La mitad de la producción viguesa de vehículos y componentes ya se exporta a bordo de camiones

La apertura de nuevos mercados por vía marítima y la saturación en puertos duplica en solo un año las expediciones por carretera | Las compras de piezas procedentes de Marruecos rompen barreras por los planes low cost del sector

La mitad de la producción viguesa de vehículos y componentes ya se exporta a bordo de camiones

La mitad de la producción viguesa de vehículos y componentes ya se exporta a bordo de camiones

Lara Graña

Lara Graña

La capacidad logística de Bouzas, su versatilidad y la apertura de nuevos mercados han permitido a Vigo superar los volúmenes de la mayoría de las dársenas españolas. No son tan pretéritos los tiempos en los que Santander era rival directa en la expedición de coches y, ahora, la dársena olívica ha registrado periodos de liderazgo a nivel nacional, por encima de las todopoderosas Valencia y Barcelona.

Hasta el mes de abril, por ejemplo, partieron de este muelle cerca de 223.000 automóviles en régimen de mercancía; equivale a 4.100 vehículos más a la semana en comparación con los valores previos a la pandemia. En este mismo periodo, las exportaciones de coches y componentes anotaron un valor superior a los 2.000 millones de euros, la segunda mayor cifra histórica –tras la de 2021–, de acuerdo a los datos oficiales de la Secretaría de Estado de Comercio.

Con una novedad más que relevante: casi la mitad de esta facturación corresponde ya a expediciones realizadas por carretera. En concreto, las ventas exteriores de la industria viguesa de automoción superaron, por esta vía, los 930 millones de euros en los cuatro primeros meses del año.

De modo que se dan dos escenarios en paralelo: por una parte, el de los récords mes tras mes en la salida de vehículos en buques ro-ro, desde Bouzas; por otra, la eclosión total de las exportaciones por vía terrestre. Así que no es que se haya producido un colapso súbito en la logística portuaria, sino que la frecuencia de tráficos marítimos es insuficiente para poder evacuar toda la producción de vehículos ya ensamblados y de componentes que parten del área de Vigo a factorías de todo el mundo.

Porque desde Bouzas no se expiden únicamente turismos y furgonetas fabricadas en la planta de Balaídos, toda vez que es una puerta de salida para modelos procedentes de otras instalaciones industriales.

Exportaciones por camión*

  • 2007: 245,68 millones €
  • 2009: 131,01 millones €
  • 2011: 184,4 millones €
  • 2013: 150,66 millones €
  • 2015: 149,26 millones €
  • 2017: 168,68 millones €
  • 2019: 258,16 millones €
  • 2021: 222,58 millones €
  • 2023: 478,87 millones €
  • 2024: 932,77 millones €

*Enero-abril de cada año

El hinterland de Vigo –entendido como la zona de influencia de sus terminales– es cada vez más extenso. Es evidente, en todo caso, que las tensiones logísticas en los puertos por la falta de espacios y líneas regulares –que forzaron el uso de terrenos de la Plisan o el cargadero de Rande para almacenar vehículos, un fenómeno no exclusivo de la ciudad olívica– han elevado la presión sobre las empresas de camiones.

Los mercados

La lectura de estos datos arroja múltiples puntos de análisis. De estos 932 millones de euros exportados vía terrestre entre enero y abril, más de 530 millones tuvieron Francia como destino. Aquí se produjo un vuelco claro, en detrimento de la vía marítima, porque en el mismo periodo del año 2023 las exportaciones a suelo galo por carretera apenas habían superado los 207 millones de euros. Pero hay dos casos más destacables.

El primero es el de República Checa, un país con un peso creciente en la producción automovilística europea: en su territorio, de nuevo por carretera, entraron productos de automoción made in Vigo por más de 18 millones de euros, seis veces más que hace un año. Marruecos, con 3,75 millones de euros, multiplicó por tres sus compras de componentes en la industria gallega. Esto es reflejo de una doble realidad: que las proveedoras de piezas asentadas en Vigo y área diversifican su clientela –reduciendo su exposición a Stellantis–, y que el propio grupo que preside Carlos Tavares está apostando sin miramientos por factorías asentadas en países de bajo coste.

Embarque de vehículos en la terminal de Bouzas.

Embarque de vehículos en la terminal de Bouzas. / Marta G. Brea

Aunque es totalmente residual en comparación con las expediciones por carretera y barco, las exportaciones de componentes por avión han experimentado también un crecimiento exponencial. A saber: hasta abril se superaron los ocho millones de euros facturados, un 74% más que en el ejercicio pasado.

Se repitió este fenómeno a la inversa, con la importación de piezas cargadas en aviones, debido principalmente a roturas en la cadena de suministros de semiconductores (chips): casi 3 millones de euros, dos veces más que antes de la pandemia; la mayor parte de los vuelos procedieron de China.

Suscríbete para seguir leyendo