Rodicio: “A Miguel Romanov se le enterró físicamente y también como símbolo”

“Fue el hombre que quiso que Rusia fuera comparable a las grandes democracias, especialmente a la inglesa”, afirmó la periodista y escritora gallega Ángela Rodico

Fernando Franco y Ángela Rodicio, ayer, en el Club FARO. |   // JOSÉ LORES

Fernando Franco y Ángela Rodicio, ayer, en el Club FARO. | // JOSÉ LORES / ágatha de santos

“Miguel Romanov fue el mejor zar de Rusia”. Así definió ayer Ángela Rodicio al hermano menor del zar Nicolás II, quien, según la periodista y escritora ourensana, fue el verdadero último zar de Rusia. “En vez de tomar la autocracia que le entregó su hermano, prefirió que fuera el pueblo ruso el que dijese si le quería como zar o no”, añadió sobre él en la conversación que mantuvo ayer en el MARCO con el periodista Fernando Franco, a quien se refirió como uno de sus maestros cuando hizo prácticas en FARO.

Rodicio: “A Miguel Romanov se le enterró físicamente y también como símbolo”

Rodicio: “A Miguel Romanov se le enterró físicamente y también como símbolo” / ágatha de santos

La comunicadora estuvo en el Club FARO presentando su quinto libro, “El zar olvidado. Miguel II y los cinco días que pudieron cambiar el mundo” (Espasa), en el que recrea los cinco primeros días de la revolución de 1917 y la historia de Miguel Romanov, el más pequeño de los hermanos de Nicolás II, que fue zar durante un día y que tuvo en sus manos la posibilidad de cambiar la historia de Rusia y de salvar la dinastía de los Romanov, después de que su hermano abdicara en él.

“A Miguel se le enterró en todos los sentidos. Físicamente, porque es el único de los Romanov cuyos restos aún no se han encontrado, y también simbólicamente porque fue el hombre que quiso que Rusia fuera un país comparable a las grandes democracias, especialmente a la inglesa porque fue un gran anglófilo”, afirmó.

Rodicio, que actualmente trabaja en “Informe semanal” y que hoy ya estará viajando hacia Kosovo, se reafirmó en que Miguel fue el último zar ruso basándose, entre otros documentos históricos, en el memorandum que escribió el comando que lo mató en Permel el 13 de junio de 1918, que en todo momento se refiere a él como Miguel II y que afirma que la orden de acabar con su vida vino directamente de Lenin. “Miguel Romanov era la verdadera bandera de los opositores y no su hermano Nicolás, que ya había abdicado”, insistió.

Rodicio explicó que Miguel renunció temporalmente al poder a favor de una asamblea constituyente para que Rusia pudiera tener unas eleccciones libres y votar por el tipo de Estado que querían: monarquía constitucional o república. Esto mismo es lo que pide Alekséi Navalni, el principal opositor ruso a Putin, desde la cárcel”, comentó.

Sin embargo, el Sóviet no iba a permitirlo. Esas elecciones se celebran en noviembre de 1917, justo después de que los bolcheviques den un golpe de estado para estar en el poder cuando se organicen los comicios. Pero pierden las elecciones. Entonces, se reúne la asamblea constituyente en enero de 1918 y Lenin la disuelve a tiros al día siguiente, de madrugada.

Rodicio, que fue la corresponsal más joven de la historia de TVE y que ha cubierto numerosos conflictos bélicos, afirmó que las guerras son “siempre un fracaso total”. Sobre el conflicto en Ucrania aseguró que tiene un trasfondo enormemente complejo y que no debería de haberse iniciado nunca. “No se puede ganar a un país con armamento nuclear. Es una tragedia humana. Ucrania es hoy un gran cementerio de armas y de municiones, a la que se le está dando el armamento que está caducado”, se lamentó.

La informadora habló de la Yihad y de las razones por las que una adolescente europea decide irse con el Estado Islámico, tema que analiza en otro de sus libros,

“Putin es un producto del viejo sistema de siempre”

Ángela Rodicio es periodista y escritora, especialista en política internacional en TVE desde hace más de tres décadas. Hizo sus prácticas en FARO y en la BBC, y ha sido enviada especial en los principales acontecimientos internacionales desde la disolución de la Unión Soviética y la primera guerra del Golfo, a principios de los años 1990. Corresponsal en el este de Europa y en Oriente Medio, la periodista gallega cubrió las guerras de Bosnia y diversos conflictos que han llevado a cambios de fronteras, migraciones masivas y grandes procesos negociadores. Rodicio conoció al actual presidente ruso, Vladímir Putin, el 6 de enero de 1991, en el Palacio Mariinski, donde iba a entrevistar al entonces alcalde de Leningrado, Anatoli Sobchak. Putin era entonces el recepcionista. Asegura Rodicio que, cuando años después, fue nombrado presidente de Rusia comenzó a preguntarse cómo era posible que desde un puesto tan modesto hubiese podido alcanzar tal poder. La respuesta es que no es él quien tiene lo tiene, sino el sistema. “Putin es un producto del viejo sistema de siempre. Cuando los bolcheviques se hacen con el gobierno implantan un régimen de partido único, y cuando se disuelve la Unión Soviética en 1991 ¿quiénes cogen el relevo de ese partido único? Pues otro partido único porque Yelsin es otro producto de ese sistema”, afirmó.