‘Buscando a Wally’ en el Casco Viejo de Ourense
El arqueólogo municipal José María Eguileta guió a una treintena de participantes por la historia urbana de Ourense, a través de historietas de pasadizos, calles y edificios
![Una treintena de participantes visitaron Ourense con el arqueólogo José María Eguileta como guía.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/3e5db1c8-3e80-49cd-998d-624933c17304_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg)
Una treintena de participantes visitaron Ourense con el arqueólogo José María Eguileta como guía. / IÑAKI OSORIO
El Casco Histórico esconde arcos medievales, puertas ocultas, pasadizos y hasta la huella que dejaron del rodaje de una película sobre en empedrado de Vinos. Las historietas forman parte del pasado de la ciudad –alguna más remota que otra– y todas interesaron a la treintena de participantes que ayer recorrieron Ourense de la mano del arqueólogo José María Eguileta, que además de arqueólogo municipal, es gran conocedor de la historia de Ourense. El Festival Atlántica de narración oral apostó por esta actividad para adultos, con un recorrido que partió desde la Biblioteca Nós.
Casi sin salir del recinto de San Francisco, donde se ubica la biblioteca, Eguileta ofreció las primeras curiosidades. “La olla ourensana es el valle que escogió Roma para su asentamiento, desde la Plaza de la Magdalena hasta el Posío. Era el mejor lugar de todo el tramo del Miño para construir un puente”, explicó sobre la idea de los romanos de recalar en Ourense. Un propósito nada fácil: “Las crecidas del Miño y las nieblas hacían de Ourense un lugar inhóspito, pero en este valle ocurría un milagro, las aguas termales, que eran sagradas”. Eguileta recordó que no se sabe el nombre de la pequeña ciudad que se creó, solo el apelativo de Auria, donde se introduce el culto para fijar población.
La ruta continuó por el Casco Histórico, mirando a un pasado que ya no existe: la Pía da Casca, por ejemplo, se encontraba en la rúa do Paxaro, donde se dedicaban al cultivo de cueros.
La visita continuó con vistas a la Catedral de San Martiño, donde los asistentes pudieron comprobar que el templo marca los puntos cardinales. A continuación, la treintena de visitantes se adentró en la sede de la Confederación de Empresarios como Pedro por su casa. El motivo: conocer la tipología antigua de casas con patio. También el Liceo o la casa de María Andrea son infraestructuras similares
En las Burgas, Eguileta marcó el punto en el que termina la ciudad medieval. “Entonces el Casco Histórico era Ourense, no había más Ourense que esto”, señaló el arqueólogo del Concello.
En las callejuelas de Vinos, los participantes pudieron reparar en los restos de un edificio gótico que antaño fue convento. También en los pasadizos del Centro de Interpretación de As Burgas.
Alguno se sorprendió con la calle de la Libertad: antes era la calle de la cárcel. O con la de San Miguel: los herreros le pusieron este nombre a la calle porque era su santo protector.
“Esto es como ‘Buscando a Wally’ por Ourense a través del urbanismo histórico”, bromeó el arqueólogo con los asistentes, encantados con la ruta.
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