Control máximo sobre las autocaravanas: multas sin piedad a quienes acampen libremente en Arousa

Cacabelos, alcalde de O Grove: “El problema no pinta mejor este año”

En A Illa se señalizaron las zonas de aparcamiento exclusivo y se prohíbe el paso en accesos concretos

Las sanciones dan resultados muy efectivos

Autocaravanas participantes en una ruta organizada el pasado año.

Autocaravanas participantes en una ruta organizada el pasado año. / Iñaki Abella

Antonio Touriño

Antonio Touriño

Se aventura otro verano muy complicado a nivel turístico por la anarquía de autocaravanas que proliferan y se asientan en cualquier espacio sin respetar las reglas de convivencia más elementales, debido a la complejidad de establecer reglamentos y sanciones coercitivas que den resultado óptimo.

Se trata de un turismo en parte caótico pese a la existencia de asociaciones de autocaravanistas que apuestan por cumplir a rajatabla las normas establecidas para este tipo de alojamientos sobre ruedas, al existir zonas específicas tanto en cámpings como en zonas públicas habilitadas al efecto, con todos los servicios adecuados. Pese a ello, cada vez son más los que optan por ocupar el primer espacio que encuentren sin importarles siquiera si se trata de un espacio natural protegido, una duna o una simple plaza de aparcamiento junto a una paradisíaca playa de la comarca.

El alcalde de O Grove José Antonio Cacabelos asegura que la regulación de los autocaravanistas es una de sus principales preocupaciones a la hora de encarar una nueva temporada turística como la que hoy empieza por ser 1 de julio. “Hemos mantenido varias reuniones en estos meses con responsables de la Policía Local para redactar una ordenanza, pero la verdad es que nos está resultando difícil”, admite el regidor socialista.

Y es que cada año surge un problema nuevo a la hora de lidiar con este tipo de turismo, que no solo incumple alguna de las más elementales reglas de orden y convivencia al ocupar “indefinidamente” espacios de todos, sino que en muchas ocasiones provocan daños irreparables o problemas de ordenamiento municipal.

Aparcamientos privados

Precisamente en O Grove, un particular acaba de presentar un proyecto para aparcamientos de vehículos pero cuyo destino final parece orientarse más a servicios para los autocaravanistas, lo que implicaría una licencia completamente diferente y mucho más estricta, ya que requiere de servicios como el de saneamiento, electricidad y otros propios de establecimientos destinados a la hostelería.

Mano dura en A Illa

En cambio existen otros ayuntamientos como el de A Illa de Arousa que han logrado poner freno a esta forma de hacer turismo que se ha prodigado en los últimos años. El alcalde Luis Arosa asegura que los límites impuestos le han funcionado bien: “Pusimos señales verticales en las que se establecen las autorizaciones para los vehículos concretos o se prohíbe el acceso y la Policía Local actuó con determinación imponiendo multas a quienes las incumplen”, afirma con plena seguridad de que este año “también estará controlado”.

El mayor problema estaba en las playas menos concurridas, como la de Gradín “donde se instaló una señal de prohibido pasar” y recuerda que en la de O Bao existe una zona habilitada para estacionamiento de autocaravanas.

Una vez que se llena dicho espacio, los conductores de estas rulós solo pueden actuar como si de un turismo se tratara. “En estos días vimos alguna aparcada en la avenida de A Ponte, pero como si fuera cualquier otro turismo normal”, explica el regidor.

Cumplir la normativa

Arosa asegura que serán igual de rigurosos este verano, por lo que los cinco policías de plantilla vigilarán que las autocaravanas cumplan con la normativa, aunque el alcalde es consciente de que volverán a imponer numerosas sanciones a quienes osen incumplir. “En estos momentos no sé el número exacto de multas que se tramitaron la pasada campaña, pero es cierto que fueron muchas”, por lo que cuenta conque servirá de lección para quienes este año pretendan ese mismo comportamiento.

Cacabelos es más pesimista con las soluciones, si bien es cierto que la localidad tiene unas dimensiones mucho mayores y un mayor número de playas, además de que el turismo está mucho más masificado. “El de las autocaravanas es un fenómeno muy difícil de regular, por lo que se aventura otro verano bastante complicado en este sentido”, advierte.

El regidor admite que la temporada “no pinta mejor”, a pesar de que ya el año pasado han buscado formas para reducir el impacto que sobre el turismo provoca la anarquía de una parte de este colectivo que busca los mejores espacios para su propio disfrute y el de su familia o amigos.

A nadie resulta extraño observar como en playas como A Lanzada, Raeiros y otras importantes de la ría de Arousa se asientan durante semanas grupos de autocaravanistas que no solo estacionan el vehículo en las pocas plazas existentes sino que además extienden sus porches y toldos en jardines y parques públicos, donde a la vez, por el mismo precio, cocinan sus propias comidas o instalan hamacas, neveras o mesas de jardín. Un lujo, solo a su alcance.

La estancia más lujosa, en la isla de A Toxa

Uno de los lugares idílicos en los que resulta muy sencillo encontrar una vivienda sobre ruedas es la isla de A Toxa, si bien la presencia de vigilancia privada limita la permanencia en el lugar. Cabe subrayar que este emblemático territorio insular es uno de los que figuran en la lista de los alquileres estivales con precios más elevados, de hasta 3.000 euros por semana de estancia en apartamentos de lujo; de ahí que también se convierta en el objetivo de muchos autocaravanistas procedentes no solo de España sino de Europa y otras partes del mundo.

Cabe indicar que existen normas muy específicas de la Dirección General de Tráfico con las que se puede diferenciar correctamente cuando un vehículo de estas características está estacionado o acampado, una reglamentación que establece que este solo puede estar en contacto con el suelo a través de las ruedas, de modo que no podría utilizar las patas estabilizadoras ni cualquier otro artilugio u ocupar más superficie de la que le corresponde al estar cerrado.

Con todo, el pasado año se han observado comportamientos que incumplen esta normativa no solo en la isla de A Toxa, sino también en playas relevantes y de gran ocupación como la de As Pipas o San Vicente do Mar, pero también en los aparcamientos de vehículos como el dispuesto en el puerto pesquero de O Corgo o en el estacionamiento central del istmo de A Lanzada. Queda por tanto una inmensa tarea a los servicios de Tráfico y Policía Local durante este verano.

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