Guía para acercar los ensayos clínicos a atención primaria

Sociedades científicas, industria farmacéutica, Administración y pacientes, unidos para impulsar la investigación en este ámbito

Una médica atiende a un paciente en la consulta.

Una médica atiende a un paciente en la consulta. / E.P.

España es el segundo país del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos, donde más estudios promovidos por compañías farmacéuticas se realizan: más del 80% del total. Sin embargo, esta situación no se refleja en el ámbito de atención primaria, cuya participación en los ensayos clínicos ha sufrido, además, un retroceso, según muestra el proyecto “Best”, impulsado por Farmaindustria e integrado por todos los agentes sanitarios públicos y privados. Así, sólo el 7,5% de los estudios realizados en el periodo 2016-2022 cuentan con la participación de al menos un centro de atención primaria.

Para paliar esta situación y alcanzar la excelencia en la investigación clínica en este nivel asistencial, se ha elaborado la “Guía ICAP. Recomendaciones de buenas prácticas para el fomento de la investigación clínica en atención primaria”, fruto del trabajo de todos los agentes que intervienen en la investigación: investigadores, sociedades científicas, Administración, promotores como la industria farmacéutica y asociaciones de pacientes, que son “los verdaderos receptores de este proyecto”, según la doctora gallega Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), una de las entidades que participa en este plan para impulsar la investigación entre los profesionales de este nivel asistencial.

En este sentido, explica que el propósito de este proyecto es realizar un trabajo conjunto y colaborativo desde todas las vertientes para promover la participación de la atención primaria en la investigación, no sólo como una necesidad que tiene nuestro país, sino también como una oportunidad para el sistema de salud y para mejorar la atención sanitaria que se proporciona a la población. “Está demostrado que investigar, mejora la asistencia y proporciona un camino hacia la excelencia de nuestro trabajo”, sostiene.

El propósito del plan va más allá de realizar un análisis de la situación, algo que, según Rodríguez Ledo, se ha hecho muchas más veces, sino de reconocer las buenas prácticas que sociedades y profesionales realizan en todas las comunidades, recopilarlas y elaborar recomendaciones en base a esos casos de éxito. “Se trata, sobre todo, de un trabajo conjunto que nos ayuda a que todos seamos conscientes de las necesidades y de las posibles soluciones, poniendo en valor algo tan consustancial a la medicina y, por ende, a la medicina de familia, como es la investigación”, sostiene la presidenta de la Semg.

“Investigar mejora la asistencia y proporciona un camino hacia la excelencia”

Pilar Rodríguez Ledo

— Presidenta de la SEMG

Para elaborar esta guía, se han revisado las debilidades, fortalezas y las oportunidades de la atención primaria, que se enfrenta a problemas como la captación y retención de profesionales en este sector. “Todos sabemos que la situación de la atención primaria no es la deseable en cuanto a carga de trabajo, falta de recursos humanos, inversión, visibilización y reconocimiento. La investigación ofrece una oportunidad de apoyo y de reconocimiento y, por tanto, una de las posibles aportaciones a su mejora”, afirma esta médica, que añade que es preciso también establecer nuevos formatos de organización, de agenda de trabajo y de colaboración y un mayor apoyo de personal.

Además de estas deficiencias, Rodríguez Ledo entiende que para que los médicos de medicina familiar se involucren en los ensayos clínicos, hace falta inversión y dotar a estos centros de las infraestructuras necesarias, así como un modelo claro que integre la atención primaria en la investigación más allá de los profesionales que voluntariamente investigan. “Las estructuras de la investigación se han construido al margen de la atención primaria y no contemplan ni sus necesidades ni sus posibilidades. Este hecho es importantísimo porque se necesita investigar y los hospitales han llegado a su tope y también tienen sus dificultades. Las poblaciones hospitalarias están hiperestudiadas y, sin embargo, nos faltan elementos para responder a algunas preguntas y esa oportunidad está en atención primaria”, explica.

Cultura investigadora

En este sentido, agrega que se trata de un “problema cultural”. “Por facilidad de inversión de los promotores y porque se aglutinan muchos profesionales en el mismo lugar, se ha elegido el hospital como centro de investigación. Es necesario cambiar esta cultura y ver las oportunidades que surgen más allá de todo esto”, manifiesta.

Como fortalezas, la guía destaca que la atención primaria cuenta con una estructura sólida y distribuida de más de 13.000 centros de salud y consultorios locales, que atienden de forma continuada a la población; la alta motivación de los médicos de familia que realizan en estos momentos investigación; y la amplitud de patologías que tratan estos facultativos, que incluye las más prevalentes y en estadios precoces de la enfermedad, realizando el seguimiento y control de aquellas cuyos episodios agudos se tratan en el nivel hospitalario.

Más de cincuenta profesionales pertenecientes a todos los sectores implicados en la investigación en atención primaria han participado de forma desinteresada en esta guía, que recoge recomendaciones basadas en casos de éxito que podrían ser aprovechados para desarrollar una “estrategia autonómica específica de investigación en atención primaria”. Rodríguez Ledo detalla que estas recomendaciones van desde fomentar una cultura investigadora, hasta incentivar y facilitar la investigación clínica, poner la tecnología al servicio de la investigación, crear redes que incentiven la participación de la atención primaria, potenciar la colaboración público-privada que dé soporte económico a la investigación, armonizar y simplificar la gestión de la investigación clínica, y promover el interés y la participación de la sociedad en la misma.

“Para esto es necesario cambiar nuestra cultura investigadora, tanto entre los profesionales como entre la población que atendemos. Y, además, visibilizar, reconocer, certificar y apoyar de una forma clara, con una estrategia específica, la investigación de atención primaria por parte de todos los agentes que intervienen en ella”, afirma.

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