“¡Por fin un bus nocturno para la gente nocturna en Vigo!”

Es más cómodo, más barato, más seguro y más flexible. La ampliación de la línea C1 del transporte urbano de de la ciudad más allá de las once de la noche se ha convertido en la mejor noticia en el arranque del verano para cientos de jóvenes vigueses, quienes reconocen que “se les abrió el cielo”.

El bus circula cada media hora entre Plaza América, Torrecedeira, A Laxe, Policarpo Sanz, Urzáiz, Gran Vía y calle Barcelona. Aunque por ahora se limita a los viernes, sábados y vísperas de festivos, cuenta con la misma ruta que su “gemelo” diurno, los mismos precios, y muchas más posibilidades.

Vitrasa amplía el horario nocturno de sus rutas con la llegada del verano.

Ver galería

Casi 4.000 viajeros han empleado este refuerzo especial que crece cerca de un 4% a cada semana que pasa según el boca a boca lo va popularizando. Según destacan desde la gerencia de operaciones de Vitrasa el objetivo es crear nuevos hábitos y que se empiece a ver al bus como una alternativa real, dando cobertura a la demanda existente y a la generada. Todo ello con el verano y las vacaciones como contexto ideal para esta prueba.

Desde la primera salida a las 22:50 horas frente al CC Camelias el trasiego es bidireccional. Por una parte, decenas de jóvenes que van cargados con sus botelles y mejores outfits hacia Vinos, Areal o, muy especialmente, Churruca y Plaza de Portuga. “El N1 al final era o muy temprano o ya muy tarde para ir”, explica Mario González en su debut en la línea.

La descubrió gracias a Candela Santamaría, vecina también de la zona, y que valora el mayor número de paradas y zonas cubiertas además de la flexibilidad horaria. “Coger taxis es una locura, hay franjas que están vacías las paradas y teníamos que volver andando aún lloviendo a cántaros”, resume en un sentir general.

Pero mientras los gen z preparan todo lo necesario para las primeras fiestas de un largo verano –móvil con batería, cascos, accesorios, vasos, botellas...– el ritual es el contrario al paso por el kilómetro cero de la ciudad, especialmente en la Farola de Urzáiz. Hasta una veintena de boomers reciben aliviados un bus que les permite alargar el postre por el centro sin miedo a perder la última frecuencia, ahorrarse un aparcamiento o directamente, poder regar la cena con algún vino sin ningún remordimiento.

Esta imagen se prolonga durante las dos primeras horas de servicio con las apariciones esporádicas de trabajadores que vuelven en silencio de su jornada laboral o viajeros a la intermodal de Urzáiz con maletas.

La docena de frecuencias son cubiertas gracias a dos vehículos que emplean apenas 25 minutos en recorrer los seis kilómetros de la línea. La escasez de tráfico –solamente interrumpida por algún conductor “acelerado” acostumbrado a no encontrarse estos autocares– garantiza que se cumpla una de las máximas del transporte público: que sea fiable y puntual.

Servicio a más barrios y parroquias

El recorrido por Torrecedeira y el centro urbano es compartido con la otra prueba piloto para este verano. El N4 da servicio a barrios como Navia, Balaídos y O Calvario que, pese a su población y ubicación, quedaban fuera del tronco central del N1 de Buenos Aires a Samil.

Precisamente la falta de rutas es la queja unánime de quienes lo usan. “La frecuencia de media hora está bien y es suficiente” reconoce Sebastián Estévez al tiempo que Inés López añade a su lado: “Se agradece que por fin haya un bus nocturno para la gente nocturna”.

Esta vecina de Chapela ha esperado en más de una ocasión a la primera frecuencia del C3 a las seis de la mañana, por lo que cree que es conveniente añadir alguna frecuencia también a la que es, junto al C1 y la L4, la más empleada de la red.

A esta consigna se unieron también Nayaray y Andrea, vecinas de la Avenida del Aeropuerto que confiaban en que este refuerzo se realizara con la línea A que los conecta con casi todas las parroquias. “Estaría bien un bus para Ramón Nieto o zonas más apartadas porque por el centro puedes moverte más andando”, explica en referencia a las cuestas que le separan de las zonas de ocio nocturno y los 15 euros que suele pagar cada vez que tiene que tomar un taxi de vuelta.

Otras mejoras en marcha

Esta prueba se une a otras mejoras puestas en marcha por la compañía del grupo Avanza –que el próximo año afrontará un nuevo pliego y concurso para la concesión– después de la pandemia y, especialmente, la huelga que durante el último año marcó su servicio. Viajeros y trabajadores celebran esta “vuelta a la normalidad” y confían en que se afiance e incluso amplíe.

El alcalde de la ciudad, Abel Caballero, destaca que “con el autobús nocturno impulsamos la movilidad y la seguridad para las personas y en la conducción”. Desde el Concello también se ha puesto en marcha un servicio de parada a demanda para las mujeres en horario nocturno, permitiéndoles apearse de los autocares en el punto intermedio entre dos paradas que más les convenga y así reducir viajes en solitario por la calle.