La inclusión desde la yema de los dedos

La Biblioteca de la ONCE de Vigo cuenta con 900 títulos adaptados a braille, 800 películas con audiodescripción y un millar de obras disponibles para reproductores de sonido

La Biblioteca Braille de la Once en Vigo cuenta con un club de lectura

Pedro Fernández

Carolina Sertal

Carolina Sertal

“Marina estaba embarazada de casi, otra línea, cuatro meses. Punto y seguido. Ella lo había sabido y, otra línea, y no había dicho nada a nadie, ni siquiera a..., otra línea”. Las manos de Rogelio Estévez se deslizan despacio sobre una página casi blanca del grueso tomo que reposa sobre la mesa. Mientras repasa el código de puntos que sobresale en el papel, repite en voz alta ante el resto de sus compañeras y compañeros lo que “leen” las yemas de sus dedos. A su lado, Lorena Fernández también se anima a mostrar cómo el tacto le permite lo que sus ojos no y recorriendo los puntos en relieve accede al fragmento de una novela en la que hay “salseo”: “El segundo marido de mi suegra vigilaba de cerca al primero, debe de ser que no estaba muy seguro de que la relación con su mujer fuera simple y llanamente gastronómica”, dice con soltura arrancando las risas de la sala.

Como cada semana, toca nueva sesión del club de lectura en la sede de la ONCE en Vigo, y sus integrantes no faltan a la cita. Actualmente avanzan en la novela El bosque de los cuatro vientos, de María Oruña, y en la biblioteca aguarda por ellos Rocío Torres, quien explica que en la ciudad empezaron con esta actividad hace aproximadamente unos ocho años: “Solemos leer una medida de 20 o 30 páginas de braille a la semana. En la primera parte de la sesión se comenta y aclaran dudas y, en la segunda parte, cada uno de los participantes lee una parte de las obras”, apunta.

Participantes en el club de lectura de la Biblioteca Braille de la ONCE, ayer, en la sede de Vigo.   | // ALBA VILLAR

Participantes en el club de lectura de la Biblioteca Braille de la ONCE, ayer, en la sede de Vigo. / Alba Villar

Mucha Pereira es una de las lectoras veteranas y comenta que, al perder la vista con tan solo 30 años, cuando empezó a trabajar en la ONCE, “fue cuando empecé a conocer el braille. Estuve en un centro en Barcelona en el que me enseñaron y, como me gusta leer, empecé a venir al club. Nunca pensé que sería capaz de leer en braille, pero ahora me defiendo y la verdad es que leo mucho”, indica. Mucha también reconoce que, gracias a la experiencia de participar en este club de la entidad, ha tenido acceso a otro tipo de contenido. En este sentido, señala que, “antes, cuando veía, lo que más leía eran revistas, no era una cultureta ni nada, pero ahora leo libros preciosos. A Gabriel García Márquez, a María Oruña, a Isabel Allende... Me entretiene mucho y me encanta venir y comentarlos con mis compañeros, que son estupendos”.

La lectura es un área más que afecta a autonomía de las personas ciegas o con discapacidad visual grave y su acceso a la misma es fundamental para nuestra inclusión en la sociedad

Frente a ella, Rogelio Estévez relata que su aprendizaje del sistema braille comenzó a una edad más avanzada que en el caso de Mucha, puesto que unos problemas de retina lo llevaron a perder la visión pasados los 56 años, y destaca que “me afilié a la ONCE en el año 2019 y ya empecé con el braille. No tenía ningún tipo de conocimiento, pero esa era la única forma que tenía de leer, ya que para la tinta ya no tenía vista. Empecé en clases y en cuanto tuve soltura ya me vine para el club de lectura, en donde sigo aprendiendo. Además, la experiencia es muy buena porque nos apoyamos y hay buen rollo”.

En la actualidad, esta biblioteca viguesa guarda entre sus fondos 900 títulos adaptados a braille, 800 películas con audiodescripción y un millar de obras literarias en sonido, según afirma Rocío Torres, quien puntualiza que “el braille ocupa mucho; 500 páginas en tinta son unos nueve volúmenes en braille”, por eso hace referencia a que en la biblioteca digital existe un mayor número de títulos. Por su parte, la subdirectora de Apoyo en Vigo, Lorena Fernández, reivindica que “la lectura es un área más que afecta a autonomía de las personas ciegas o con discapacidad visual grave y su acceso a la misma es fundamental para nuestra inclusión en la sociedad”.

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