Pescapuerta extiende a África su apuesta acuícola y encara “retos de futuro en óptimas condiciones”

Se suman a las granjas de Perú, aunque están aun en fase experimental

Exporta ya a 50 mercados

El "Prion".

El "Prion". / Cedida

Lara Graña

Lara Graña

Alcocero, Pescavigo Uno (ahora Capricorn), Nuevo Alcocero (el imponente Beagle, su actual denominación), Venturer... La trayectoria de Pescapuerta está en la columna vertebral de la gran industria pesquera gallega, desde la iniciativa emprendedora de José Puerta Oviedo en 1956 a la eclosión de la flota congeladora, las sociedades mixtas, la apertura a nuevos mercados o la verticalización de procesos con la comercializadora Elmar. Siempre engarzada a la familia fundadora, la compañía consolida año tras año una estrategia de crecimiento orgánico con la que acaba de marcar un hito colosal: superar los 300 millones de euros en ingresos, con 69.000 de toneladas comercializadas.

Son valores mayúsculos teniendo en cuenta el escenario en el que ha navegado el sector, como constata el director general de Pescapuerta, Javier Calles. “Estas cifras suponen un logro importante teniendo en cuenta las circunstancias complicadas de los mercados mundiales, afectados por los aumentos de costes post-COVID y los conflictos geopolíticos, lo que provocó una caída de la demanda”. En concreto, el grupo alcanzó los 305 millones de euros tras un incremento interanual en la cifra de negocio de un 6%, frente a una tendencia generalizada en el sector de retrocesos en las ventas.

Aunque, más allá de la facturación –la mitad procede casi del extranjero–, Pescapuerta habrá de marcar con tinta indeleble el ejercicio 2023 por otro motivo: la incursión en el segmento acuícola, como avanzó FARO, con producción propia de langostino vannamei en Tumbes (Perú) y otras especies en el continente africano, si bien en este segundo caso se trata de “proyectos todavía en fase experimental, previéndose su consolidación y crecimiento en los próximos años”. El capítulo de capex (capital expenditures) ha incluido también una partida para la ampliación del frigorífico de Frialia Logística en Mos –participado asimismo por Pereira y Profand–, con el objetivo de que la capacidad logística acompañe el crecimiento de la compañía.

Equipo de Grupo Pescapuerta, liderado por su presidente (José Puerta, tercero por la derecha), junto al "Prion" en Nodosa.

Equipo de Grupo Pescapuerta, liderado por su presidente (José Puerta, tercero por la derecha), junto al "Prion" en Nodosa. / Cedida

Eso sí, el apartado de inversiones tiene un nombre propio, Prion, el arrastrero de última generación y proa invertida encargado a Nodosa Shipyard –que también construyó el Falcon– y que le será entregado el 30 de septiembre. Son 26 pesqueros los que componen la flota de Pescapuerta y sus joint-ventures. “El grupo está altamente comprometido para conseguir que los parámetros de eficiencia y productividad de los nuevos buques se obtengan cumpliendo escrupulosamente los estándares más altos de sostenibilidad pesquera y respeto al medio ambiente, así como lograr las mejores condiciones de trabajo y de vida a bordo para la tripulación”, destaca su director general.

“Todas las actuaciones –prosigue Calles– están en línea con el crecimiento programado del grupo, crecimiento siempre de carácter orgánico, renunciando a operaciones corporativas de gran tamaño que pudieran poner en riesgo nuestra salud financiera”. Es la línea roja del capitán de la compañía, José Puerta: nada de comprar facturación, ratios saneadas, bajo endeudamiento e “independencia financiera”. Pilares que, incide la empresa, les “permitirá afrontar en óptimas condiciones los retos del futuro”. Grupo Pescapuerta emplea a unas 1.500 personas.

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