El secreto de las bayetas de microfibra que no conocen ni los amantes de la limpieza

Es fundamental para utilizarlas en cualquier situación

Una mujer con una bayeta

Una mujer con una bayeta / Freepik

R.V.

Limpiar la casa no siempre tiene por qué ser una tarea tediosa y aburrida, sobre todo si se sabe hacer bien. También se pueden encontrar pequeños trucos con los que salir de un apuro en poco tiempo, más allá de los productos estándar del supermercado y que incluso funcionan mejor por menos dinero. Sin embargo, puede bastar con usar correctamente los de siempre. Las bayetas son uno de los utensilios más comunes, de hecho son herramientas esenciales para la limpieza del hogar debido a su versatilidad y eficacia.

Sirven para limpiar cualquier superficie y funcionan especialmente bien por sus capacidades absorventes. Además son óptimas tanto para manchas como para quitar el polvo en diferentes superficies. Por otra parte, son reutilizables, por lo que también son una opción económica y sostenible en comparación con otros productos deshechables.

Aunque parece que no hay trampa ni cartón, lo cierto es que las bayetas pueden ser un arma de doble filo. Literalmente. Estos paños tienen dos caras: una para secar y otra para limpiar. Diferenciarlas no es difícil, pero hay que fijarse. Donde se pueden apreciar fibras ligeramente más largas es el lado de secar y viceversa.

Así lo delveló una instagramer, @organizando.asesoria, especializada en trucos y consejos de orden y limpieza.

¿Qué hacer cuando ya usé una bayeta muchas veces?

Las bayetas resisten varias vidas por lo que no es necesario deshacerse de ellas. Una vez utilizadas se pueden desinfectar, por ejemplo, con agua hirviendo y bicarbonato. Una vez bañadas en esta mezcla, el agua que se escurra saldrá negra. Es recomendable, al terminar, lavar con agua y jabón el paño. Otra opción es recurrir a la lejía.

En cualquier caso, se recomienda secarlas al sol para que los rayos UVA también contribuyan al proceso de desinfección.