ODONTOLOGÍA

¿Qué hacer si mi hijo se ha roto un diente? ¿Y si es una luxación? Así es cómo debes actuar

Saber qué hacer ante un traumatismo dental puede asegurar la viabilidad de los dientes afectados

Es importante saber qué hacer si tu hijo sufre la rotura de un diente, o una luxación

Es importante saber qué hacer si tu hijo sufre la rotura de un diente, o una luxación / Jan Steen, Pixabay

Uno de los motivos habituales por los que los padres acuden a las consultas de los dentistas son los traumatismos dentales. Ya sea por que es una etapa en la que los niños tienen una gran actividad, bien porque practican deportes de contacto o bien por una cuestión de mala suerte, lo cierto es que estos accidentes son bastante frecuentes

El problema es que ante estas situaciones muchos progenitores desconocen lo que deben hacer para minimizar las consecuencias de las roturas dentales e incluso el cómo evitar la pérdida definitiva de la pieza dental.

Por ello, la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) ha elaborado un documento informativo ya que afirman que “si sabemos “qué” hacer ante un traumatismo dental podremos salvar muchos dientes”.

Diferencias entre una fractura de diente y una luxación

Lo primero que explican los especialistas en odontología pediátrica es que hay dos tipos de traumatismos dentales que se deben diferenciar.

  • Por un lado, está la fractura dental que supone una “rotura del diente a cualquier nivel”, es decir, tanto en la parte externa como en la raíz del diente. 
  • El otro tipo de traumatismo es la luxación, que provoca “que el diente se mueva dentro del hueso, en cualquier dirección, siendo la peor de las luxaciones la avulsión, que es la salida completa del diente de su alojamiento en el hueso”, explican dese la SEOP.

¿Cómo actuar ante una fractura o una luxación?

Una vez aclaradas las diferencias los odontopediatras explican qué hacer en cada caso. En el caso de que se produzca una fractura dental visible, es decir, que se aprecie la falta de una porción del diente, desde la SEOP señalan que es esencial buscar el o los trozos de la pieza dental ya que, “en la mayoría de las ocasiones pueden engancharse al diente de nuevo”. 

Una vez recogidos los fragmentos se debe acudir inmediatamente a un odontopediatra, que procederá a realizar un estudio radiográfico para comprobar el estado del diente, aplicar el tratamiento correcto y determinar la viabilidad o no de utilizar los trozos fracturados. 

En el caso de una luxación, donde el diente ‘baila’ en la dentadura del niño la forma de actuar es la siguiente: “acudir inmediatamente, en concreto en el transcurso de la hora siguiente al accidente, a un odontopediatra para recibir el tratamiento correcto. En los casos de luxación (completa o no) el diente debe ser inmovilizado mediante una férula que el odontopediatra confecciona al momento”, indican los expertos de la SEOP.

¿Y si el diente se desprende de la mandíbula?

Además de la fractura y la luxación, algunos traumatismos en la boca pueden provocar que el diente salte de la boca, lo que se conoce como avulsión. Este tipo de episodios puede ser muy alarmante tanto para los padres como para el niño, así que lo primero que recomiendan los odontopediatras es mantener la calma y seguir una serie de indicaciones con el fin de poder salvar esa pieza dental. 

Lo primero buscar el diente y recogerlo tomándolo por la parte de la corona del diente, no por la raíz. Si el diente está sucio, que suele ser lo normal, hay que lavarlo sin frotarlo ni rasparlo. Una vez limpio el diente viene el momento más complicado pero vital si queremos salvar esa pieza dental, y es recolocar el diente dentro del hueso de la mandíbula, en el lugar donde estaba. “Cuanto antes se recoloque el diente en su espacio, mejor será el pronóstico para que el diente sobreviva”, advierten desde la SEOP.

Una vez recolocado el diente en su sitio original, se debe introducir en entre los dientes una gasa o cualquier tejido suave para que el niño lo muerda y así mantener el diente fijo en su sitio. Y a continuación acudir directamente a la consulta de un odontopediatra, que determinará la situación del diente y el tratamiento a seguir en cada caso. 

Pero como no todos los padres tienen el mismo arrojo o valentía, en el caso de no verse capaz a realizar la recolocación del diente, los expertos recomiendan introducir el diente en un vaso de leche o de suero fisiológico, nunca en seco ni en agua, y acudir inmediatamente al especialista para que proceda a su recolocación. 

Para concluir, los odontopediatras advierten que estas directrices son necesarias solo cuando hablamos de dientes definitivos y no dientes de leche, porque volver a recolocar piezas dentales provisionales puede afectar al crecimiento de los dientes definitivos.