Cultura inicia por la cubierta el proyecto para rehabilitar la antigua delegación de Hacienda

El ministerio ultima la adjudicación de las obras en el tejado tras excluir a una de las dos empresas aspirantes | Trabaja en el plan de restauración integral para acoger el Archivo

El edificio de la vieja delegación de Hacienda formó parte del convento de San Francisco.

El edificio de la vieja delegación de Hacienda formó parte del convento de San Francisco. / Rafa Vázquez

Las primeras obras para rehabilitar la antigua delegación del Ministerio de Hacienda, están más cerca. El Ministerio de Cultura ultima la adjudicación de la mejora de la cubierta de lo que en su día era parte del convento de San Francisco en A Ferrería, un edificio que cumple este año una década sin uso, desde que fue desalojado en 2014.

Este departamento ultima la adjudicación de esas actuaciones en el tejado, unos trabajos que rondan los 600.000 euros y que probablemente se contraten a la empresa Oreco Balgón, única oferta que maneja Cultura después de excluir a la obra aspirante, Castro Figueiró, por una supuesta baja temeraria en su oferta económica. Esta decisión aún debe confirmarse, pero se espera que en los próximos días se confirme la adjudicación de una obra que dirigirá el arquitecto pontevedrés César Portela, el mismo que elaboró en su día el proyecto de mejora de la cubierta.

Mientras tanto, el ministerio trabaja aún en el concurso para adjudicar la redacción y ejecución de las obras de mayor calado, destinadas a convertir la antigua delegación en el futuro Archivo Histórico. Es el destino definitivo para en edificio que en esta última década se trató de vender, sin éxito, y para el que se barajaron varias propuestas de reutilización mientras se aceleraba su deterioro.

La mejora del tejado tiene un plazo de ejecución de seis meses y el informa elaborado por César Portela detalla que “la patología más agresiva para la envolvente de teja es la debida a la colonización vegetal, ya que se observa una gran cantidad de organismos, tanto líquenes, hongos y musgos como pequeñas plantas, sobre todo en los faldones orientados al norte”. Añade que “las raíces de las plantas junto con la acción de los agentes atmosféricos han producido el desprendimiento de gran cantidad de tejas”.

Otra de las causas del desprendimiento de las tejas, que se detectó por vez primera es marzo de 2021, lo que obligó a precintar la zona, es “su fijación mediante pelladas de mortero de cemento, la cual no permite movimientos entre los materiales por dilataciones, asientos, o viento originando la rotura de piezas”. Además, “en algunas zonas de las cumbreras se ha producido pérdida de la cubrición, aunque no de modo significativo”.

“A pesar de los problemas que pueda tener el material de cubrición, no se observan filtraciones de agua en los espacios bajo cubierta que es posible visitar, estimándose muy probable el que tampoco aparezcan en aquellos cuyo acceso es peligroso. Lo que sí se observan son importantes escorrentías en la cornisa de la fachada posterior norte provocadas por la proliferación de plantas en el faldón que llega a la misma, así como por la ausencia de canalón”, indica el proyecto. También aparecen “multitud de escorrentías en las fachadas interiores que vuelcan a los patios provocadas por atascos en el sistema de recogida de pluviales: canalones y bajantes.

Pero esta rehabilitación no será una actuación completa, y así lo admite el arquitecto pontevedrés al apuntar que “creemos oportuno el postergar la restauración de todos los elementos de cubierta al momento en que se lleve a cabo la rehabilitación integral del inmueble para convertirlo en sede del Archivo Histórico Provincial de Pontevedra que se anuncia como inminente. Una reparación integral de la cubierta conllevaría la retirada del fibrocemento con amianto, lo cual supondría una importante intervención y, por lo tanto, inversión, que al no tener en cuenta el futuro proyecto es posible que acabe comprometiendo la solución del mismo”.

Mientras no se actúa de forma integral, se propone “una serie de actuaciones de urgencia que impidan nuevas caídas de teja a la calle, así como filtraciones de agua que puedan provocar el deterioro del inmueble pero que no impliquen la retirada de toda la teja y el fibrocemento”. También se sugiere “un tratamiento protector a las puertas de madera”. Entre otras medidas, por tanto, está prevista la “retirada de la vegetación mediante medios manuales y mecánicos, con aplicación de agua a baja presión”, así como “comprobar el grado de sujeción de las tejas, retirando aquellas que no estén firmemente sujetas, se encuentren rotas o deterioradas”. Otra labor será “la revisión exhaustiva de la estanqueidad de toda la cubierta: faldones, cumbreras, o encuentros con la torre del campanario, para lo que pueda ser necesario el uso de bandas protegidas de material asfáltico, la aportación de tejas nuevas o la reposición de piezas especiales de borde que sustituyan a las existentes”. Se aconseja también “comprobar la estabilidad del frontón situado sobre el acceso principal y de la seguridad y solidez de todos los elementos que forman los aleros y la cornisa”.

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