Manos a la obra en el IES As Lagoas

Alumnos de este instituto obtuvieron el primer puesto en la categoría ‘Resolver un problema medioambiental’ de los Premios Ecoinnovación, de la Fundación Endesa

Alumnos del IES As Lagoas junto a la construcción por la que recibieron el premio.

Alumnos del IES As Lagoas junto a la construcción por la que recibieron el premio. / Iñaki Osorio

CHARO BARBA

Los alumnos del Instituto de Educación Secundaria As Lagoas, de Ourense, están de enhorabuena. Varias promociones trabajan desde 2018 –con el parón obligado del covid– en la construcción de una vivienda con impacto ambiental mínimo. Una vez construida, elaboraron este curso un jardín vertical, por supuesto autosuficiente, entre otros microproyectos. El proyecto, comandado por Alfonso Theotonio, profesor de Economía, y Santiago Díaz y Manuel Ángel Fernández, ambos de Tecnología, obtuvo en esta edición uno de los Premios Ecoinnovación, impulsados por la Fundación Endesa con el fin de que los más jóvenes profundicen en el conocimiento medioambiental y educativo.

El IES As Lagoas obtuvo el primer premio de la categoría Resolver un problema medioambiental con su proyecto Construcción bioclimática, que propone la construcción de viviendas con características de bioclimatismo teniendo como punto de unión la ecología y el medio ambiente, con el objetivo de verificar y comprobar si es posible realizar una edificación con un impacto ambiental mínimo.

Bachillerato SEMBach

Y sí, es posible y así lo demostraron quienes participaron en su construcción. El proyecto está dentro del bachillerato extraacadémico STEMBACH, una asignatura extracurricular de ámbito científico en colaboración, en este caso, con la Universidad de Vigo. El alumnado participó en todas las fases del diseño y de la construcción de la edificación, que tiene alrededor de 25 metros cuadrados.

Al preguntarle a Santiago Díaz, uno de los docentes, si se podría vivir en ella es rotundo: “Absolutamente sí. De hecho, la sensación que transmiten los materiales al estar dentro es muy agradable. Al ser un módulo experimental es pequeño, pero se podría ir ampliando. Se viviría mejor que en una construcción convencional”.

Varios de los alumnos premiados, con el diploma.

Varios de los alumnos premiados, con el diploma. / FdV

Y es que está todo pensado desde el punto de vista de la sostenibilidad. La cara sur está orientada hacia el sol y es todo un ventanal. En el interior, el techo es de madera como un clásico techo de madera. El cerramiento, las paredes, son bloques de cáñamo y tierra. “Aparte de tener una temperatura que se mantiene muy constante, tenemos una regulación de la humedad que también es muy buena, y que casi nunca se tiene en cuenta en las construcciones convencionales”, presume Díaz.

Características del módulo

Pero, ¿qué características específicas tiene la vivienda? Es una construcción en tierra. Se utilizan unos bloques hechos de materia vegetal: cáñamo, tierra y un 5% de cal para darles un poco de estabilidad ya que no están cocidos, es decir, no requieren ninguna energía. El cerramiento, las paredes, están hechas básicamente de estos bloques. El aislamiento exterior también es de un material natural, corcho. La cubierta está hecha de madera. Son vigas laminadas de pino radiata. Encima de esta cubierta, se vuelve a aislar con corcho y, encima, para impedir que la vegetación penetre, colocaron una cubierta vegetal formada por capas de distintos elementos, de distintas tierras. Y encima plantas, la típica cubierta vegetal.

Bloques hechos con material vegetal.

Bloques hechos con material vegetal. / FdV

Cada grupo que participó en el proyecto trabajó en una parte. El primer año, en el diseño y la compra de materiales. Después se pusieron manos a la obra preparando el mortero, etcétera, rotando para que la experiencia fuera lo más completa posible. Los últimos, con la casa, acabada se dedicaron a la parte solar porque es una vivienda que se autoabastece. De hecho, produce más energía de la que necesita.

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