El “Virgem Dolorosa” naufragó sin oleaje y 12 nudos de viento: “Están traumatizados”

Tres muertos y otros tres desaparecidos en el mayor siniestro en la flota lusa desde el “Mar Nosso”

El buque pasó de operar con trasmallo a cerco

El armador: “Es inexplicable”

El "Virgem Dolorosa" naufragó sin oleaje

El "Virgem Dolorosa" naufragó sin oleaje / Francisco Germano Vieira

Lara Graña

Lara Graña

Eran las 3:06 horas UTC cuando el Virgem Dolorosa emitió su última señal vía satélite, de acuerdo al sistema de posicionamiento AIS (automatic identification system o sistema de identificación automática). Marcaba una velocidad de apenas 0,8 nudos. De no haber sido por la oscuridad de la noche, sus 17 tripulantes podrían haber atisbado sin dificultad la costa, de la que solo les separaban 1.800 metros. Desde que el pesquero salió del puerto de Figueira da Foz, casi a medianoche de este miércoles, mantuvo en todo momento una trayectoria firme y sin dificultades, a unos 10 nudos de velocidad, paralela al continente. Lo hizo durante menos de 20 millas. Por motivos que ya están bajo investigación del Gabinete de Investigação de Acidentes Marítimos e da Autoridade para a Meteorologia Aeronáutica (Gama), el cerquero zozobró. Las condiciones meteorológicas eran más que benignas, teniendo en cuenta los graves precedentes de la zona en su currículum de naufragios: soplaba viento del norte, con escasos 12 nudos, y las olas no llegaban a los dos metros de altura. Sin nubes, sin frío (17 grados). El Comando local da Polícia Marítima da Nazaré recibió la alerta a las 4:33 de la madrugada, hora portuguesa. El Virgem Dolorosa quedó quilla al sol.

“Están todos traumatizados”, refirió el armador del buque, António Lé, sobre los supervivientes. “Los compañeros que participaron en las operaciones de rescate quedaron conmocionados y la comunidad está devastada”. Once tripulantes han sobrevivido, tres fallecieron y otros tres están desaparecidos. “El oleaje que estamos experimentando aquí no es suficiente para que el barco se haya hundido. Las condiciones oceanográficas no son muy adversas”, constató en la tarde de este miércoles el portavoz de la Autoridade Marítima Nacional, José Sousa Luís. Tampoco había un exceso de personal a bordo.

La tragedia del Virgem Dolorosa arroja la nómina más elevada de fallecidos en un pesquero de pabellón portugués en 10 años, cuando el Mar Nosso –de capital gallego y base en Marín– también quedó quilla al sol al norte de Luarca. Murieron cinco de sus doce tripulantes. Nunca se aclararon las causas: “No es posible saber qué contribuyó a la pérdida de estabilidad” del buque, así como tampoco a la “entrada de agua por babor y consecuente escoramiento”, zanjó la comisión investigadora. El hundimiento del Mar Nosso se producía pocas semanas después del protagonizado por el Santa Ana, también de armadora gallega y bandera lusa, en el que fallecieron ocho de los nueve marineros. La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) aludió a la “falta de planificación de la travesía” y la “falta de atención de la persona encargada de la guardia de navegación” como posibles causas de que el arrastrero acabase devorado por un mar Cantábrico que, como esta noche el Atlántico, se presentaba aparentemente dócil para el trabajo a bordo.

El buque

De acuerdo a los registros oficiales de la Comisión Europea, el Virgem Dolorosa fue dado de alta como nueva construcción el 9 de abril del año 2003, con 24,2 metros de eslora y 6 metros de manga. Se registró de inicio como un pesquero dedicado al enmalle, con el trasmallo como aparejo auxiliar. En el año 2011 –aunque esto se notificó en enero de este año– el pesquero cambió su disposición de trabajo a bordo para operar como cerquero. Lo hacía con una embarcación auxiliar en la popa, equivalente a las pangas que utilizan los grandes atuneros, para distribuir el aparejo. El casco era de acero y el motor tenía una potencia de 405 kw; su capacidad bruta (gross tonnage) era de poco más de 86 toneladas.

“Esto es inexplicable. Es un momento de dolor, es un silencio ensordecedor. Hay muchas personas que todavía viven el sueño de que esto no sea cierto. Son sentimientos que preferiríamos ver en las películas que vivirlos en primera persona”, declaró el armador a los medios lusos. En la tarde de ayer los servicios de rescate evaluaron la posibilidad de entrar en el buque, aunque se descartó la opción por las condiciones de la mar. Los buzos sí que revisaron los aparejos, que rodeaban la estructura del pesquero, y confirmaron que no había cuerpos atrapados en ellos.

“Esta profesión, que tanto enriquece nuestra tradición marítima, también nos recuerda los riesgos y desafíos que enfrentan muchos de nuestros compatriotas, que merecen nuestro respeto y admiración. La pérdida de la vida de estos valientes hombres es una tragedia para todos nosotros”, manifestó el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa. Los fallecidos eran todos vecinos de Figueira da Foz y concellos limítrofes.

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