Zona Franca dona al Ejército todo el mobiliario del antiguo complejo de López Mora

Los propios militares estarán varios días cargando los muebles que pertenecieron a la vieja Caixanova

El Consorcio tiene previsto iniciar las obras para su centro de negocios a comienzos de año

El Ejército "vacía" el viejo edificio de Caixanova en López Mora

Marta G. Brea

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Si durante las últimas ha visto camiones militares desvalijando edificios sin actividad en el centro de Vigo no se asuste, no forma parte de ninguna nueva banda de asaltos o robos en la ciudad. El antiguo complejo de Caixanova ubicado en López Mora está siendo vaciado por el Ejército de Tierra como paso previo antes de convertirse en un centro tecnológico, de negocios y servicios promovido por Zona Franca.

Una vez definido el nuevo proyecto que llevará la firma de la arquitecta catalana Carme Pinós, el Consorcio ha decidido darle una nueva vida a todo el mobiliario y equipamiento que seguía en el interior del mismo.

Ordenadores, armarios, sofás o material de oficina fueron donados por el Ministerio de Hacienda –del que depende el ente dirigido por David Regades– al de Defensa. La sorprendente imagen de los soldados cargando con los enseres ante el edificio continuará durante varios días, garantizando así su reutilización y un ahorro a las arcas públicas en estas inversiones.

El nuevo edificio dibujado en el proyecto de “Novos Fluxos” incorporará una sala polivalente, guarderías, bajos comerciales y zonas verdes en su interior, bebiendo así de otros centros similares en toda Europa.

El concurso internacional para su diseño se resolvió en mayo del pasado año y el objetivo de Zona Franca es poder iniciar las obras a comienzos de 2025. A su vez se pondrá punto y final a uno de los retos afrontados por Regades durante el lustro anterior.

En marzo de 2021 la Universidade de Vigo se abría a adquirir el inmueble ocupado anteriormente por la antigua sede informática de Caixanova dentro de su plan para “mudarse” de vuelta al casco urbano. Sin embargo, y pese a tener el aval del rector y el Concello, no frutificó.