Las mujeres de O Forte dan vida al barrio

Unas 75 vecinas de este entorno cangués se reúnen por primera vez, siguiendo a los hombres que ya llevan 4 años

Algunas de las mujeres en la comida el sábado.

Algunas de las mujeres en la comida el sábado. / Fdv

El barrio de O Forte tiene su idiosincrasia propia, con fama de hombres temidos en Cangas, quizás por eso de que es el primer barrio en la entrada a la localidad y vivía a los pies de un mar, que en época de temporales llegaba hasta la puerta de las casas. Las familias de O Forte vivían siempre con las puertas abiertas, no hacía falta cerrarlas porque todos se conocían y los niños jugaban en la calle y en la playa de Rodeira, tanto hombres como mujeres., presumiendo siempre de su pertenencia al barrio. Pero también había sus riñas de cuando se iba con muchos baldes en la cabeza a la fuente de la calle para recoger agua para la casa, ya que no había agua corriente, y se generaban unas colas de más de 20 personas que hacía protestar y casi llegar a las manos en el vecindario.

Algunas de las 
mujeres de O Forte, 
en la comida.

Imagen que conservan los vecinos de la antigua fuente. / Fdv

El mar ahora ya no llega hasta las casas en el barrio porque el conocido como paseo de Rodeira lo ha separado, las viviendas no son las casas “vellas” de antes, con tristeza y nostalgia aquella fuente ya no existe y las viviendas ya no pueden tener las puertas abiertas, de par en par, por miedo a que entren extraños, Pero la unión de los vecinos sigue igual que hace más medio siglo por eso que los hombres, primero, decidieron hace cuatro años organizar reuniones anuales, a las que acuden, incluso, antiguos vecinos que ahora residen fuera de Galicia, como en Canarias; y este fin de semana lo hicieron las mujeres de O Forte por primera vez.

Las mujeres de O Forte dan vida al barrio

Una vecina con el balde de agua en O Forte. / Fdv

Unas 75 mujeres se reunieron el sábado en el Hotel Las Vegas en una comida con baile, siguiendo los pasos de los hombres del barrio, en la que se recordaron muchas anécdotas de aquella vida en O Forte, de cuando jugaban en lo que llamaban El Danubio, en donde hoy está la Casa de Cultura; y en los campos de aparejos y de tendales o la inmensa hoguera de San Xoán que se hacía.

Las mujeres de O Forte dan vida al barrio

La gran hoguera de San Xoán que se hacía en el barrio. / Fdv

Maruja, con 88 años, es un de las veteranas del barrio junto con su hermana, de 91. Ella nació y sigue residiendo en el barrio y el sábado estuvo en la comida de la que asegura que fue fabulosa por el hecho de poder reunirse y recordar cómo era antes la vida. Dice que las casas de no valían nada, eran “vellas”, pequeñas, recuerda la importancia de aquella fuente a la que iban a buscar agua y que un buen día se la llevaron, sin saber el motivo. Los vecinos creen que es un elemento del barrio que habría que recuperar.

Maruja recuerda con emoción la vida de cuando jugaban en la calle y cómo cuando se iban a trabajar a la conservera, dejaban la puerta abierta porque venía la lechera y entraba hasta la cocina para dejar la leche. Hoy, por desgracias, las puertas de las casas del barrio tienen que estar cerradas pero en la memoria de ellas están esos tiempos de una generación que vivió orgullosa de su barrio.

En agosto, los hombres de O Forte, entre ellos Antonio Iglesias, un apasionado de su barrio, volverán a reunirse y también se le espera al antiguo vecino que ahora reside en Canaras y coge expresamente el avión para estar un día en esta comida.

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