Las prostitutas de la red de Cangas “estaban controladas” en los pisos por cámaras con sonido

Según se refleja en la investigación penal de Fiscalía, las mujeres estaban obligadas a aceptar todos los servicios sexuales que M.C.M.y los demás denunciados concertaran con los clientes

Juzgados de Cangas.

Juzgados de Cangas. / Julio Santos Álvarez

La investigación penal del Fiscal elevada a la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Cangas apunta a 5 personas en la presunta trama de prostitución y explotación sexual de mujeres y blanqueo de dinero, entre otros delitos. Son M.C.M (las fuerzas y cuerpos de seguridad sitúan como la cabecilla de la trama), C.S.V., (pareja de la anterior) R.F.C y O.F.C. (ambos hijos de M.C.M) y P. F.F. (persona de confianza de la cabecilla). La denuncia de la nuera de la principal implicada acabó en cuatro detenciones que Policía Naciona y Guardia Civil realizaron en el mes de noviembre en una operación conjunta.

Señala el informe que según las pesquisas policiales, que parten de los testimonios de varias víctimas, M.C.M. se dedicaba a la referida actividad criminal, obteniendo lucro económico por ello y siendo la principal encargada de organizar y articular la actividad delictiva mediante la obtención de los inmuebles donde se desarrollaba, anunciado los servicios sexuales de las mujeres en web eróticas, acordando con los clientes esos servicio o pases y prácticas concretas a realizar por las mujeres, trasladando a estas de un piso a otro y gestionando la adquisición de drogas y otras sustancias como el medicamento de nombre comercial viagra para la venta a los clientes.

El Fiscal señala en los hechos que los hijos de M.C.M. y su mujer de confianza actúan en común acuerdo con la cabecilla y siempre bajo su dirección. “Existen sospechas razonables de que las condiciones que los denunciados imponen a las mujeres para ejercer la prostitución en los inmuebles de Cangas (calle Noria y lugar de Coiro) , Marín, Vigo (María Verdiales), Pontevedra (calle Santa Clara) y Sanxenxo (Luis Rocafort) son claramente abusivas, en tanto que suponen la disponibilidad de las mujeres durante todo el día, control de la actividad que se desarrolla dentro de los pisos por medio de cámaras que registran la imagen y sonido, obligación de las mujeres explotadas de aceptar todos los servicios sexuales que M.C.M. o los demás denunciados concierten con los clientes, incluidos aquellos que puedan entrañar un riesgo grave para la salud de las mujeres como el sexo sin preservativo, venta de drogas y de medicamentos sin receta, las mujeres que ejercer la prostitución no pueden dormir en las habitaciones de las viviendas que están destinadas a los servicios sexuales y se ven obligadas a hacerlo en el salón, hacinadas en varias camas o literas y amenazas de M.C.M. a las mujeres que se nieguen a seguir sus instrucciones, especialmente a las extranjeras en situación irregular a las que retiene la documentación”. También se recogen las denuncias presentadas por las mujeres que ejercieron la prostitución bajo las órdenes de los denuncias, las testigos protegidas TP01 y TP02.

La primera relata que llegó a España en el año 2017, sin autorización para residir en el país. Comenzó a ejercer la prostitución en julio de ese año en uno de los pisos que tenía bajo su mando la principal implicada de la trama de Cangas, sito en la calle Nicaragua, en Vigo. Señala que en ese piso también se dedicaban al comercio sexual dos chicos y dos chicas. El porcentaje que le correspondía a la TP 01 para cada pase sexual era el 50%. Por media hora el cliente pagaba 50 euros y 100 euros por una hora. Dos veces a la semana, según señala la Fiscalía, ella o sus hijos pasaban a recoger el dinero obtenido y un día a la semana hacía las cuentas con la TP01. Comenta la testigo que la jornada de trabajo era de lunes a domingo, las 24 horas del día, debiendo estar disponible todo ese tiempo. Tenía derecho a un día libre si quería, así como a salir a la calle a lo largo del día, pero siempre que no hubiera demanda de sus servicios. Debido a las jornadas agotadoras, señala que en alguna ocasión se vio necesitada de consumir cocaína, sustancia que facilitaba M.C.M. A finales de 2017 dejó de trabajar para M.C.M porque no le pagó el dinero que le correspondía, pero regresó en agosto de 2018 en un piso de Redondela, que regentaba también M.C.M.

“Ella no es la dueña del bar, como dice la nuera; lo tenía alquilado”

La nuera de M.C.M., que denunció la presunta trama de prostitución, explotación sexual y blanqueo de dinero, aseguraba en su declaración antes las fuerzas y cuerpos de seguridad que la cabecilla de la red era propietaria de un bar en la avenida de Bueu, en Cangas, que se utilizaba como tapadera y donde trabajaban como camareras algunas mujeres que traían sin papeles a España. Pero lo cierto es que el citado local no pertenece a M.C.M, lo tenía alquilado y hace un año que la verdadera dueña del establecimiento no le renovó el contrato tras los intensos rumores que había sobre lo que se hacía dentro del bar. Insiste mucho en que esto tiene que aclararse, porque puede dar lugar a malos entendidos. “Hace más un año que no renové su contrato. No sé porque su nuera afirma que era suyo este local”. Ahora mismo, es la propietaria del bar y su marido quienes los vuelven a regentar con ayuda de su hija. Comenta que cuando alquiló a M.C.M. el local no la conocía en absoluto, ni sabía a qué se dedicaba.

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