Kiko da Silva quiso dejar patente su compromiso con la ciudad que le acoge desde que en 1997 se instaló para estudiar Bellas Artes. Precisamente ésta fue la formación que eligió ante la carencia de una opción más centrada en su inquietud como viñetista y dibujante. "Quiero dar a la ciudad lo que yo no encontré cuando llegué a ella", dijo desde el balcón del Pazo de Mugartegui. Con esa filosofía puso en marcha la Escola Profesional de Banda Deseñada e Ilustración de Galiza, un centro pionero en la comunidad.

"Mucha gente me decía que la montase en Vigo o en A Coruña, pero tenía claro que debía ser en Pontevedra", apunta sobre O Garaxe Hermético, como bautizó este proyecto. El dibujante subrayó su vínculo con la ciudad. "La primera vez que salí a este balcón fue hace casi seis años, en mi boda; ahora vuelvo a estar aquí para casarme con Pontevedra", destacó.