La sorprendente razón por la que la gente está echando sal en el fregadero

La cocina es, sin duda, uno de los lugares que más suciedad acumula en nuestra casa. Dejar el fregadero libre de bacterias y resto no es tarea sencilla. Aunque aparentemente pueda parecer que está limpio, en más de una ocasión nos hemos podido encontrar con las tuberías atascadas por restos de comida que se nos ha colado o por acumulación de grasa.

Utilizar desatascadores suele ser el remedio más recurrido, pero esto no siempre sirve. Para evitar tener que llamar al fontanero o desmontar tus tuberías, existe un truco casero y muy económico que te servirá para limpiarlas por completo.

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Solo vas a necesitar cuatro cosas de las que tienes por casa: agua, sal, bicarbonato de sodio y vinagre blanco. Una mezcla que dejará tu fregadero como los chorros del oro ya que la sal es capaz de desincrustar suciedad si se emplea para la limpieza. Su salinidad es nociva para las bacterias y los hongos, por lo que también tiene un alto poder desinfectante.

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Lo único que tendrás que hacer será verter un cuarto de taza de sal y media taza de bicarbonato de sodio en el desagüe. Deja actuar esta mezcla unos cinco minutos, para que vaya atrapando la suciedad. A continuación, vierte una taza de vinagre y espera una media hora. Pasado ese tiempo, podrás verter un poco de agua caliente para enjuagar los restos y que la suciedad de las cañerías desaparezca.