Entrevista | Daniel Pérez Fentes Urólogo en el CHUS

“Las generaciones más mayores todavía tienen el tabú con el urólogo”

El ourensano coordina el grupo oncológico de la Asociación Española de Urología

Daniel Pérez, urólogo.

Daniel Pérez, urólogo. / XOAN ÁLVAREZ

Daniel Pérez Fentes, urólogo ourensano en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), es el nuevo coordinador del grupo uro-oncológico de la Asociación Española de Urología. Ocupará el cargo durante los próximos cuatro años, en los que trabajará para visibilizar la especialidad y fomentar la formación continuada de los facultativos.

–¿Quién forma parte del grupo uro-oncológico?

–El grupo uro-oncológico es una sección de la Asociación Española de Urología que engloba a todos los urólogos que centran su actividad asistencial y científica en los tumores genitourinarios. En este ámbito, los más frecuentes son los tumores de próstata, vejiga y riñón, aunque atendemos también otros como los de pene, testículo o tracto urinario superior. En esos seis grupos centramos la actividad los urólogos que formamos parte de esta sección.

–¿Cuál es su proyecto para los próximos cuatros años?

–Mi proyecto tiene varios frentes. Primero, seguir trabajando para hacer visible nuestra especialidad, porque somos el referente en el diagnóstico y en el tratamiento de los tumores genitourinarios. Estamos desde el inicio, acompañamos en el diagnóstico, interpretamos el resultado de las pruebas, ofrecemos distintas opciones de tratamiento, cuando la enfermedad es metastásica nos encargamos del tratamiento sistémico... También queremos disminuir la variabilidad que hay en la toma de decisiones, para lo que crearemos unas guías clínicas que recojan la evidencia científica más actualizada. También hay que favorecer la formación continuada con más másteres, cursos y congresos, así como hacer registros de la actividad científica que hacemos para poder mejorar de forma colaborativa.

–¿Todavía existe un tabú vinculado con la consulta del urólogo?

–El principal problema de por qué la gente no va al urólogo es porque desconoce su papel. Y eso es algo en lo que tenemos que trabajar mucho, en visibilizar que el urólogo es mucho más que el clásico tacto rectal. Es un especialista muy completo que trabaja en la parte médica de la enfermedad, en el diagnóstico y también en la parte quirúrgica cuando la enfermedad está diseminada. El urólogo no solo es para hombres, las mujeres también pueden tener este tipo de tumores. El tabú ya no está tan presente entre las generaciones más jóvenes, pero las más mayores, donde hay más incidencia de este tipo de cánceres, aún tienen ese miedo a acudir al médico donde tenga que explicar que orina mal o que se le escapa la orina.

–Es un riesgo para el paciente no acudir al especialista.

–Sí, a veces van demorando el asistir y hasta que no tienen unos síntomas muy importantes que le limitan la calidad de vida, no acuden. Y en ese momento, el diagnóstico se hace ya tarde y es uno de los problemas que impactan en la supervivencia del paciente.

–¿Son síntomas difíciles de identificar?

–Habitualmente, cualquier tumor cuando está en la fase inicial no suele dar síntomas. En los genitourinarios, los hay que expresan síntomas que nos permiten hacer un diagnóstico más precoz y otros en los que si esperamos a que aparezcan, es tarde. En el caso del tumor de próstata, el diagnóstico por síntomas no es posible en un inicio, ya que son los mismos que los de la hiperplasia benigna de próstata, algo que tiene cualquier varón al envejecer.

–¿Sería recomendable un cribado poblacional, como en otros tumores?

–El cribado de forma institucional en cáncer de próstata no está establecido porque clásicamente había dos estudios, uno europeo y el otro norteamericano, que se contradecían. Los norteamericanos decían que no aportaba nada, y los europeos, que sí. En EEUU, a raíz de este estudio, aumentó muchísimo la incidencia de cáncer diagnosticado tarde, con metástasis, lo que provocó una mayor mortalidad. En Europa, la Asociación Europea de Urología está trabajando para analizar de nuevo distintas fórmulas de programas de cribado.

–Mientras tanto, ¿qué se recomienda?

–Las sociedades científicas recomendamos hacer una analítica de sangre con antígeno prostático específico (PSA) y, en función del resultado, marcar una hoja de ruta.

–En este cáncer, ¿cuáles son los principales avances?

–Hay líneas de investigación muy interesantes en estudiar las características genéticas de los distintos pacientes de cáncer, para entender por qué se produce la enfermedad. Otra de las situaciones que más nos interesa es la medicina de precisión, personalizada, en función de las características del paciente. Y la cirugía robótica también es uno de los principales avances.

–Coordina el grupo nacional desde el CHUS, ¿ya no solo hay que mirar a los grandes hospitales?

–Los hospitales no son bloques de ladrillo, los construyen las personas, los jefes que saben liderar, los urólogos que investigan. En Galicia tenemos acceso a la cirugía robótica en todos los hospitales y a todos los medicamentos aprobados.

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