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Estafa Soling y silencio empresarial, o cómo gastar un perfil de tanto usarlo

La redactora jefa de FARO analiza la actualidad del sector de la empresa, las finanzas y el mar

Newsletter de economía por la redactora jefa Lara Graña

Newsletter de economía por la redactora jefa Lara Graña / FDV

Por mi idilio particular con el lenguaje –o porque nací con ello, vete a saber--, tengo un manojo de palabras que adoro por cómo suenan, independientemente de lo que significan. La preferida es pez, desde bien pequeñita, pero tengo otras como retranqueo, calibre o bisturí. Nunca le he buscado explicación; a ver, sería como intentar motivar por qué me gustan los helados de limón, pero no los de vainilla. Te apunto una palabra más, que sí ubicaría entre las favoritas tanto por su significado como por el sonido: persistencia.

Yo quiero ser persistente, que no mal obstinada, y creo que es importante ejercer una buena persistencia en mi trabajo. Si os contamos en FARO que se produce una presunta estafa en una empresa y no volvemos a dar una línea sobre este asunto, en vez de un periódico seríamos un golpe de luz intermitente y sin compromiso. Si recibes este correo desde hace unas cuantas semanas me habrás leído sobre la empresa auxiliar del naval Soling Instalaciones, que cerró súbitamente con una pirueta societaria que no había visto nunca (y he visto ya unas cuantas). Lamentablemente, y pese a haber dejado unas cuantas cicatrices en la industria gallega, con el despido de casi 70 personas en el área de Vigo, ha tenido que ser un sindicato vasco el que vaya a llevar a sus directivos a la Audiencia Nacional.

¿Dónde están los astilleros? ¿Dónde están las asociaciones empresariales cuando una de sus socias protagoniza un culebrón de este calibre, perjudicando la imagen conjunta del sector? ¿A que no has oído una crítica pública contra los dueños de Soling, la familia Mingo, que ya había protagonizado prácticas similares en el pasado? Oigan, bramar solo contra administraciones y no purgar manzanas podridas dentro de sus propias organizaciones no vale. No los hace peores empresarios, bien al contrario. Y extiéndase la crítica sobre las cooperativas de armadores que no han tenido los arrojos de hacer lo propio con compañías que han repartido subvenciones como si fueran nóminas después de haber dejado atrás 21 muertos. Así, por poner solo un ejemplo. ¿Dónde están los sindicatos? A ver si se les van a gastar los perfiles de tanto usarlos.

La misma persistencia que me gusta cómo suena y lo que significa es lo que me guía muchas veces para dar continuidad a temas de máxima gravedad, incluso cuando todo lo que me encuentro es el silencio políticamente correcto. Ha sido FARO quien ha estado ahí, felizmente –en el caso de llevar el caso de Soling a los tribunales—gracias al paso delante de la central ELA. O con la justa demanda de la pesca extractiva contra la arbitrariedad de la Comisión Europea, o por la improrrogable reforma del Instituto de Oceanografía de Vigo.

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Economía

Cada jueves, Lara Graña, redactora jefe de Faro de Vigo, analiza las claves de la actualidad económica

Me apunto

Persistencia. Ah, y compromiso.

Te volveré a escribir, si me permites, para el 8 de agosto. Toca curar lo quemado.

Felices semanas.

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