Galicia echa la red del reciclaje

Gravity Wave, que transforma los restos de aparejos en muebles como mesas o bancos, negocia con la Xunta para instalar sus contenedores de recogida en toda la comunidad

Una de las mesas creadas con redes recicladas.

Una de las mesas creadas con redes recicladas. / FDV

La experiencia de Amaia Rodríguez en Asia –donde vio cómo playas teóricamente paradisíacas se ahogaban entre plásticos– fue suficiente para que aportase su granito de arena a la sostenibilidad del mar. Así nació Gravity Wave, compañía que fundó junto a su hermano Julen tras regresar a España y que hoy en día opera desde Calpe (Alicante) con el objetivo de reciclar las redes fantasma que enturbian los océanos. Liderada por jóvenes emprendedores, la empresa ya ha dado pasos en este sentido y el siguiente lo prepara en el territorio gallego: actualmente negocia con Portos de Galicia –organismo dependiente de la Xunta– para conseguir una autorización que les permita instalar sus contenedores de recogida en toda la comunidad.

“Queremos hacer este proyecto de la mano de la Administración”, asegura su responsable de puertos, Ignacio Martí, comentando a FARO que durante los últimos meses han firmado cinco convenios de colaboración en Aguiño, Cambados, Portosín, Ribeira y Vilanova de Arousa para recolectar los aparejos que son desechados y darles una nueva vida. Mediante los mismos, en pausa a la espera de que se alcance un acuerdo con la entidad del Ejecutivo autonómico, la firma valenciana colocaría depósitos en las proximidades de estos y otros fondeaderos interesados, aprovechando toda la basura que acumulasen para construir muebles como sillas o mesas.

Gravity Wave ya opera en otras zonas costeras de España, donde cuenta con contenedores que van vaciando según les dicen las entidades a las que prestan este servicio gratuito. “Tenemos un canal de comunicación y nos avisan si están llenos. Cuando todos los puertos cercanos se encuentran con unos volúmenes considerables, preparamos una recogida y se traslada a las plantas donde trabajamos (...). Allí se hace la clasificación, el cortado, el empaquetado y ya se empieza a procesar todo para finalmente poder empezar a desarrollar los productos que realizamos”, apuntan desde la empresa, que de conseguir el citado permiso en Galicia no descarta crear un punto de “prensado” en la comunidad para compactar el material y hacer más eficiente su transporte hasta el Mediterráneo.

Economía circular en el mar

Entre febrero y marzo, Ignacio Martí visitó el territorio gallego para establecer una ronda de contactos con el máximo número de cofradías y organizaciones de productores pesqueros. Aquí, cuenta, se sorprendió por la economía circular que gira en torno a las redes: por ejemplo al ver cómo en ciertos pueblos marinos las mismas son utilizadas en los huertos para proteger o delimitar los cultivos. Pese a ello, afirma que no todas acaban siendo reutilizadas, y en muchos casos son recolectadas por terceros que no declaran cuál es su fin. Eso si no terminan en el mar o en vertederos.

Respecto a la cantidad de desechos que se podrían reciclar en la comunidad, el responsable de puertos de Gravity Wave considera realmente complicado arrojar una cifra por el momento, puesto que “dependerá de muchas variables”. “Depende del tipo de arte, si hablamos de enmalle son aparejos que generan mucho volumen y poco peso, mientras que las de arrastre pesan mucho más”, explica asimismo, evidenciando que el propósito es predicar “una transparencia absoluta” sobre su gestión –empleando para ello diferentes mecanismos de seguimiento y de trazabilidad– y que desde luego lo que sí supondría –su entrada en Galicia– es “realizar una buena gestión de estos residuos”.

Un proyecto “favorable” para los ecosistemas

La iniciativa de Gravity Wave para transformar redes en muebles ha enganchado a distintas entidades gallegas que trabajan en la pesca. La catalogan como “un proyecto favorable” para el ecosistema de numerosas regiones gallegas, sustancialmente “comprometidas con la sostenibilidad” de su tierra y mar.

Así lo destaca el patrón mayor de la Cofradía de Portosín, Isaac Gaciño, quien comenta a FARO cómo hasta este momento iban almacenando los restos de sus aparejos en unas jaulas que se encuentran cerca de las inmediaciones donde faenan.

El objetivo con el ok de Portos de Galicia sería que esta situación cambiase y tengan un fin “100% sostenible”. “Vamos a dar nuestro apoyo a todo lo que dependa de nosotros para que el proyecto se desarrolle en las mejores condiciones”, asevera.

Banco de Gravity Wave en una playa española.   | // FDV

Banco de Gravity Wave en una playa española. / FDV

De igual forma se manifiesta María José Casais, actual gerente de la Cooperativa Santa Eugenia (OPP-83), indicando que en su área de influencia “la generación de restos de redes se da y es importante”. “Es necesario contar con un aliado como este para colaborar en la recogida de los residuos”, agrega.

Para el asistente técnico de la Cofradía de Pescadores de Cambados, José Carlos Mariño, es preciso también una “mayor implicación de las administraciones en la colaboración con las asociaciones del sector”, ya que los plásticos “forman la mayor parte de la basura marina que se encuentra en las rías” e interfieren en su actividad diaria.

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