Una colección botánica digna de visita

El Concello organiza por segundo año consecutivo recorridos guiados por el entorno del Pazo Quiñones de León con motivo del Día Europeo de los Jardines Históricos

Los jardines del Quiñones de León, un lienzo floral y arbóreo para guíar los sentidos

José Lores

Carolina Sertal

Carolina Sertal

De torre defensiva frente a los piratas que asediaban la ría de Vigo en el siglo XV pasó a transformarse, dos siglos más tarde, en un pequeño pazo con una extensa finca de labranza. En el año 1850, tras hacerse con la propiedad, María de los Milagros Elduayen y el marqués de Alcedo, Fernando Quiñones de León, comenzaron a pasar los veranos en lo alto de Castrelos y fue ahí, a mediados del siglo XIX, cuando dio comienzo la reconversión del entorno natural del Pazo Quiñones de León que le otorgaría su aspecto actual.

Aconsejados por paisajistas portugueses, franceses, belgas y holandeses, entre otros, los marqueses de Valladares iniciaron entonces la plantación de especies monumentales y singulares procedentes de distintos continentes con el objetivo de diseñar unos bonitos jardines que en la actualidad albergan una importante colección botánica y que, con motivo del Día Europeo de los Jardines Históricos, el Concello de Vigo ha querido divulgar por segundo año consecutivo a través de recorridos guiados.

Participantes en la visita guiada en el "Roseiral".

Participantes en la visita guiada en el "Roseiral". / José Lores

En grupos de un máximo de 25 participantes, a lo largo de la jornada de ayer, decenas de vigueses y visitantes pudieron descubrir con un guía el patrimonio histórico, cultural y botánico que guarda el Quiñones de León. Desde los jardines de acceso, pasando por el denominado jardín francés, el “Roseiral” y el bosquete, para terminar en el jardín inglés, los participantes en la ruta botánica pudieron conocer de primera mano que el entorno del pazo está poblado de especies centenarias, tales como la tuya que da la bienvenida a los visitantes en el acceso al recinto o los palmitos chinos que se pueden encontrar en el jardín francés. Es precisamente en este conjunto ajardinado, situado en la parte trasera del pazo con la función efectista de dotar a la finca de mayor amplitud de la que realmente tiene, en donde se revela uno de los mayores atractivos de todo el parque, y es que en el interior del “falso laberinto” de boj luce la camelia “Matusalén”, un ejemplar plantado en Castrelos hace 160 años, pero que en realidad podría alcanzar los 210, puesto que procede de un jardín de Portugal, según destacó el guía de la ruta.

El recorrido continuó por el “Roseiral”, en donde el responsable de la visita puso en valor el cuidado a la hora de seleccionar las variedades de rosales presentes, que permiten disfrutar de un agradable paseo entre olores muy distintos. Asimismo, los asistentes pudieron descubrir, al fondo del jardín francés, una planta de hojas semejantes a las de la platanera que en realidad es un ave del paraíso, y también otros rincones que albergan un laurel romano o glicinias de entre 65 y 85 años.

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