Antonio Pato | Neurólogo

“El coronavirus atacó como una guadaña por los enfermos de alzhéimer”

“Estamos viendo que los síntomas post-COVID remiten con el tiempo”

Cefalea, síntomas cognitivos (alteración de la memoria y de la atención), anosmia/ageusia, trastornos sensitivos, dolor muscular y mareos son los síntomas más frecuentes que refieren los pacientes con síndrome post-COVID que acuden a neurología, donde ya representan un 3% de las nuevas consultas de este servicio. Según una investigación realizada en Galicia, más del 45% de los pacientes que han superado el COVID-19 y sin sintomatología neurológica previa presenta disfunción cognitiva leve y un 8% moderada-grave tres meses después del alta hospitalaria. Asimismo, el 31% presenta cefalea, un 20% anosmia/ageusia persistente y un 16% mareos. La buena noticia, según el neumólogo del Hospital Ribera Povisa de Vigo Antonio Pato, es que en la gran mayoría de los casos, remiten al cabo de unos meses.

–Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), el 3% de las nuevas consultas de la especialidad corresponde a pacientes con post-COVID. ¿Qué síntomas suelen referir?

–Los síntomas que más refieren son la niebla mental, es decir, pérdida de memoria, es decir, confusión y dificultad para concentrarse, dolor de cabeza y/o muscular y cansancio. Hay un estudio realizado en Andalucía, que realizó una evaluación y seguimiento a cerca de 800 pacientes, que concluye que el síndrome de COVID persistente es parecido a una fibromialgia.

–¿Cuál es el perfil de este paciente?

–El síndrome post-COVID es más frecuente en mujeres. Suele presentarse mayoritariamente a partir de los 50 años y en mujeres previamente sanas y activas, que empiezan con esos síntomas de cansancio, dolor y niebla mental, síntomas que, por otro lado, les deprime.

–¿Cuál es el manejo?

–No hay indicado ningún medicamento específico para el COVID persistente. Lo único que podemos hacer es tratar los síntomas. Yo les prescribo vitaminas para fortalecer la memoria y terapia psicológica. Pero muchas veces lo que necesitan es que se les escuche y se les dé respuestas. Por desgracia, todo lo referente a esta enfermedad es nuevo y muchas veces no las tenemos. Sin embargo, estamos viendo que en la mayoría de los casos, pasados unos meses, estas secuelas remiten, aunque también tenemos algún caso en las que persisten un año después. Pero son los menos. Se está investigando mucho y yo confío en que terminemos sabiendo por qué se da el COVID persistente y, lo más importante, que podamos tratarlo mejor.

–Estudios recientes sugieren una relación entre el COVID y enfermedades neurológicas como el ictus.

–Sí, fundamentalmente en la fase aguda de la enfermedad. El COVID produce una alteración del sistema inmune y de la coagulación de la sangre, por lo que se ven más ictus ahora que antes.

–Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2020 revelan que la mortalidad por alzhéimer aumentó un 6,4% ese año y se cree que, aunque el COVID no fue el desencadenante del fallecimiento, sí contribuyó.

–El COVID pasó como una guadaña por los pacientes con alzhéimer. El alzhéimer es una enfermedad que debilita mucho el sistema inmune, por lo que el COVID se cebó con ellos. Además, de una manera rapidísima. Muchos pacientes con demencia estaban acostumbrados a ir a los centros de día, y, de repente, estar siempre en casa, incidió en la evolución de la enfermedad. También el aislamiento que supuso para quienes estaban en las residencias, que de un día para otro dejaron de saber de sus familiares.