En agosto 2010 se estrenó Daniel Luque en la plaza de Pontevedra y no pudo debutar mejor: el día 1 salió por la puerta grande tras cortar tres orejas en una tarde que reconoce "mágica" y que mejoraría aún más ocho días después en el mismo coso, al conseguir nada menos que cuatro apéndices. Iniciaba así un idilio con la afición gallega, para la que el diestro no ahorra elogios. En plena forma tras ser uno de los triunfadores de San Isidro, mañana protagonizará con Enrique Ponce y Sebastián Castella la primera de feria 2014, en la que espera repetir puerta grande.

-Está usted en un gran momento

-Si, la verdad es que si, me encuentro en un momento muy bueno y, sobre todo con mucha ilusión de afrontar compromisos tan importantes y tan bonitos que me quedan esta temporada.

-¿Se puede mejorar esta temporada?

-Uno siempre quiere mejorar pero es cierto que este año he podido cumplir muchos sueños importantes en mi carrera, como la tarde en Madrid o también volver a ferias que hacía años que no pisaba como Granada, Zaragoza, Valencia, es una temporada bastante importante.

-¿Qué se experimenta al salir por la puerta grande en Las Ventas?

-Se siente todo, es difícil explicarlo, mas que todo se siente compromiso y mucha más responsabilidad, y ya es fuerte toda responsabilidad cuando no consigues algo, pues mucha más cuando lo haces bien, la gente quiere verte siempre haciéndolo bien, así que cada puerta grande es una responsabilidad más hasta llegar a estar donde uno quiere.

-En tres años cumplirá una década como profesional del toreo ¿qué balance hace de estos años?

-Ha habido de todo, cosas buenas, cosas malas, años que voy a recordar siempre para bien y otros que preferiría olvidar, pero lo que he hecho siempre es que he intentado dar lo máximo de mi, unas veces lo consigo y otras no pero valoro lo que tengo, lo que he vivido y lo que voy consiguiendo poco a poco, por ello me siento un afortunado y estoy muy agradecido al toro, a mi profesión y, sobre todo, a la gente que cree en mi y a la afición, que mantiene esta fiesta y son los que tienen que tirar de esto, los que acuden a la plaza y hacen que uno tenga ganas de esforzarse cada día más.

-¿Es el mundo del toro lo que esperaba?

-Si, bueno, uno no sabe en la vida lo que le va a tocar de pelear y afrontar pero la verdad es que el toro es una enfermedad y yo la tengo para toda la vida (sonríe), para mi el toro lo tiene todo, algo que no me podría dar nada, creo que los toreros nacen para esto.

-¿Torea ya como soñaba hacerlo?

-Hay veces, hay veces en los que uno torera como ha soñado, hay días que en la plaza se reúne todo para que se cumpla el sueño que uno busca y para que todo salga. Otras veces no resulta afortunadamente, y digo afortunadamente porque se siempre fuese la misma tarde el toreo no sería lo que es.

-¿Siempre quiso ser matador de toros?

-Mi padre siempre anduvo de mozo de espadas y de ayuda de toreros importantes y yo en mi casa lo único que veía eran cosas de toros y a partir de ahí me entró la afición y fui poco a poco conociendo este mundo hasta llegar a hoy.

-¿Recuerda su primer capote?

-La primera vez que me grabaron, lo tengo en vídeo y lo he visto varias veces, tenía yo 5 o 6 años y un primillo mío con unos pitones de plástico me pegó cinco o seis embestidas y yo creo que era con una servilleta o un paño de cocina di los dos o tres primeros lances.

-Es ya la tercera vez que está en la feria de Pontevedra

-En una de las ferias además toreé dos tardes, Pontevedra es una de mis plazas, he toreado poco, solo esas pocas tardes, pero en ellas he dado el nivel que busco, desde el primer día, desde el primer capotazo que di en esa feria creo que calé en esa afición y la llevo dentro, para mi la afición de Pontevedra es muy importante, es una afición grandísima, son de las corridas que tengo metidas en la cabeza porque son momentos en los que uno disfruta y siente.

-¿Cuando llega a la plaza no siente el impulso de decirle al chófer que continúe, que pase de largo?

-No, no (risas), para nada, al revés, en esos momentos se tienen muchas ganas de llegar a la plaza para disfrutar, y eso pasa mucho más en Pontevedra por el gusto que tiene esa afición y lo torera que es, desde que sale el toro está muy pendiente de ti y de como lo vives y como te entregas, es una afición que cuando ve a un torero entregado te hace suyo.

-¿Es supersticioso?

-Si, pero no lo puedo contar (risas)

-¿Y tiene algún color favorito?

-Me gustan mucho tirando a los colores oscuros, por ejemplo el azul marino me encanta. Para Pontevedra aún no lo se pero seguro que va a ser un color que me guste y que me haya puesto muchas veces porque es un día en el que quiero hacerlo bien, quiero triunfar en la plaza.