¿Tiene interés antropológico el Festival de Cans? La Saint Louis University lo investiga

El resultado lo incluirá en el archivo del certamen y en un libro colectivo | Busca socios entre las universidade gallegas

XI FESTIVAL DE CINE DE CANS ( PORRIÑO ). UN MOMENTO DE LA LLEGADA AL TORNEIRO DE CANS DE LOS " CHIMPINES " CON ACTORES Y PERSONAJES DEL CINE.

XI FESTIVAL DE CINE DE CANS ( PORRIÑO ). UN MOMENTO DE LA LLEGADA AL TORNEIRO DE CANS DE LOS " CHIMPINES " CON ACTORES Y PERSONAJES DEL CINE. / Ricardo Grobas

Mar Mato

Mar Mato

Mientras el cineasta David Trueba se preparaba para subir al coloquio con el director del Festival de Cans, Alfonso Pato, el 21 de mayo, dos jóvenes alumnos de la Saint Louis University rodeaban el torreiro de la aldea presentándose y entregando papelitos de 3,5 x 3,5 centímetros con un código QR. Los estudiantes explicaban que formaban parte de una investigación que busca conocer a la audiencia del certamen y que está dirigida por Rosana Vivar. La etnógrafa vuelve esta semana a la aldea porriñesa para realizar entrevistas que formarán parte del archivo del festival y de un libro que se publicará en 2026.

“La primera vez que fui al Festival de Cans, recuerdo ver unos cortos que me impactaron, algunos eran experimentales, incluso del género del terror. No es un festival al uso y su público es muy variado. Hablamos de un festival que a través de las tradiciones facilita el acceso al cine que no es tan accesible como se dice ahora en redes”, defiende la etnógrafa madrileña Rosana Vivar profesora en la Saint Louis University en Madrid y que está realizando una investigación sobre el certamen.

Aluciné con lo que hablaban del Festival de Cans, que se celebraba en bajos y gallineros

Susana Vivar

Vivar –que se define como “cinéfila empedernida” – recuerda que la primera vez que escuchó hablar del Festival de Cans fue escuchando el programa de Radio 3 “El Séptimo Vicio” donde entrevistaban a Alfonso Pato, el director de la cita porriñesa. “Aluciné con lo que hablaban. Al oír que se celebraba en bajos y gallineros, pensé que tenía que estudiar ese festival. El origen de mis investigaciones es el interés antropológico por saber cómo se generan los gustos cinematográficos en espacios colectivos de visionado. Me interesan espacios más raros y comprender cómo generan gustos cinematográficos específicos que tienen impacto en lo local y en la cultura cinéfila de la gente”.

PORRIÑO (CANS). FESTIVAL DE CANS. YAGO DACOSTA, COLABORADOR DESDE LOS 6 U 8 AÑOS.

PORRIÑO (CANS). FESTIVAL DE CANS. YAGO DACOSTA, COLABORADOR DESDE LOS 6 U 8 AÑOS. / Marta G. Brea

Ese interés primigenio evolucionó a un flechazo. “Fue en 2019 hablando con un colega de A Coruña que es etnógrafo musical. Los dos teníamos interés en festivales no convencionales y yo había oído hablar en la radio del Festival de Cans. Me interesaban los festivales volcados en la audiencia y con rituales de celebración diferentes. Ese año fuimos para allí e hicimos un estudio etnográfico hablando con gente de la organización del evento”, explica Vivar.

Tan interesante les pareció y tal fue la conexión con Alfonso Pato que este la convenció para iniciar el proyecto de un archivo del festival para preservar el patrimonio de la aldea pero también el del certamen. Una vez pasó la pandemia y Vivar fue madre, retomaron la idea el año pasado.

Ocurren cosas que no pasan en otros sitios

Para Rosana, el Festival de Cans es un espacio, una escena alternativa pública “en la que ocurren cosas que no pasan en otros sitios”.

Lo que más le llegó al corazón “fue el encuentro con David Trueba este año. Habló de una manera tan genuina, cercana, que se me rompieron los esquemas. Tuvo mucha honestidad. Lo entendí como persona y eso ayuda a comprender sus películas”.

Vivar destaca que “una cosa que tiene el Festival de Cans que no tienen otros certámenes es la cercanía con el público. Ayuda a sentir el cine de otra manera. También me alucinan las preguntas que hace el público, de un tecnicismo que muchos profesionales no harían y que allí hacen chavales de instituto”.

PORRIÑO (CANS). FESTIVAL DE CANS. ALFONSO PATO, DIRECTOR DEL FESTIVAL.

PORRIÑO (CANS). FESTIVAL DE CANS. ALFONSO PATO, DIRECTOR DEL FESTIVAL. / Marta G. Brea

Para ella, es “algo que se debe promocionar” y el vehículo para lograrlo es el archivo en el que trabaja con la organización del evento.

A la búsqueda de una universidad gallega

“Debe ser un archivo que conecte la memoria del festival con la memoria del pueblo y que pueda ser consultado para su investigación”, añade para recalcar que desean establecer una alianza con una universidad gallega para llevar el proyecto más allá, digitalizarlo y buscar un lugar para mostrar las piezas.

Para nutrir dicho archivo, en esta edición, repartieron cuestionarios a través de un QR en el que preguntaron por el lugar de residencia, edad, cuántas veces has acudido al certamen, si vas como audiencia, actor, medio de comunicación, vecino, artista, músico; en qué actividad participas (coloquios, largometrajes, cortos ficción y animación, actuaciones, actividades infantiles, ...), si cambiarías algo del festival y si recuerdas un momento especial.

Una nueva fase en Galicia estos días

Como añadido, se ofrece la posibilidad de hablar con la investigadora Susana Vivar para participar mejor en el proyecto. La etnógrafa se encuentra estos días en Galicia para desarrollar esta semana entrevistas a parte de la audiencia del festival.

“Como etnógrafa reconstruyo a través de testimonios orales experiencias culturales. Los estudiantes pidieron cumplimentar el cuestionario para tener datos más objetivos del perfil del público que asiste. A raíz de ahí, establecimos unos grupos de conversación. Queremos conversar sobre el festival. La idea es tener documentos orales de la memoria colectiva del festival, ver cuáles los temas más importantes para ellos, cómo de importante es la aldea, los espacios...”, señala Vivar.

Las conversaciones formarán parte del archivo y su aportación se incluirá en un libro colectivo sobre festivales y cine que se publicará en 2026.

Alrededor de 200 personas han colaborado hasta ahora. “Es bastante para un festival que dura poco”, indica la etnógrafa y profesora universitaria quien añade que “la gente está muy dispuesta a hablar y participar. Es un público supercomprometido con el festival y a largo plazo. Por eso, nos interesaba hablar con la audiencia”.

“Nuestra conclusión, señala Vivar, es que Cans presenta tradiciones arraigadas que facilitan el gusto cinéfilo en un ámbito rural con el agroglamour, los chimpines... Estos son los vehículos para que la gente acabe viendo cine incluso experimental”.

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