Entrevista | Ainhoa Abaunz Integrante de Cantajuego

“Si hablas desde la inocencia o el amor, conectar con los niños es muy sencillo”

El grupo Cantajuego celebra su vigésimo anivesario con un espectáculo el próximo 14 de abril en el Auditorio Mar de Vigo

Abaunz, en uno de los conciertos de Cantajuegos.

Abaunz, en uno de los conciertos de Cantajuegos. / FdV

Lo que empezó como un trabajo pedagógico de guarderías se ha convertido, veinte años después, en uno de los espectáculos infantiles referentes en todo el territorio nacional. “Dio tan buen resultado que la gente empezó a utilizarlo en casa y empezaron a hacerse los conciertos porque hubo demanda. Al final no tiene otra finalidad que la educativa”, cuenta Ainhoa Abaunz, una de las integrantes desde hace 16 años de Cantajuego, que el próximo 14 de abril actuará en el Auditorio Mar de Vigo presentando su último espectáculo: “Burbujas”.

–En plena era de lo digital, lo tecnológico, con cientos de estímulos y alternativas para los niños, Cantajuego apuesta por un espectáculo que recupera esos juegos y valores tradicionales. ¿Qué van a mostrar en este espectáculo?

–Lo que vamos a proponer es una fiesta, un espectáculo lleno de música, diversión y juego en el que vamos a vivir un montón de aventuras con todos los niños en el que junto con las familias serán los grandes protagonistas. Además, a través del juego vamos a tener un aprendizaje, y en este caso nuestro espectáculo se llama Burbujas, porque cada cantajuego va a querer hacer su propia burbuja, se va a generar un conflicto, como puede llegar a pasar en el día a día, y entonces tendremos que hacer un trabajo para entender las emociones que nos pasan por el momento, aprender a reconocerlas y también aprender que todas son necesarias y que hay que convivir con todas ellas.

–En estos veinte años, Cantajuego ha llegado a muchas generaciones de niños, ¿es más complicado interactuar, conectar, con los niños de hoy en día?

–Yo llevo 16 años formando parte de Cantajuego y aparte de ser artistas que sabemos estar en un escenario, cada uno de nosotros somos pedagogos y especialistas en educación; maestros tanto de teatro como de baile o canto. Entonces sí que es verdad que la sociedad va cambiando, ahora tienen muchos más estímulos, mucho material digital... Y por eso nosotros hacemos un trabajo por recuperar los libros, lo valiosos que son; y al final nuestro secreto es sentirnos un niño más y hablar en su idioma. Respetando a este niño que llevamos dentro, podemos comunicarnos con ellos y responderles. La verdad es que toda tecnología o distracción se va, porque te identificas con ellos y sabes jugar con su mismo “idioma”.

–¿Es complicado llegar a ponerse en la piel de un niño?

–No porque al final es volver a recuperar la ilusión, la inocencia, la fantasía, volver a soltar un poco las responsabilidades y dejarse llevar por ese punto divertido de fantasía que todos llevamos dentro. Si realmente nos quitamos ese juicio que tenemos y simplemente te enfocas es querer enseñarles algo desde un punto de vista muy puro, muy de verdad y recordando que un niño es libertad, amor... Si hablas ese mismo idioma, nada es complicado. Lo que pasa es que hay que prestarles atención; el niño es tan sumamente sincero que en el momento en el que no le guste algo o se aburra, te lo va a decir. Y en eso estamos muy pendientes.

–¿Son los más pequeños un público agradecido? Decía que cuando algo no les gusta no dudan en demostrarlo, ¿y cuando sí les gusta?

–No hay agradecimiento más amoroso y más fiel que el de un niño. Ellos hablan con los ojos, te sonríen a través de los ojos. Te hablando siempre desde el corazón y es una pasada. Cuando terminamos los espectáculos siempre salimos a saludar y es uno de los momentos más especiales que vivimos en nuestro shows. Y ahora que cumplimos 20 años han pasado muchos niños, pero la gente sigue viniendo y nos dicen que llegamos a ser parte de su familiar y hay muchos adolescentes que después de nuestras actuaciones se acercan al teatro solo para saludarnos porque para ellos somos una parte de ellos. Lo recibimos con una emoción increíble.

–¿Hacia dónde irá su espectáculos en el futuro? Hablaba que con el bum de las pantallas digitales, ahora están tratando de recuperar los libros, en 10 o 15 años que la tecnología estará más implantada, ¿a dónde le gustaría que derivasen sus espectáculos?

–Al final nosotros tenemos que adaptarnos a lo que fije el momento. Si se lleva lo digital, pues nosotros también trabajamos con ello. De hecho trabajamos con DVD, estamos en Youtube, a los espectáculos también llevamos pantallas, es decir, incorporamos lo que la sociedad demanda en ese momento. Pero a la vez también le damos su valor a todo lo que nos ha funcionado, por ejemplo los libros o canciones. La música también ha ido evolucionando y ahora se escucha mucho reguetón, pues también lo usamos en los show. Eso sí, cuidamos siempre el mensaje que queremos transmitir. Hagamos lo que hagamos nos adaptaremos a la sociedad pero poniendo en valor el trabajo en equipo, la alegría, el respeto y cuidado a nuestros abuelos... Hay cosas que nunca vamos a olvidar.

–Son valores que quizás en el día a día de muchas familias, por motivos de imposibilidad de conciliación, trabajo, etc., quedan relegados a un segundo plano.

–Efectivamente; vivimos en una sociedad en la que lo queremos todo de forma inmediata y fácil, y dejamos de ser conscientes de los pequeños momentos de la vida. Por ejemplo, llegar a casa y jugar con el niño. Vamos tan corriendo, tan a la prisa... Es importante parar un poco, ver lo que tenemos, el valor de las pequeñas cosas; desayunar juntos, jugar juntos. No había que olvidarse de estas cosas.

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