Llega a la Audiencia de Pontevedra el acusado del crimen de Tirán

El fiscal pide 25 años de prisión para Balbino S. E. por la muerte de su vecina Cándida Soaje en julio de 2021 en Moaña

El acusado entra en la Audiencia custodiado por un policía.

El acusado entra en la Audiencia custodiado por un policía. / Adrián Irago

N. D.

Balbino S. E, acusado de matar a Cándida Soaje en julio de 2021 en Tirán (Moaña), ha llegado esta mañana a la Audiencia Provincial de Pontevedra para iniciar la vista oral, con jurado popular, contra este vecino de Moaña por un presunto delito de asesinato. El tribunal ha reservado toda la semana para este caso, en el que la Fiscalía pide 25 años de prisión como autor de un delito de asesinato y otro de tentativa de robo con violencia. El ministerio público también solicita que el acusado indemnice al hijo de la víctima en la cantidad de 30.000 euros.

Tras su llegada, en la que fue increpado por una vecina de la víctima, comienza la selección de los miembros del jurado popular, un proceso que puede prolongarse en el tiempo. Después, el acusado se sentará en el banquillo. Su abogado, Juan Carlos Janeiro, pedirá la absolución asegurando que su defendido “tiene sólidos argumentos de inculpabilidad”

Se acusa a Balbino S. E. de presuntamente asfixiar, colocándole una cuerda en el cuello, a su vecina de Tirán, Cándida Soaje, de 72 años, que residía en la vivienda a la que supuestamente entró el acusado a robar el 3 de julio de 2021. El sospechoso se encuentra en prisión desde su detención, horas después del suceso y el próximo mes finaliza las prórrogas de su encarcelamiento provisional.

En el auto que instruyó la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Cangas, que dictó la apertura del juicio oral, consta que el acusado se dirigió aquel 3 de julio de 2021, entre las 8.00 y 11.00 horas, a la vivienda de la víctima, con la intención de apropiarse de objetos del interior de la casa. En los autos no consta cómo el detenido logró entrar en la vivienda.

Sabedor de que la mujer era una persona de edad avanzada –72 años en el momento de los hechos–, “de forma súbita y sin que pudiese prever tal acción”, procedió a inmovilizarla, atándole las manos, para “posteriormente, con la intención de acabar con su vida y asegurar su acción procurando no ser descubierto, le colocó una cuerda en el cuello, provocando su asfixia mecánica y, en consecuencia, su fallecimiento”.

La jueza de Cangas indica en la resolución que no consta que el acusado llegara a apoderarse de ningún objeto y que tenía plena conciencia y voluntad de sus actos, “a pesar de presentar una dependencia moderada a sustancias estupefacientes, lo que no le afectaba en su conocimiento de la situación en la que se encontraba y, en consecuencia, no resultaba afectada su capacidad para la toma de decisiones”.