El Puerto de Marín ejecuta la mayor reforma en medio siglo de su lonja, que este año ya roza las 500 toneladas

El desplome de las subastas en Campelo por el cese de actividad en los bancos marisqueros sitúa a la rula de Marín en la de mejores cifras de la ría

Su remodelación, ya iniciada, permitirá sustituir sus 82 pilares interiores

Trabajos en el interior de la lonja para reemplazar las bases de 82 pilares.

Trabajos en el interior de la lonja para reemplazar las bases de 82 pilares. / Gustavo Santos

La Autoridad Portuaria, de la que dependen las instalaciones de la lonja de Marín, ya ha iniciado las obras de un ambicioso plan de mejora de la lonja, por más de 830.000 euros, a cargo de la empresa madrileña Betazul, que dispone a hora de cerca de un año para modernizar un edificio que está a punto de cumplir el medio siglo de vida, por lo que muestra el impacto del tiempo, la climatología y el agua salada en sus estructuras.

Se trata de la renovación puntual de las bases articuladas de 82 pilares. Los trabajos conllevan el montaje de una estructura metálica auxiliar para la revisión, renovación estructural y disposición de nuevas rótulas en los pilares. Pese a la complejidad del proyecto, “no se contempla la paralización o cierre de la lonja para su ejecución”. La intención es que la lonja está lista a mediados de 2025. La continuidad de las subasta es uno de los principales alicientes en un año en el que esta rula ha recuperado el primer puesto que hace años ostentaba entre las lonjas de la ría. Aunque sí experimenta una mejoría gradual en los últimos años, la razón de que se sitúe al frente de las subastas pontevedresas es el desplome de la lonja de Campelo, en Poio, a causa del cese de actividad en los bancos marisqueros por la mortandad de almeja. Así, en esta rula apenas se han movido 12.000 kilos de productos del mar, mientras que Marín roza ya las 500 toneladas, por cerca de 1,5 millones de euros. En Portonovo se han subastado hasta ahora, según los datos provisionales del portal Pescadegalicia de la Consellería do Mar, 187 toneladas y algo menos de 150 en la de Bueu.

“Corrosión severa”

En cuanto a las obras de la lonja, se acordó acometer su mayor reforma en medio siglo tras una inspección del recinto que detectó que “existen puntos aislados de la estructura donde se puede observar corrosión severa con desconchados de hormigón y pérdida se sección parcial de las barras de acero” y “fruto del avanzado estado de corrosión y del incremento de volumen que manifiestan las armaduras afectadas por este fenómeno, se han producido grietas y desconchados en el hormigón de recubrimiento sobre las armaduras afectadas”.

Estas actualizaciones de las instalaciones se centrarán en la zona dedicada a subastas y una de las mejoras “es la renovación de las numerosas filtraciones de agua”, por lo que “se pretende aplicar una solución que ya se utilizó en otras zonas del edificio, recurrir a una sobrecubierta metálica que aporte la estanqueidad necesaria además de aumentar la eficiente térmica de un edificio en el que se sitúan una gran superficie de subasta a temperatura controlada”

Se plantea un trabajo de evaluación estructural dividido en tres fases: “Una primera en la que se estudia la capacidad portante actual y futura (ligada a la sobrecubierta ligera que se pretende colocar) de la estructura existente; una segunda fase en la que se analice el estado de conservación de la estructura existente y las consecuencias que esta pueda aportar a la capacidad portante de la estructura; y una tercera en la que se propondrá una solución global o soluciones de reparaciones puntuales según fuese necesario, para garantizar el correcto comportamiento estructural y de durabilidad de la estructura existente”.

Durante años, la lonja de Marín era la principal referencia en la comarca en la venta de pesca fresca. Llegaban a moverse más de 300 toneladas mensuales, como ocurrió en 2007, pero diversas circunstancias provocaron un declive constante que llegó a su mínimo histórico una década después, con poco más de 120 toneladas mensuales en 2017. Pero desde hace cuatro ejercicios, esta actividad muestra una positiva tendencia al alza y se consolida por encima de las 200 toneladas mensuales de media. El pasado año, se descargaron en el Puerto de Marín 2.608 toneladas de pesca fresca, aunque no toda pasó por la lonja. Esta cifra es algo inferior a la de 2023, cuando llegó a algo más de 3.100, pero es similar a la de 2021, con 2.700 toneladas.

Prorrogada hasta final de año la automatización de las vías

Tendría que estar lista este mes, pero finalmente se ha optado por prorrogar hasta final de año una de las obras más ambiciosas que tiene en marcha el Puerto de Marín. Se trata de la automatización y monitorización de la red ferroviaria interior para disponer de un gestor digital de ayuda a la explotación de esa red de vías del interior del puerto y realizar de forma automática y remota el movimiento de los aparatos de vía. La automatización del Puerto de Marín –el primero de Galicia en utilización de ferrocarril y uno de los primeros de todo el sistema portuario español en lo que se refiere a porcentaje de mercancías en ferrocarril respecto al total operado anualmente en el Puerto– es un ambicioso proyecto que supondrá importantes mejoras en dos aspectos esenciales, gracias al cese de las operaciones manuales de los desvíos. Por un lado, en cuanto a la seguridad laboral de los trabajadores, al sustituir elementos mecánicos que requieren esfuerzo manual por motores cuyo uso requiere formación específica. Por otro lado, en cuanto a eficiencia, ya que permitirá ahorrar tiempo y costes de maniobras. Con un presupuesto de dos millones de euros el sistema se encargará de la verificación de su estado, así como la monitorización local y central de toda la actividad ferroportuaria. El proyecto incluirá la motorización de cambios de aguja, así como la instalación del equipamiento asociado para la mejora y simplificación de la operativa, lo que permitirá la monitorización central de la presencia de trenes en la zona del haz de vías del recinto.

Activado el plan de emergencia por un vertido interno

El Puerto de Marín activó en la mañana de ayer el plan de emergencia por la aparición de un vertido en las dársenas. Aunque no salió hacia la ría, en cuento se detectó se activó a los remolcadores para localizar su origen. Según fuentes oficiales de la Autoridad Portuaria, se trataba de una mancha irisada de combustible pero de escasa entidad y que se fue diluyendo con el paso del tiempo. No obstante, se mantuvo la vigilancia durante la tarde para comprobar su evolución. Los primeros indicios situaban su origen en la zona del muelle de reparaciones. Por otra parte, la Autoridad Portuaria tiene en marcha un nuevo plan de asfaltados en el recinto, que esta vez afectará a unos 7.700 metros cuadrados de pavimentos en la explanada frente al Puesto de Inspección Fronterizo, en el acceso al Muelle Reboredo y a la terminal cubierta, en el aparcamiento de la explanada de Cantodarea y en diversos viales interiores.

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