Pasadas las diez y veinte de la noche del sábado, un si menor de guitarra reconocible por varias generaciones de fans de Héroes del Silencio iluminó la noche madrileña como un relámpago. Era el comienzo reconocible de “Entre dos tierras” surgido de las entrañas del Wizink Center, una de las canciones más importantes de la música en español a uno y otro lado del Atlántico, esa pieza con la que muchos aficionados del rock and roll dejan lo que sea que estén haciendo para saltar a la pista.

Sin retoques latinos, sin giros de cumbia o bachata o de cualquiera de las variaciones de ritmos latinoamericanos con los que el maño haya experimentado en los últimos veinte años, “Entre dos tierras” sonó a la original, la que encumbró a la banda de rock más influyente de España durante poco más de diez años de vida. Uno cerraba los ojos y recordaba a Juan Valdivia, a Joaquín Cardiel, a Pedro Andreu y a Enrique Bunbury en aquella despedida multitudinaria de la gira de regreso en 2007.

El aragonés se atrevió a abrir el Wizink a la totalidad del aforo. 17.000 personas abrazaron su regreso como testigos de ese momento en que la actuación de Bunbury se convirtió en algo importante, histórico, memorable, para el recuerdo, un yo estuve allí que se perderá en la noche de los tiempos y la memoria. “Yo pensaba que esto no volvería a ocurrir”, admitió el zaragozano, más empático que nunca, tocado de la humildad de quien ha visto las orejas al lobo y ya está libre de aquella primera arrogancia de juventud.

Tras dos años de parón por problemas de garganta y una minigira americana en dos fases, el aragonés resultó menos errante que nunca en su particular extranjero. Pletórico de voz y actitud, Bunbury arrasó. A lo largo de dos horas de actuación, el cantante sirvió un repertorio extraído de nueve de sus doce álbumes de estudio. El regreso a los escenarios se sostiene sobre su último álbum y sobre Expectativas, de 2017, y en menor medida sobre tres clásicos de HDS, la citada “Entre dos tierras”, “Maldito duende” y esa joya versionada de Más Birras titulada “Apuesta por el rock and roll”.