Abogada de familia para la defensa de los derechos de la mujer, y presidenta nacional de la Comisión de Seguimiento de la Violencia, cargo este último que desempeña desde hace ocho años, Consuelo Abril, natural y residente en Madrid, participó ayer en una jornada técnica organizada por la Concejalía de Mujer de Ourense y que tuvo lugar en la Casa Foro, en la que basó su intervención fundamentalmente, en la problemática de la prostitución.

- ¿Usted qué defiende, la abolición o legalización de la prostitución?

- En el tema de la prostitución, existe un debate abierto en toda la sociedad sobre si es conveniente o no la legalización. Desde la comisión que presido, tenemos una postura abolicionista sin lugar a dudas. Defendemos la ley que existe en Suecia, consistente en abolir la prostitución y perseguir con penalizaciones al cliente que utiliza el cuerpo de la mujer como objeto sexual.

- ¿Entonces, no apoya el reglamento de la Comunidad Autónoma de Cataluña, que está en la línea de la regularización?

- Por supuesto que no y además, hemos impugnado ese estatuto.

- ¿Qué motivos alega para defender la abolición?

- Si analizamos el caso de Holanda y Alemania, países en los que la prostitución está legalizada, nos encontramos un aumento escalofriante de la práctica de esta actividad y también un incremento inmenso del tráfico de mujeres y de niños. Además, la prostitución ahonda en las diferencias existentes entre hombres y mujeres.

- Siempre se ha dicho que la prostitución es la profesión más antigua. ¿Cree que esta creencia justifica la legalización de la prostitución?

- Está claro que las políticas estatales no pueden aceptar como válido que la prostitución exista desde siempre, para así reglamentarla. Lo que tienen que hacer es remover los obstáculos para que no existan este tipo de fenómenos. Si pensamos así, también existen la esclavitud y los malos tratos desde siempre y se decía que si la mujer aceptaba estos roles, la sociedad y el Estado no se podían meter porque era algo muy personal y privado de cada familia. Sin embargo, cabe destacar que las políticas intentan erradicar el maltrato en el ámbito familiar, con el fin de que desaparezca este fenómeno. Visto así, se puede hacer lo mismo con la prostitución.

- ¿Qué otros inconvenientes ve si se produjera en nuestro país la legalización de la prostitución?

- El mantener la prostitución es rebajar el alcance de la vulneración de los derechos fundamentales. Cuando una mujer vende su cuerpo durante una hora, o el tiempo que sea, está obligada a que el cliente haga con ella lo que quiera.

- ¿Cómo está el tema de la sanidad de estas mujeres?

- En muchas ocasiones las mujeres están sanas porque se cuidan, pero corren el riesgo, ante los antojos de los clientes, de ser víctimas de alguna enfermedad, ya que la mayoría de los hombres que acuden a prostíbulos para mantener relaciones sexuales, se niegan a usar preservativos. Si cogen por ejemplo el sida, no les va a quedar más remedio que retirarse del campo de la prostitución.

- Mucha gente critica que la prostitución es ejercida de forma voluntaria por algunas mujeres. ¿Qué opina?

- Las cifras están ahí y puedo decir que el 85% de las mujeres y niñas prostituidas, porque a mí no me gusta llamarle prostitutas, son traficadas, es decir, llegadas de otros países de forma obligada. El porcentaje restante de mujeres que ejercen esta actividad forma parte de una realidad, no de un fenómeno. Es como cuando una mujer joven se casa con un hombre muy mayor al que no quiere, pero lo hace por dinero. Esto no es un problema de Estado, sino una decisión personal.

- ¿Está ligada la prostitución a los malos tratos?

- En muchos casos sí, y muchas mujeres que se prostituyen fueron violadas en alguna ocasión. El hombre paga, compra el cuerpo de una mujer, y se cree propietario de ella, por lo que hace lo que quiere.