Este miércoles fue un día especialmente complicado para Carmen Borrego. Su hijo José María Almoguera cumplía 34 años y, sin ningún tipo de relación desde que regresó de 'Supervivientes', ignoró la felicitación que la tertuliana confesó que le mandaría en una fecha tan especial.

A pesar de todo, e incapaz de disimular su tristeza por su ruptura familiar, la hija de María Teresa Campos cumplía con sus compromisos profesionales y se sentaba en el plató de 'Así es la vida', a pocos metros de su hijo, que trabaja en el mismo programa detrás de las cámaras.

Una cercanía -tan solo física- que provocaba que Carmen se derrumbase en directo y, rota en lágrimas, revelase lo durísimo que está siendo que su hijo la haya apartado de su vida sin darle ningún tipo de explicación.

Más entera ha reaparecido esta mañana en 'Vamos a ver' y, serena, ha explicado por qué se rompió en lágrimas al hablar del cumpleaños de su hijo: "Me derrumbo cuando verbalizo que hace 34 años... y pienso que me está escuchando arriba (en la sala de control del programa) y no puedo... creo que es humano".

"No quiero derrumbarme más en público, no me gusta" ha reconocido, anunciando que su intención a partir de ahora "es hablar lo menos posible del tema aunque sea actualidad y entiendo que me preguntéis". "Mi mensaje es el mismo, estoy aquí y voy a seguir estado" ha añadido, repitiendo lo mismo que ha transmitido a su hijo en las últimas semanas al asegurar que a pesar de su ataque en la revista 'Semana' cuando se encontraba en 'Supervivientes', nunca dejará de ser su madre ni de quererle.

Está convencida de que no solo ella, sino también José María, lo está pasando mal por su distanciamiento. Sin embargo, no se plantea acercarse a su hijo cuando coinciden en Mediaset para intentar acercar posturas: "Para mí montar un escándalo, montar un numerito ante la prensa o subiendo al control del programa no favorece a mi relación con mi hijo". "Mi distancia y mi manera de transmitirle a él mis sentimientos creo que es lo correcto porque imponerle algo sería incendiar", afirma.

Y es que como ha dejado claro, "conozco muy bien a mi hijo y creo que él lo está pasando mal, y que lo esté pasando mal le bloquea al tomar decisiones". "Tengo las esperanzas intactas de que esto tarde o temprano se va a solucionar. Es muy difícil, pero creo que la única solución es mantenerme al margen y la distancia porque además ya lo he vivido. Nosotros tuvimos un problema anterior y nos reconciliamos y no fue público" ha explicado, convencida de que intentar un acercamiento lo único que puede hacer ahora es "empeorar las cosas". "Conozco muy bien a mi hijo y sabré cuando es el momento" ha zanjado.

Una postura firme que no quita que Carmen lo esté pasando muy mal y haya confesado que "perder a una madre es terrible, pero perder a un hijo en vida no se lo deseo ni a mi peor enemigo".