Pontevedra inicia el verano con 307 enfermos de COVID, cuatro veces más que hace un año

El área sanitaria suma cerca de cuarenta hospitalizados, también muy por encima de los casos de junio de 2023

Este repunte llega en el arranque de las vacaciones sanitarias

Farmacéuticas muestran test y mascarilla en la Farmacia María Belén Rey de calle Sagasta

Farmacéuticas muestran test y mascarilla en la Farmacia María Belén Rey de calle Sagasta / Gustavo Santos

Gala Dacosta

Gala Dacosta

Las farmacias de la ciudad de Pontevedra han detectado un notable y preocupante aumento en los casos de COVID desde antes del comienzo del verano, específicamente a finales del mes de mayo. Belén Rey, farmacéutica de la calle Joaquín Costa, cuenta con datos detallados que respaldan esta observación y permiten cuantificar esta subida en la incidencia de la enfermedad.

Junto con otros compañeros del gremio, Rey forma parte de un grupo de WhatsApp donde se comparten los últimos datos sobre la incidencia del coronavirus en distintas zonas como Pontevedra, Bueu o Baiona. Rey destaca que “pasé de vender 48 test en mayo a 148 este mes. La gente es bastante responsable y acude rápidamente a comprobar si tiene síntomas. Hay mucha rinitis alérgica y también hay quienes la confunden con el coronavirus”. Además, señala que todavía quedan algunos días de alta movilidad poblacional y eventos que podrían incrementar aún más estas cifras.

Aunque el aumento en la venta de test no necesariamente debería traducirse en un incremento de las hospitalizaciones en el área sanitaria, sí que hay más enfermos de COVID que “en la mayoría de los casos, presentan síntomas leves” o bien compran los test por precaución. “Por ejemplo, la semana pasada vino una chica que tenía una boda y quería asegurarse de que no estaba contagiada”, comenta Rey.

En estos momentos, hay 2.649 personas con infección activa en toda Galicia, de las cuales 307 se encuentran en el área sanitaria de Pontevedra, la tercera con menos casos. De estas, 39 personas están hospitalizadas, ninguna en la unidad de cuidados intensivos. Hace un año, eran 82 las personas infectadas en el mismo territorio, según los datos oficiales del Servizo Galego de Saúde, y 10 estaban ingresadas en el hospital hace un año. Al tratarse en su mayor parte de casos leves, otros muchos contagiados ni siquiera comunican su estado al médico de familia, por lo que el número real de afectados es mucho mayor.

Fátima Martín, propietaria de la Farmacia Praza España, afirma que la demanda de test ha sido constante y elevada. “No paramos de vender test y algunos antitérmicos o medicamentos para el malestar”, comenta Martín.

Curiosamente, la situación del verano de 2023 fue diferente porque “el año pasado no recordamos haber tenido tanta demanda de test. Desde este mayo, ha habido varias ocasiones en las que dije ‘Bueno, parece que ya baja un poco la cosa’, pero no ha sido así: volvía a subir otra vez”, añade Martín.

“Pasé de vender 48 test en mayo a 148 en junio”

Aunque hacer frente al COVID requiere de equipos de protección individual (EPIs) y diversos medicamentos, lo que más se está vendiendo en la ciudad son los test de detección: tanto los PCR como los de antígenos y los de anticuerpos. Ocasionalmente, aunque no han experimentado un repunte tan elevado en las ventas, también se siguen vendiendo mascarillas de distintos tipos.

Un dato curioso es que las personas mayores “nos piden mucho que les hagamos la prueba aquí mismo en la farmacia. Les da miedo intentarlo en casa y, personalmente, no tengo ningún problema en hacérselo en un momento”, comenta Belén Rey, farmacéutica de la ciudad. En cuanto a quiénes se acercan a la farmacia por sintomatología parecida a la del COVID, las farmacéuticas aseguran que se trata de perfiles muy variados, ya que el coronavirus no distingue entre personas de diferentes edades o condiciones.

A pesar de que los mostradores de muchos de estos establecimientos están repletos de productos “para peregrinos”, una parte importante de la clientela durante estos meses de verano, las farmacéuticas coinciden en señalar que quienes preguntan por las pruebas de COVID son “gente de aquí. Los turistas, aunque presenten síntomas, no suelen comprar un test”, comentan. En muchas ocasiones, las farmacéuticas están recomendando a los clientes hacerse la prueba, pero estos prefieren evitarla por diversas razones.

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