La crisis del jurel deja un agujero en la facturación en lonja de la flota cerquera

Se vendieron 15.800 toneladas en 2022, la cifra más baja en una década | El alza en la pesca de sardina o en los precios medios ayudan a paliar la caída en ventas: 45,8 millones

Barcos de cerco amarrados en el muelle e O Berbés.

Barcos de cerco amarrados en el muelle e O Berbés. / MARTA G. BREA

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

El pasado fue un año difícil para la flota pesquera gallega. Ningún segmento estuvo exento de sufrir el problema generado en el alza del precio del combustible incluso con la bonificación de 20 céntimos impulsada por el Gobierno, pero algunos buques se vieron también dañados por otras situaciones ajenas a los problemas derivados de la guerra en Ucrania. El ejemplo más claro está en el veto a la pesca de fondo, que afectó –y seguirá afectando– de lleno al palangre de fondo o al arrastre. En el caso de los 150 cerqueros que hay en la comunidad, el mayor reto en el 2022 y en los próximos años tiene nombre: jurel. La especie volvió a escasear en la costa gallega, inundada de sardina, y las capturas fueron incluso inferiores que el año anterior. Los datos en lonja así lo reflejan: las descargas cayeron a su nivel más bajo desde hace una década con poco más de 15.800 toneladas, lo que redujo un millón de euros la facturación de la especie respecto al año anterior, que ya había sido muy malo, hasta los 17,6 millones de euros. La crisis del jurel creó así un agujero en las ventas de los cerqueros gallegos, solo paliadas en parte por el aumento de los precios medios y por la mayor abundancia de sardina o caballa.

En los últimos dos años, los armadores del sector vienen avisando de los problemas que tienen para encontrar el jurel, una especie que siempre actuó como refugio entre las campañas de otras como la caballa, la anchoa o la sardina. Aunque el pasado curso los precios medios de estas tres especies crecieron (la que más la xarda, que lo hizo en 50 céntimos, hasta 1,72 euros el kilo), el del jurel se estancó en los mismos 1,11 euros de 2021 pese a que se descargó una menor cantidad.

Las 15.800 toneladas que llegaron a la primera venta representan una cantidad un 6% inferior al año anterior, lo que dejó una facturación que se redujo en otro 6% frente a los 18,7 millones de entonces.

En 2022 las lonjas vendieron 15.800 toneladas de jurel

Entre las cuatro especies, las principales para este nutrido segmento de flota, la facturación en lonja se quedó en 45,8 millones de euros, un 1% menos, tras comercializar de forma conjunta 35.500 toneladas. Cabe recordar que el jurel también lo captura la flota arrastre de litoral, al igual que la sardina o la caballa la pescan barcos artesanales en menor cantidad.

Esta crisis del jurel, sin embargo, traspasa los datos alcanzados en las lonjas de la comunidad. Afecta de lleno, también, a las cuotas. Sin ir más lejos, los científicos proyectaban una cuota cero para el Cantábrico, que tras la reunión del Consejo de Ministros de Pesca el pasado diciembre quedó únicamente como pesca accesoria. Por eso, el sector demandó establecer una parada biológica voluntaria de 2 o 3 meses y desde la Secretaría General de Pesca apuestan por extenderla a casi 90 barcos, la mayoría (73) de Galicia, cuyas capturas dependieron los últimos tres años en buena medida del jurel.

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