La flota gallega tendrá más cupo de bacalao en NAFO tras el fin a 32 años de moratoria

Canadá levanta un veto en dos áreas históricas que beneficiará, sobre todo, a los buques de Portugal

“Es una gran noticia para toda la flota comunitaria”, celebra Iván López

Cubierta de un buque de arrastre, desde el puente de mando.

Cubierta de un buque de arrastre, desde el puente de mando. / CEDIDA

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Los armadores veteranos llevan años y años diciendo lo mismo. Y las cifras están ahí. El histórico caladero que cubre la Organización de la Pesca del Atlántico Noroccidental (NAFO, por sus siglas en inglés) ya tuvo muchísima más importancia para Galicia y su flota pesquera que la que ahora tiene. Sin embargo, sigue siendo uno de los de referencia para grandes buques como el Río Caxil, que ayer mismo estaba en esas gélidas aguas situadas frente a Canadá, o el Playa Menduiña Dos, que rescató a los tres supervivientes del Villa de Pitanxo tras el naufragio de 2022, otro buque que faenaba en la zona. Allí se capturan gallineta, fletán o bacalao, especie que ahora se podrá pescar más tras una histórica decisión. Canadá anunció ayer el levantamiento de un veto que llevaba en vigor 32 años y que permitirá la captura de 18.000 toneladas de bacalao en dos de las zonas situadas frente a Terranova. “Es una gran noticia para todos, una pesquería que está creciendo en los últimos años en NAFO y que demuestra que el bacalao está volviendo a crecer”, resume el presidente de los bacaladeros de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), Iván López.

La captura de bacalao en aguas de Terranova es tan mítica para España como lo es la gran actividad de los arrastreros y pincheiros en Gran Sol. Sin embargo, la historia de esta pesca tuvo fuertes altibajos, que provocó que se pasase de las 56 embarcaciones bacaladeras que figuraban en el censo publicado de 1985, justo antes de la entrada de España en el bloque comunitario, a las cuatro que sobreviven hoy: Lodairo, Monte Meixueiro, Egunabar y Arosa Nueve.

En esos altibajos figura el colapso de la pesquería de bacalao, que obligó a tomar medidas drásticas para propiciar su recuperación. Uno fue el veto establecido en las divisiones 2J3KL de NAFO, cercanas a la costa canadiense, y que estaba en vigor desde 1992. Allí se llegaron a capturas pico de aproximadamente 810.000 toneladas, cifra registrada a finales de los años 60. Sin embargo, su colapso obligó a establecer ese “plan de reconstrucción” de la especie. De hecho, en la actualidad la flota dispone de una cantidad limitada a 11.708 toneladas, pero en la zona 3M, la más alejada del continente. De ellas, 5.585 corresponden a la flota comunitaria.

El fin a la moratoria fue anunciado ayer por la ministra de Pesca, Océanos y la Guardia Costera de Canadá, Diane Lebouthillier, que supondrá el establecimiento de un total admisible de capturas (TAC) de 18.000 toneladas para este año en aguas canadienses, pero que como explica López también tendrá su repercusión en el resto de las aguas de NAFO. “Se reabre un caladero histórico”, insiste el presidente de la Asociación Nacional de Armadores de Buques de Pesca de Bacalao (Agarba).

Según Iván López, armador del Lodairo, ahora es el turno para que la organización también levante la moratoria y se pueda decidir cuánto, cuándo y cómo se podrá capturar el bacalao en esa zona 2J3KL. “Si finalmente se reabre, hay un 5% del TAC que debería corresponder a los barcos de la UE”, comenta. De aplicarse el porcentaje sobre las 18.000 toneladas anunciadas por Lebouthillier, los barcos comunitarios podrían disponer de otras 900 toneladas.

Sin embargo, López también explica que lo más probable es que el grueso de la cantidad que se asigne será para buques de bandera portuguesa en base a un acuerdo que se firmó en 1992 y a las capturas históricas realizadas por esa flota en las zonas ahora reabiertas. “Ahora hay que ver si sigue siendo válido y si la UE lo va a aplicar; también si es para este año o no, porque Portugal lo va a exigir”, comenta.

Importancia

Sea como sea, el presidente de Agarba entiende que el fin de la moratoria es de por sí “importante de cara al futuro” por el desarrollo que puede tener la pesquería. En especial en un momento en el que la pesca de bacalao al otro lado del Atlántico, en la zona Neafc (Comisión de Pesquerías del Atlántico Nordeste) y Noruega, está decayendo.

La otra “lectura” positiva que hace el armador es que bien sea por las capturas de barcos lusos o gallegos, al final lo que sucederá es que entrará más bacalao comunitario a la Unión Europea. “Y es bueno depender menos de Noruega en el bacalao”, apunta López en relación a los problemas que Oslo está dando a la flota para poder capturar todas las toneladas disponibles en el Mar de Barents y, en especial, en el archipiélago de Svalbard.

Tercer descenso consecutivo por encima del 20% para la cuota que afecta a Svalbard

La buena noticia en aguas de NAFO para la flota comunitaria contrasta con las noticias que llegan desde el norte del continente, donde Noruega sigue aplicando una mano de hierro sobre las capturas del bacalao, acaparando y repartiéndose con Rusia su captura en el Mar de Barents y, por tanto, en el rico caladero de Svalbard. Ahora se propone un nuevo descenso de la cuota, el tercero consecutivo que está por encima del 20%.

Según explica el presidente de Agarba, Iván López, la propuesta es, concretamente, de una reducción del total admisible de capturas (TAC) del 32%, cuya decisión final dependerá de la comisión mixta ruso-noruega. Sin embargo, lo acordado entre Moscú y Oslo afectará de lleno a los buques gallegos, toda vez que un descenso del cupo de Barents repercutirá en las Svalbard.

El archipiélago está bajo dominio de Noruega desde 1920, momento de la rúbrica del Tratado de Svalbard, por el que los firmantes tienen un acceso equitativo a sus recursos. De la cuota que se puede capturar en esas aguas, a los países comunitarios les corresponde el 2,8% del total, si bien con la excusa del Brexit y la salida de Reino Unido del bloque comunitario Oslo decidió detraer un 0,8%.

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