante el coloquio organizado en el MARCO.   | FOTOS: RICARDO GROBAS

Sandra Penelas, Beatriz Carballido, Abel Caballeira, Luis Quinteiro y Ceferino de Blas durante el coloquio organizado en el MARCO. / Ricardo Grobas

E igual que la presencia de los trabajadores de los cables submarinos de telecomunicaciones fueron claves para que el fútbol llegara a Vigo hace más de 130 años; fueron los ingleses los que comenzaron a popularizar los árboles de Navidad y las fiestas familiares en estas fechas; tomando el testigo los comerciantes del centro, que a petición de varias señoras de la ciudad, los llenarían de juguetes para los niños. Por otra parte, los alemanes serían los encargados de “importar” a un Papá Noel que ya hizo fortuna en la ciudad hace un siglo. Y si el Puerto fue clave en la emigración y la llegada de nuevas influencias culturales y arquitectónicas, esta puerta hacia el Atlántico también trajo consigo la primera Cabalgata de los Reyes Magos en 1929. Fue de la mano de la Asociación de la Prensa en la ciudad después de que el año anterior uno de sus miembros descubriera estos desfiles en Buenos Aires. Las fiestas de Nochevieja en el cine Tamberlick darían el pistoletazo de salida a los cotillones con las doce uvas de la suerte y, ya en la posguerra, los comercios se afanaban con la poca luz eléctrica para decorar las calles antes de que fueran los millones de LEDs los encargados de iluminarlas.

Esta tradición, aumentada año a año en cada familia y empresa de la ciudad, la conoce bien Beatriz Carballido. Forma parte de la tercera generación de hosteleros, por lo que para ella siempre ha sido una época de “mucho trabajo”. Sin embargo, si antes este se concentraba en la restauración y días “puntuales”, cree el cambio de paradigma ha llegado con los períodos más largos y la priorización del alojamiento.

“El primer árbol de Navidad lo trajeron los del Cable Inglés y Papá Noel, los del Alemán”

Ceferino de Blas - Cronista oficial de la ciudad

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La gerente de Federación Provincial de Empresarios de Hostelería de Pontevedra (FEPROHOS) recordaba sus períodos de juventud cuando, estudiando fuera, la Navidad era el lugar y tiempo de reencuentro en la ciudad de origen; algo que ahora se ha podido trasladar a todo el mundo gracias a la oferta hotelera. “En el año 2000 estábamos en el 20% de ocupación y ahora superamos el 90% en la ciudad y todo el área” señalaba para poner cifras al impacto actual. A ello hay que sumar los puntos de restauración que han pasado de algo menos de 500 restaurantes a dos millares de cafeterías y puestos de venta como los del mercado que, según ella, “lejos de incordiar con más competencia han sido un acierto” para complementar la oferta existente.

Fiesta del arte y espíritu

Sin embargo, y a pesar de haberse convertido en una fiesta universal no se puede pasar por alto su raíz religiosa “entorno al misterio maravilloso” que representa. Para monseñor Luis Quinteiro Fiuza, estas fechas que han sido fuente de inspiración para todos los grandes maestros de la pintura son un vivo ejemplo de “ternura y plasticidad” ya que la humanidad ha seguido identificándose con el nacimiento de Jesús. Obras como los poemas de Lope de Vega o el tímpano gótico “de potencia extraordinaria” en la catedral tudense elaborado por artesanos franceses son muestras de ello, aunque él prefirió contextualizar la recuperación de la misma en la ciudad en la última década.

“En el año 2000 estábamos al 20% de ocupación, ahora al 90% en Vigo y el área”

Beatriz Carballido - Gerente de Feprohos

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El obispo de la diócesis de Tui-Vigo recordó que hasta entonces estaba “no muriendo pero sí socialmente decaída”, quedando atrás los años en los que todas las villas se engalanaban con un letrero que deseaba “Feliz Navidad” . Sin embargo, el caso olívico “lo renovó todo y algún día se verá en una perspectiva de cambio histórico” bajo su criterio, ya que su capacidad de atracción ha hecho que se celebre de nuevo con familias y niños en las calles. “Es como vivir de nuevo la fiesta mayor de cada pueblo” señalaba en medio de una ovación de los presentes en el Museo de Arte Contemporáneo.

“Vienen las familias con los niños, es como vivir de nuevo la fiesta mayor de los pueblos"

Monseñor Luis Quinteiro Fiuza - Obispo de Vigo-Tui

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Entre el público se encontraban el concejal de Fiestas Especiales y principal gestor de las navidades viguesas, Ángel Rivas, así como el edil de Cultura, Abel Losada. En el exterior, centenares de personas paseaban por la principal arteria comercial de Galicia. Algunas, buscando un lugar donde cenar o iniciar una noche de fiesta. Otras, volviendo a abrazar de nuevo a sus seres queridos o visitar el Belén de Casa das Artes –que suma más de 75.000 visitas este año– a una semana de Nochebuena. Es la amalgama de la Navidad de Vigo, una historia que los vigueses y los que a ella acuden continúan escribiendo día a día y año a año. Igual que durante el último siglo... y por muchos años más.

Abel Caballero.

Abel Caballero. / Ricardo Grobas

Caballero celebra el “fenómeno sociológico y necesidad política” de la Navidad

El regidor agradece la contribución ciudadana con nuevas ideas

El encargado de cerrar el coloquio fue el alcalde de la ciudad, quien sintetizó todas las posturas anteriores a través de su experiencia personal y política desde que hace una década decidieron impulsarla como fiesta mayor de los vigueses. De esta forma, la Cabalgata de Reyes –evento central por el protagonismo de los niños– cedió el testigo a dos meses de actividades, convirtiéndose en un fenómeno retransmitido por televisiones nacionales e internacionales desde 2019.

Abel Caballero recordó la capacidad transformadora de la Navidad en su casa de Ponteareas con sus cuatro hermanos ya que “cada vez que nace un niño es una fiesta, y pasa lo mismo con la Navidad y con mayor intensidad para los creyentes”.

Uno de los puntos en los que más incidió en el MARCO fue la contribución ciudadana cada año a la programación navideña. “Hay que seguir poniendo el oído a lo que la gente dice” señalaba recordando cómo fue una joven de 15 años la que reclamó la instalación de un Belén por parte del Concello al encontrarse al regidor por la calle. Y es que después de las figuras delante de la Colegiata llegaría el Belén de Casa das Artes, el mercado navideño, iniciativas como los viajes en taxis para los mayores de las residencias para ver las luces o las reclamaciones de vecinos porque en su calle no había adornos. Actualmente hay 450 viales con iluminación y otros 400 en lista de espera. “Lo más importante es que la Navidad nos gusta a los de Vigo” recordó citando a un vecino que, si bien celebraba el impacto en la hostelería, reivindicaba el “proyecto de cultura, de capacidad, religioso y social y de diversión” descrito por el regidor.

Sobre el impacto internacional de las luces de una ciudad de 300.000 habitantes sin tirón turístico hasta entonces, el primer edil se basó en su propia experiencia con vigueses residentes en Bali, Jordania o Suiza han sido reconocidos como vecinos de “the city of the Christmas lights”. “Antes la Navidad se identificaba con Roma y Jerusalén, ahora es con Vigo” apuntaba mientras cifraba en los 3 millones de visitantes a la ciudad y los hoteles del área metropolitana, O Grove y Sanxenxo o incluso Ourense. Y es que según Caballero, en los últimos días ha escuchado tanto portugués por las calles viguesas “como si estuviera en Portugal”, en una situación que se replicó con el catalán y acentos como el extremeño o madrileño.

En la misma línea destacó que a pesar de los cambios sociales, la Navidad y las luces decorativas se han convertido en una “necesidad política” que los electores llegan a castigar, citando casos como el “conflicto” vigente en Pontevedra por la tardanza en el encendido o la negativa inicial de Ada Colau a celebrarla en Barcelona.

Ante las críticas sobre el gasto energético en la situación actual, algo que calificó de “bobada” al costar 60.000 euros y ser el equivalente a un campo de fútbol de 30.000 espectadores, el regidor se mostró tajante asegurando que “si no hubiéramos encendido las luces en Vigo y en Europa, habría ganado Putin”. Y es que al igual que hizo en las dos ediciones anteriores marcadas por la pandemia, volvió a insistir en que “si en algún momento es importante transmitir entusiasmo y alegría, es ahora”.