No está siendo una temporada fácil para Terelu Campos. Desde que se supo que su hija, Alejandra Rubio, esperaba un hijo con su actual pareja, Carlo Costanzia, la hija de María Teresa Campos se ha vuelto a colocar en el centro del huracán.

Realmente, la llegada a la pequeña pantalla de sus excompañeros en 'Ni que fuéramos' ya había dado un giro a la presencia que tenía Terelu en los medios desde el fin de 'Sálvame'. La mayor de las Campos había optado por formatos más blancos como 'Bake off', donde compartió reality con su íntima amiga, Rocío Carrasco.

Sin embargo, el programa de Ten ha puesto sobre la palestra algunos temas espinosos, como lo relacionado con sus deudas de Terelu y, más recientemente, todo lo relacionado con el embarazo de Alejandra Rubio.

Facturas de diva

El último jarro de agua fría para Terelu Campos ha llegado de la mano de Kiko Hernández, que ha desvelado las desbaratadas exigencias que imponía durante la grabación de 'Sálvese quien pueda' para Netflix.

Concretamente, el colaborador de 'Ni que fuéramos' ha contado como derrochaba en los restaurantes. Detalló algunos de los platos que pedía y cuyo precio ascendía a 450, 600 e incluso más de 2.000 dólares algunos de ellos, una cuenta a la que había que sumar "dos o tres botellas de vino de 700 euros cada una" elevando la factura "hasta los 5.000 euros".

La gota que colma el vaso en esta actitud de Terelu, que fue confirmada por la propia Belén Esteban en el programa, era el desprecio hacia tal gasto y que sellaba con un "que se jodan, paga la productora".

Las redes no han tardado en estallar ante este testimonio, reprochándoles que luego traten de aparentar ser personas humildes y asegurando que si no fuese por el legado de María Teresa Campos, otro gallo les cantaría.