Las mujeres son mayoría en el marisqueo a pie y representan la mitad de los 12.800 socios de las cofradías gallegas de pescadores. Sin embargo, su presencia en los cargos de gobierno de los pósitos sigue siendo minoritaria. Tras las elecciones de este verano, solo 13 de las 63 cofradías existentes en Galicia tienen al frente una mujer, una más de las que había antes.

"Son muchos años de lucha constante; el mar ha sido hasta ahora un mundo de hombres y hay mucho machismo; se ve a las mujeres como una amenaza; y en el sector del percebe, muchísimo más, porque hasta ahora se veía como una actividad de valientes, de hombres, donde escuece la presencia de las mujeres". Así de contundente se expresa la percebeira Susana González, la nueva patrona mayor de la cofradía de pescadores de Baiona, nueva en estas lides.

También se estrena en el cargo María José Vales, patrona mayor en Vilanova de Arousa, cofradía en la que ya tuvo cargos de responsabilidad en el marisqueo a pie. Curiosamente su marido, Fabián Martínez, es el presidente de la agrupación de marisqueo a flote. María José releva en el cargo a otra mujer, Evangelina Lago. Reconoce que en el mundo del mar siempre ha habido "algo de machismo", y cree que la mujer está preparada para asumir nuevos cargos de responsabilidad.

Mariscadora desde hace quince años, la nueva patrona mayor de Vilanova toma las riendas de una cofradía que, entre mariscadoras, tripulantes y armadores y bateeiros alcanza los 385 socios; un pósito en el que "ya hay mujeres que trabajan a flote y también va aumentando el número de hombres que marisquean a pie". Vales tiene muy claro que en la actualidad "las mujeres no somos ni más ni menos que los hombres, también en el mundo de la mar", y espera que cada vez tengan más oportunidades de demostrar su capacidad de gestión en los órganos de gobierno.

En la provincia de Pontevedra también están al frente de cofradías María del Carmen Cortegoso y María del Carmen Vázquez, en los pósitos de Vilaboa y Lourizán, respectivamente. Cortegoso no cree que vaya a tener problemas con los hombres por el hecho de ser mujer, entre otras razones "porque aquí son pocos y se portan muy bien", puntualiza. Los principales problemas de la cofradía pontevedresa, que cuenta con medio centenar de mariscadoras de a pie, son, en palabras de la nueva patrona mayor, "la falta de limpieza y el furtivismo". Es consciente Carmen Cortegoso que en su nuevo cargo tendrá más responsabilidades y deberá estar "un poco más encima de las compañeras, pero no sé muy bien cómo será todo porque todavía estoy empezando".

Mª Carmen Vázquez, por su parte, tiene ya experiencia en el cargo, pues desde hace seis años es la patrona mayor de Lourizán, una cofradía en la que están agrupadas unas 170 mariscadoras. "Hay algunos hombres, pero el 90 por ciento somos mujeres", comenta. Aunque el fuerte de la cofradía es el marisqueo a pie, actividad que realiza Mª Carmen, como patrona mayor ha tenido que conocer también los problemas de otros subsectores como el marisqueo a flote, la navaja y algún pesquero. "Llevo seis años aprendiendo. Los dos primeros fueron para ponerme al día en las artes que no controlaba. Tuve que aprender cosas nuevas que al principio me sonaban a chino", dice la patrona mayor de Lourizán, que espera que las mujeres tengan también más responsabilidades en la Federación Gallega de Cofradías, "porque si no, nos comen los hombres". Mª Carmen Vázquez, que hasta ahora era vicepresidenta 2 de la Federación Provincial de Cofradías, afronta su nuevo mandato al frente del pósito de Lourizán con la responsabilidad de luchar por "un sector que cada vez te exige más, por lo que hay que negociar con más fuerza ante la Administración".

La nueva patrona mayor de Baiona es percebeira desde el año 1998, una profesión que le viene de familia, hasta el punto de son cuatro las hermanas que se dedican a esta actividad. "Nuestros padres eran percebeiros, nuestras abuelas eran percebeiras nos viene de casta", señala Susana González.

En un mundo hasta ahora dominado por hombres, Susana comenta que las mujeres "traemos un cambio a la hora de organizar el trabajo; en general las mujeres somos mucho más constantes y perseverantes, y quizá tenemos la mente un poco más abierta. Entendemos que tiene que haber cambios a la hora de pescar, a la hora de comercializar, cambios a la hora de organizarnos. De hecho, durante los últimos años en los sectores donde nos hemos hecho fuertes ha habido cambios".

Un ejemplo es la iniciativa de las percebeiras de Baiona a la hora de comercializar nuevos productos. Constituyeron una sociedad limitada por 27 percebeiras y percebeiros para comercializar los primeros transformados de percebe en forma de conservas y patés. "Somos una referencia en toda Galicia desde hace años en cuanto a organización interna y a proyectos innovadores. Parece que las mujeres vemos un poquito más allá y nos anticipamos". Y alude a la situación actual de la pesca, "que se encuentra en un declive total, y o nos adaptamos a las nuevas circunstancias de la sociedad y del mercado o mal vamos; las pesquerías, por desgracia, están bastante castigadas".

En cuanto a las reivindicaciones del sector percebeiro, la máxima responsable de la cofradía de Baiona señala que lo que vienen reclamando desde siempre es un adelanto de la edad de jubilación, porque se trata de "un trabajo muy duro, que exige una buena condición física para desarrollarlo con un mínimo de seguridad; si te tienes que jubilar con 65 años, imagínate". Otra de sus reclamaciones es que se les reconozcan enfermedades profesionales, "que las hay y no se nos reconoce ninguna".

Faustina Solloso lleva 18 años como patrona mayor de la Cofradía de O Vicedo (Lugo), cuya actividad se centra en el marisqueo a pie y en artes menores, percebe, pulpo y enmalle. Cuenta con más hombres que mujeres, pero eso no impide que sea una mujer quien lleve la voz cantante. Se siente orgullosa del trabajo realizado a lo largo de estos años, como el hecho de que "las mariscadoras fuésemos reconocidas como trabajadoras del mar, incluidas en la Seguridad Social". Faustina, que trabaja en el marisqueo desde el año 1970, destaca de las mujeres "su capacidad de lucha para conseguir los objetivos que se propone", y tiene muy claro que "el mar no de los hombres, es de todos: de hombres y de mujeres".

María José Crespo, responsable de la cofradía de Miño, es también veterana en estas lides, pues es la patrona mayor desde el año 2001; es también vicepresidenta de la Federación Provincial. Considera importante que la mujer asuma responsabilidades en el ámbito profesional, "porque en el hogar siempre hemos gobernado". De todas formas señala que, tanto hombres como mujeres, lo importante es trabajar por defender los intereses del sector.

Otra de las veteranas al frente de una cofradía de pescadores es Teresa Carnero, patrona mayor de Mugardos desde 2002. En su pósito son mayoría las mujeres y antes de ella ya estuvo al frente otra mujer. En total forman parte de la cofradía unas 65 personas, la mayoría de ellas mariscadoras, aunque también hay siete armadores. Señala Teresa que en los últimos años hay cada vez más hombres en las faenas de marisqueo, de hecho en la adjudicación de los últimos permisos hubo tantos varones como mujeres.

Al igual que otras patronas mayores, entre los problemas del sector denuncia el furtivismo. "En la ría de Ferrol siempre hubo furtivismo, pero ahora hay mucho más; tenemos unos bancos marisqueros muy amplios y las dos lanchas de guardapescas son incapaces de controlar todo", afirma Teresa Carnero.

Dolores Bermúdez es la nueva patrona mayor de la Cofradía de Camariñas, de la que venía siendo vicepresidenta desde hace tres legislaturas, y presidenta de las mariscadoras desde 1997. Asegura que el nuevo cargo supone "una mayor responsabilidad, porque en nuestra Cofradía tenemos todas las artes, salvo la pesca de altura. Como mariscadora conozco bien mi actividad, pero tendré que intentar resolver también los problemas del resto de las artes, pues en total somos unos 300 socios".

Mª Carmen Suárez es una percebeira de Corme que lleva dos años como patrona mayor de Corme. Aunque en la cofradía la mayoría son hombres, el hecho de ser mujer no le ha supuesto ningún tipo de problema, "aquí no hay machismo, nos conocemos todos y hay mucha juventud". Se lamenta Carmen de que cada vez quedan menos mujeres mariscadoras en Corme, donde la actividad se centra exclusivamente en el percebe, tanto a pie como a flote, actividad en la que trabajan unas 86 personas. El principal problema que tienen es el furtivismo, "con el agravante de que después venden los percebes en el pueblo; también tienen culpa los que les compran. Falta vigilancia y un mayor control por parte de la Administración", concluye Carmen Suárez.

En lo que coinciden la mayoría de las patronas mayores de Galicia es en la necesidad de seguir luchando por sus derechos laborales y a cambiar la imagen "machista" que en algunos casos sigue acompañando al mundo del mar.