Un acusado de tráfico de drogas: “La coca no era mía, escapé al ver a la policía por miedo”

La fiscal pide cuatro años y medio de cárcel para un joven reincidente que portaba 300 euros en sustancias en las fiestas del Couto

El acusado, en la Audiencia Provincial.

El acusado, en la Audiencia Provincial. / IÑAKI OSORIO

Un porro de marihuana, ocho gramos de cocaína y tres de resina de cannabis le pueden costar a un joven ourensano cuatro años y medio de prisión. Es la pena que pide el Ministerio Fiscal por un supuesto delito contra la salud pública para el acusado que ayer se sentó en el banquillo de la Audiencia Provincial y que, además es reincidente. El investigado negó que la droga incautada fuese suya y su abogado presentó también informes de la UCA, que declaran que sigue un tratamiento por consumo de cannabis y cocaína y que, en estos momentos, se encuentra en abstinencia. Sin embargo, para la fiscal, “queda suficientemente demostrado” que el acusado portaba esta cantidad de sustancias para la venta, tras ser detectado por unos agentes que hacían vigilancia durante las fiestas del Couto del pasado mes de mayo de 2022.

Testigos

Los hechos se remontan, en concreto, a la madrugada del 16 de mayo de 2022. Una patrulla de la Policía ejercía labores de vigilancia por la actuación de las orquestas. En la rúa do Ensino, punto caliente de trapicheo, los agentes localizaron al acusado junto a otra persona. Aunque la zona estaba oscura, los policías declararon en el juicio celebrado ayer en la Audiencia Provincial que pudieron ver cómo el joven y otro colega estaban en disposición de consumir una sustancia sobre un teléfono móvil, que claramente parecía cocaína. Cuando fueron sorprendidos, ambos escaparon. Siguiendo el relato policial, el acusado llegó a forcejear con un agente y tirar una bolsa a una terraza. Esta fue recuperada por otro agente más tarde, en un patio despejado en el que solo se encontró la bolsa. Contenía los ocho gramos de cocaína.

Niega los hechos

“La cocaína era de un compañero que escapó, al ver a la policía yo tenía miedo y por eso escapé”, señaló el acusado, que confesó ser, por aquel entonces, consumidor de cocaína, marihuana y hachís. También explicó que desde 2022 está a tratamiento.

Uno de los agentes explicó que tras localizar a los jóvenes en actitud de proceder a consumir distancias, “se pusieron a correr a buen ritmo y el acusado, en una zona de un pequeño precipicio, me embistió y estuvimos forcejeando en el suelo”.

Un segundo agente explicó que la otra persona detectada logró escapar.

El tercer policía dice que “vi perfectamente que llevaba algo en la mano que parecía una bolsa y al llegar al talud lo arrojó a una terraza”.

El cuarto agente señaló un fallo en el etiquetado de la droga, ya que no eran 112 gramos, sino 11,2. El último policía declaró que este fallo fue “involuntario al teclear la droga en el servidor”, asegurando que se siguió la cadena de custodia y que siempre se trató de la misma bolsa que recogieron en la terraza y que contenía la droga.

Zona de trapicheo

Tras escuchar la declaración de los agentes, la fiscal elevó a definitivas sus conclusiones, en las que solicita, además de cuatro años y medio de cárcel, una multa de 600 euros para el acusado de un delito de tráfico de drogas.

“Los agentes vieron cómo esta persona estaba en la rúa Ensino, zona de trapicheo, en disposición de consumir, porque ese teléfono fue intervenido y eran restos de cocaína”, señaló la fiscal, que remarcó que al joven no se le acusa porque estuviese consumiendo, sino por la posesión de droga. “Hay indicios suficientes para decir que las sustancias estaban destinadas a la venta, la reacción que tuvo de huir y enfrentarse a la policía es excesiva”.

Con todo, el Ministerio Fiscal indicó que la cantidad de droga intervenida no alcanza los 300 euros de precio, pero la variedad de sustancias de las que disponía en ese momento y el hecho de que no explicase qué trabajo tenía son “suficientes” para señalar que el joven “se dedicaba a la venta de estupefacientes”.

La fiscal señaló que el investigado es, además, reincidente –condenado por sentencia– por hechos similares, un auto que se produjo seis años antes de estos hechos.

“Vive de su trabajo”

El abogado defensor pidió la absolución de su cliente, al considerar que lo que aparecieron los agentes no es tráfico, sino “un acto de consumo”. El letrado añadió que el joven no es conocido en el argot policial ni hay testigos de la compra en el proceso judicial. “Es una persona consumidora que vive y vivía de su trabajo. La cantidad intervenida está dentro de los límites de tenencia para consumo”, defendió el abogado. Sobre la reincidencia, recordó que la sentencia condenatoria es seis años anterior a los hechos que se juzgaron ayer, tiempo desde que el joven se anotó a un proceso de desintoxicación.

“Estoy limpio y no agredí a nadie, aún recibí algún golpe de porra”

El acusado de un delito contra la salud pública por tráfico de sustancias que causan grave daño a la salud se sentó ayer en el banquillo de la Audiencia Provincial para responder por los hechos ocurridos el pasado 16 de mayo de 2022 en el barrio de O Couto, cuando fue interceptado por varios agentes mientras, supuestamente, se encontraba en disposición de consumir cocaína con otro compañero. El acusado respondió solo a las preguntas de su abogado y admitió ser consumidor de drogas. En el momento en el que sucedieron los hechos, ya había participado en programas de desintoxicación. Desde entonces, sigue a tratamiento. El investigado quiso destacar este punto en el turno final, en el que declaró: “Yo estoy limpio. Y que no le parezca mal a la sala, pero yo no agredí, es más, aún recibí algún golpe de porra”. Además, aclaró que en el momento en el que interceptado por los agentes, “éramos tres personas y aquí no se refleja”. El juicio quedó visto para sentencia.

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