La noticia del contagio en la granja de visones en una granja de Aragón, que obligo al sacrificio de casi 100.000 de estos animales, no sorprendió a los expertos en Patología Animal. "Era esperable que se produjera algo así", señalaron. "Se sabía que efectivamente eran transmisibles, pero hay que mandar un mensaje de tranquilidad a la población. Ha sido un caso curioso, pero no hay que crear alarma", comentó Juan José Badiola, ? director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de Zaragoza.

"Hay estudios científicos y resultados que dicen que este es un virus muy receptivo entre la familia de los mustélidos, de la que forman parte los visones o los hurones. Son muy susceptibles y por eso esta noticia no es nada sorprendente. Este grupo de animales carnívoros y pequeños, escurridizos, son muy transmisores. Los hurones, por ejemplo, se utilizan mucho en experimentación", añadió Badiola, cuyo equipo del centro que dirige ha estado trabajando en la granja de Teruel y pendiente del caso.

"Vivimos un caso similar a lo que pasó en Holanda. Es el mismo patrón de aquel brote. Aquí los análisis salían negativos al principio, pero en el momento en que prendió la infección las cadenas de transmisión se han movido como si fuera fuego. Pero insisto, la granja está controlada desde hace tiempo, es muy grande y está muy bien llevada por sus propietarios", precisó Badiola.

Respecto a la transmisión de animales a humanos, Badiola indicó que "hay dudas" sobre si el visón o el hurón pueden hacerlo porque "no está suficientemente demostrado", pero todo apunta a que "en el caso del visón parece ser que sí", añadió.

"En el caso de La Puebla de Valverde al principio podría no haber transmisión, pero ahora hay dos empleados de la granja contagiados y eso ya llama la atención. La decisión adoptada me parece acertada porque no hay más remedio", indicó, en relación al sacrificio de todos los visones. La aparición de los síntomas tampoco ayuda a la detección. "Estos animales expresan pocos síntomas, aunque no está muy estudiado. Se sabe, por ejemplo, que los gatos sí tiene, pero muy leves y de manera discreta", explicó Badiola.

Por su parte, Ignacio de Blas, profesor del Departamento de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza, añadió que las condiciones de "ambiente cerrado y hacinamiento" que se pueden dar en este tipo de granjas "favorecen más la propagación", dijo. "No me ha sorprendido y era asumible que podría pasar en cualquier momento", insistió.

Este experto indicó, en todo caso, que suelen ser explotaciones en las que trabajan "pocas personas", por lo que hay un buen control y menos posibilidad de contagios.

De Blas considera que el Gobierno de Aragón "habrá hecho un buen seguimiento de los casos", antes de tomar la decisión y una recogida de muestras precisa. "Salió una prueba positiva y la mandaron a Madrid al ser dudosa, pero al ir aumentado la muestra de 6 animales contagiados a 30 y después alcanzar al 80% de la granja requiere tomar medidas porque la situación ya no se puede asumir", aseguró, al tiempo que apuntó al "riesgo alto" que podría generar que algunos visones estuvieran sueltos o "asilvestrados" por la zona.

"Desde el punto de vista de Sanidad Animal la medida es acertada y es algo habitual cuando se producen estas situaciones de brotes o infecciones, pero es igual de importante que ahora sean totalmente destruidos", indicó.

Además, De Blas explicó que se les considera material específico de riesgo (MER), como ocurrió con las vacas locas, por lo que "es preciso eliminar todo mediante un proceso de incineración, sobre todo partes como cerebro y zona espnila. Es muy importante su eliminación porque es un tejido con una alta temporalidad, lo que podría desencadenar en un drástica situación", señaló el experto.