Tarifazo y parón industrial hunden el consumo eléctrico un 20% en Galicia

En 2021 ya fue la comunidad donde menos se recuperó la demanda tras el estallido de la pandemia | La producción hidroeléctrica se desploma un 65% por la falta de lluvias

Planta de Alcoa San Cibrao.

Planta de Alcoa San Cibrao. / Janet González

Julio Pérez

Julio Pérez

El pacto de Alcoa con Greenalia para el suministro de energía renovable a la única planta de aluminio primario del país cuando se reactive a partir de 2024 incluye 29 parques eólicos con una capacidad total de 924 megavatios (MW) y una inversión superior a los 1.000 millones de euros. Y probablemente no será suficiente. De hecho, tiene también dos preacuerdos de abastecimiento firmados con Endesa y Capital Energy. Cifras de vértigo porque el consumo de la multinacional también lo es. En sus buenos tiempos, todavía con la gestión de los complejos de A Coruña y Avilés, concentraba el 3% de toda la demanda de electricidad en España. Alcoa decidió parar las cubas de electrólisis a finales del pasado enero por la fuerte subida del precio de la luz, uno de los grandes quebraderos de cabeza para las electrointensivas y, en general, para la industria en un momento delicado también por el encarecimiento de las materias primas y los cuellos de botella que en el caso de Stellantis Vigo, otro gran demandante de energía en la comunidad, obligó a parar la actividad intermitentemente. Todo eso, junto con el cinturón apretado de los hogares para contener el recibo, están hundiendo el consumo de electricidad en Galicia.

Al cierre del primer cuatrimestre del año alcanzó los 4.908.000 megavatios hora (MWh), un 20% menos que en el mismo periodo del pasado 2021, según el balance que acaba de publicar el operador del transporte de la electricidad, el grupo Redeia. Galicia es, con mucha distancia sobre las demás, la autonomía donde más está bajando la demanda este año. Le siguen Cantabria, con un retroceso del 5,3%; un 4,7% en País Vasco; y el 4,4% en Asturias. Solo crece en cuatro territorios: Canarias (10,7%), Baleares (7,3%), Navarra (1,2%) y Comunidad Valenciana (0,4%). El descenso del conjunto del Estado se situó en el 2,3% hasta abril. De la demanda nacional sí hay información más actualizada. Llega hasta junio, que anotó el primer incremento interanual de todo el semestre (2,8% en el consumo bruto y un 0,4% en el neto de los efectos del calendario y las temperaturas) y amortigua el recorte acumulado en lo que va de ejercicio al 1,2%.

Galicia ya destacó por protagonizar la menor recuperación del consumo de electricidad en España tras el contundente bajón en el primer año de pandemia. Los confinamientos y las restricciones a la actividad en 2020 se comieron un 5,8% de la demanda en la comunidad y un 5,5% en todo el país. En 2021, el rebote en Galicia fue del 0,6%, mientras el incremento estatal alcanzó el 2,6%, liderado por País Vasco (6,5%), Asturias (6,1%), Navarra (4,3%) y Comunidad Valenciana (4%). Redeia recuerda en su informe del sistema eléctrico de 2021 que la prolongación de los efectos de la pandemia condicionó la recuperación de los niveles previos, especialmente a través de “las rupturas de la cadena de suministros de productos intermedios y el alza de precio de las materias primas”.

Además del notable adelgazamiento de la demanda, el balance de la electricidad en los cuatro primeros meses de este año en Galicia aflora el golpe de la sequía. La hidroeléctrica encabezó la producción entre enero y abril de 2021, pero la falta de lluvias desplomó un 65% su aportación este año. La eólica ocupa su puesto y representa un 43% del mix, a pesar de un descenso también del 17% por las mismas causas, la falta de viento. El ciclo combinado se mantiene alrededor del 16% de la generación, mientras que el encendido parcial de As Pontes multiplica por cuatro la cuota del carbón, hasta representar el 4,6%.

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El precio de la luz para los clientes que tienen tarifa regulada y, por tanto, el coste está vinculado a la evolución del mercado mayorista, el pool, sube hoy casi un 19%, hasta los 235,32 euros por megavatio hora (MWh), según el dato avanzado por el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE). El importe suma la cotización del pool como la compensación a los ciclos combinados por el tope del gas en la producción concedido por Bruselas a España y Portugal. Desde que entró en funcionamiento el 15 de junio, ambos países han tenido la luz más barata en comparación con los principales mercados europeos de su entorno.

La “excepción ibérica” siguió el camino abierto por las medidas fiscales aprobadas por el Gobierno para contener el impacto de estos precios en el recibo final de los consumidores. Durante el primer semestre de este año, la rebaja del tipo del IVA aplicado a la electricidad restó 803 millones de euros a la recaudación de la Agencia Tributaria; otros 1.009 millones en el caso del Impuesto Especial sobre la Electricidad; y 2.175 millones por la supresión del Impuesto al Valor de la Energía Eléctrica. En total, según los últimos datos del organismo, el coste roza los 4.000 millones de euros en 2022 y la pérdida de ingresos sube a 5.592 millones desde que empezaron a aplicarse.

Sin ellas, la aportación del conjunto de los Impuestos Especiales hubiera crecido casi un 20%, en lugar del 7,8% que acumulan hasta junio. El de Hidrocaburos arrastra una subida del 13,1%, aunque sigue en niveles por debajo de los ingresos prepandemia y, además, se está ralentizando. 

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