I+D+i contra el fuego: motobombas con ‘tablet’ y máquinas ‘2 en 1’ que desbrozan y extinguen

Xunta, Gobierno, Diputación y concellos coordinan con las fuerzas de seguridad la estrategia conjunta contra los incendios | Se implantará una nueva base aérea en Verín-Oímbra y otra para helicópteros en San Xoán de Río

La comisión provincial de coordinación policial en la lucha contra los incendios, reunida ayer. |   // ALAN PÉREZ

La comisión provincial de coordinación policial en la lucha contra los incendios, reunida ayer. | // ALAN PÉREZ

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Los incendios forestales son una de las emergencias que más preocupan en Ourense, la provincia más castigada de Galicia por este tipo de sucesos. Las llamas han calcinado más de 102.000 hectáreas de superficie forestal durante la última década en territorio ourensano, una cifra que equivale a más del 18% de la extensión total de la provincia. Ardieron unas 82.000 hectáreas en el mismo periodo entre las provincias de A Coruña, Pontevedra y Lugo. “Confiamos en poder tener una temporada tranquila, pero tenemos que estar preparados para combatir el fuego”, sintetiza Manuel Pardo, el delegado territorial de la Xunta. En Ourense es ineludible mantener la guardia en alto en verano: el 70% de las parroquias gallegas de alta actividad incendiaria –28 de un total de 50 zonas de especial riesgo– se encuentran en esta provincia.

Este lunes se reunió la comisión provincial de coordinación policial para la lucha contra los incendios forestales. Profesionales de la Policía Autonómica, la Guardia Civil y la Policía Nacional, así como del servicio público de extinción de Galicia, expusieron, junto a representantes de la Xunta, la Subdelegación del Gobierno, la Diputación y la Federación Galega de Municipios y Provincias (Fegamp), las líneas principales en la estrategia de coordinación para prevenir los delitos de incendio y para minimizar el daño del fuego durante esta campaña de riesgo alto, en marcha desde el 1 de julio al 30 de septiembre (o más tarde, si las condiciones meteorológicas son adversas).

Tras el verano fatídico de 2022, en el que los estragos no se limitaron al daño medioambiental, sino que se extendieron a decenas de viviendas, construcciones y otros bienes, el 2023 fue uno de los años más tranquilos. En Galicia se quemaron 6.748 hectáreas, de las cuales 1.240 correspondían a Ourense.

Pese a la buena estadística del pasado ejercicio, hay factores diversos, como la dispersión y el difícil acceso a muchos parajes, el abandono del rural, con la consiguiente acumulación de biomasa, así como las temperaturas más extremas durante el verano del noroeste de España, que motivan que la provincia de Ourense mire siempre al periodo de calor con preocupación por la amenaza del fuego forestal. Este territorio ha registrado en la última década 34 siniestros catalogados como grandes incendios –aquellos que superan las 500 hectáreas–, el 51% de los declarados en Galicia.

“Este año, por una parte, hay más humedad, lo que minimiza el riesgo de incendios, pero por otra ha aumentado la biomasa combustible, por eso seguimos con los trabajos de desbroce, para el mantenimiento de la franjas de protección”, expone el delegado de la Xunta. A la necesaria coordinación entre las administraciones y los cuerpos de seguridad del Estado se suman los beneficios operativos que aporta la tecnología, una ayuda muy relevante para los efectivos que trabajan en la lucha contra el fuego forestal.

Según el Plan de Prevención y Defensa contra los Incendios forestales en Galicia (Pladiga), el dispositivo estará formado durante la campaña de verano por hasta 1.519 trabajadores, medio centenar menos que hace un año. Pero la Xunta esgrime la mejora que supone la el progresivo aumento del tiempo de trabajo de una parte del personal laboral: siete meses en 2024, ocho en 2025 y nueve en 2026. Dos tercios del conjunto del personal laboral que se dedica a la prevención y extinción ya ejerce todo el año.

En el apartado de medios materiales disponibles para esta tarea, el gobierno gallego destaca la adquisición de seis máquinas hidrostáticas polivalentes. Son aparatos autopropulsados que permiten realizar trabajos preventivos de roza –un brazo lateral tiene disco de corte– y también de extinción, porque disponen de espacio para un depósito de agua con lanza, así como enganches para mangueras y un soplador de aire, una herramienta que facilita la limpieza de cunetas y calzadas. “Actuamos con nuevos equipamientos, el I+D+i nos permite combatirlos el fuego”, dice Prado. Uno de los avances que ayudarán en los operativos de extinción consiste en la instalación de móviles, tabletas electrónicas y la aplicación de gestión de la información sobre incendios ‘Xeocode Lite’ en las motobombas del servicio público de extinción. Permitirá, entre otras utilidades, facilitar datos sobre el posicionamiento en tiempo real de los medios disponibles. “Nos dará una imagen de dónde se encuentra cada equipo en cada momento, para poder distribuirlos en un incendio de manera eficaz”, valora el delegado de la Xunta.

Cámaras y bases aéreas

La administración gallega destaca que este verano aumenta el número de cámaras de videovigilancia, con 24 más en 12 localizaciones diferentes. La red en toda la comunidad se amplía hasta las 177 cámaras en 88 emplazamientos, lo que permite cubrir el 85% del territorio gallego, según la Xunta. En Ourense hay una treintena de centros de vigilancia, que permiten ver en directo el origen y la evolución del fuego.

En esta campaña, la provincia contará con 13 aeronaves (4 del Estado y 9 de la Xunta), dos más que en el verano pasado. En toda la comunidad, la dotación de medios aéreos asciende este año a una treintena (20 aeronaves son de la Xunta y 10 del Gobierno de España). Pardo recordó ayer que “pronto” estará en funcionamiento la base aérea de Verín-Oímbra. También se incorporará al mapa de recursos una base de helicópteros en San Xoán de Río.

Un comité policial cada tres semanas

En la reunión de coordinación se presentaron los medios disponibles en la campaña de riesgo algo en la provincia, así como la competencia de cada estamento. Los representantes evaluaron los planes operativos, bajo una máxima: aunar esfuerzos para la detección de incendios, la disuasión para evitar la actividad delictiva, así como la extinción y la investigación. El dispositivo, cuyo mando único es ejercido por la Xunta, implica en la lucha contra el fuego a distintos cuerpos y administraciones. Colaboran las brigadas autonómicas y municipales de extinción, los parques de bomberos, los grupos de emergencia supramunicipal (GES) o las BRIF, cuya única sede en Galicia se encuentra en Laza. También intervienen, cuando son requeridos, los efectivos de la Unidad Militar de Emerxencias (UME). En la labor de disuasión e investigación destaca la labor de la Guardia Civil del Seprona, la Policía Nacional, la Policía Autonómica y otros equipos de investigación, como la Unidade de Investigación de Incendios Forestais (UIFO) de la Xunta. La dirección territorial de Medio Rural celebra comités policiales cada tres semanas para el seguimiento de las acciones conjuntas de prevención y lucha contra el fuego. Los representantes de la administración apelan a la consecución de un cambio de comportamiento social para atajar el problema de los incendios, que daña el medio ambiente y pone en riesgo a personas y bienes. La Xunta pide precaución a los ciudadanos para evitar fuegos imprudentes y también hace un llamamiento a que se denuncie cualquier posible actividad incendiaria. Hay un teléfono gratuito y anónimo en el que poder hacerlo, el 900815085.

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