El acusado de intentar matar a su mujer en O Grove admite los hechos pero asegura que no los recuerda

La Fiscalía solicita 21 años y 11 meses de cárcel para el hombre por un delito de intento de asesinato y otro de maltrato habitual

El acusado declaró en el juicio en la Audiencia.

El acusado declaró en el juicio en la Audiencia. / Gustavo Santos

El acusado de haber disparado a su exmujer en O Grove, a quien hirió en el cuello y la cabeza en diciembre de 2018, ha asegurado este martes en el juicio celebrado en la Audiencia de Pontevedra que no recuerda nada de aquel episodio, simplemente “una pequeña discusión” que comenzó cuando la víctima, de la que tenía una orden de alejamiento, llegó a la vivienda y le sorprendió en ella durmiendo.

La Fiscalía solicita 21 años y 11 meses de cárcel para el hombre, acusado de un delito de maltrato habitual con el agravante de que los hechos ocurrieron en el domicilio de la víctima y en presencia de la hija menor. Además, le imputa un delito continuado de quebrantamiento de la pena de alejamiento, un delito de asesinato con alevosía en grado de tentativa con la agravante de parentesco y la agravante de género y un delito de tenencia de armas prohibidas.

Preguntado por si reconocía los hechos, José Antonio P. F., que compareció en silla de ruedas, los ha dado por ciertos, aunque precisó que los recuerda, que lo que sabe es por lo que le “contaron otras personas y por la prensa”. Así, admitió el maltrato y que se le impuso la pena de prohibición de aproximarse por seis meses a la mujer y que en octubre y noviembre de 2018 se comunicó con ella.

También ha dado por válido que el 5 de diciembre de 2018 accedió al domicilio portando, primero, un cuchillo y, después, un revólver con el que, sin que ella tuviera tiempo a reaccionar, le propinó un golpe en la cara y le disparó, si bien, sobre esto último ha precisado: “No lo recuerdo. Estoy muy nervioso”.

“De memoria estoy negado. Sé que hubo una pequeña discusión y nada más”, comentó antes de relatar que lo último que recuerda es que estaba durmiendo en el sofá del salón del domicilio de su expareja porque no había podido conciliar el sueño por la noche, que ella había llegado de trabajar horas antes de lo que esperaba y que se había puesto alterada.

“Hubo discusión. Bueno, discusión no, habladurías”, declaró antes de advertir de que la víctima le había dado las llaves de la vivienda “para sacar sus efectos y documentos”, pero también manifestó que las llaves las obtuvo “un mes o dos antes”, una vez que salió a buscar unas cervezas y para evitar que, de vuelta al domicilio, tocara el timbre.

El procesado contó que no recuerda haber cogido un cuchillo ni haber ido a la habitación de la mujer porque desde que le pasó “el accidente” no es capaz de “soñar” y se le “borró todo eso”.

La víctima declara a puerta cerrada

También reconoció que tenía una licencia de escopeta de caza que entregó en la Guardia Civil, pero no el revólver que presuntamente utilizó en la agresión, cuyas fotografías le mostraron. Preguntado sobre si con anterioridad había maltratado a la víctima, ha dicho que “maltrato nunca; calentamiento, sí”. Al ser interpelado nuevamente por si sabía los motivos que le habían llevado a este juicio, se ha remitido a terceros: “Según dicen, le pegué un impacto de bala”.

Dijo también que está “diagnosticado de nerviosismo”, que no puede escribir y que le cuesta leer. Todo, salvo eso último, “a raíz de los hechos” de aquel día de diciembre en el que, según el escrito de acusación, después se atrincheró en la vivienda y se pegó dos tiros. Tras aquel “accidente doméstico” que no recuerda, estuvo “un mes en coma”, por lo que le han contado, y se despertó en una cama de hospital.

Aunque todo eso ocurrió en 2018, el acusado también deberá rendir cuentas por los malos tratos previos, de los 25 años de relación, entre 1993 y 2018. El tribunal accedió a que la mujer declarara a puerta cerrada, algo que hizo un vez que el acusado dio su versión.