El móvil aún viaja en la mochila del colegio

Los institutos siguen requisando teléfonos a diario pese a la normativa que prohíbe su uso: “El gran cambio lo notamos en los padres, ya no hay protestas”, dicen los centros

ALUMNOS SALIENDO DEL CENTRO EDUCATIVO EL UTLIMO DIA DE CLASE ANTES DE LAS VACACIONES. JOVENES CON SUS MOVILES.

ALUMNOS SALIENDO DEL CENTRO EDUCATIVO EL UTLIMO DIA DE CLASE ANTES DE LAS VACACIONES. JOVENES CON SUS MOVILES.

La vuelta al cole tras las navidades llegó con un protocolo bajo el brazo: los centros educativos prohíben el uso del teléfono móvil en todo el recinto, incluyendo las entradas y salidas, el tiempo del recreo o incluso en las actividades extraescolares. Ante esta medida, se presuponía que el móvil desaparecería de los centros escolares. Nada más lejos de la realidad.

La normativa caló hondo en los institutos y los equipos directivos así como en el claustro en general, que endurecieron el control sobre el alumnado si bien no supuso un gran cambio para su funcionamiento porque la gran mayoría ya limitaba por completo su uso a necesidades pedagógicas a instancias del profesorado.

Pese a ello, los móviles siguen entrando en los colegios, viajando en las mochilas y, en varias ocasiones, asomando en el aula cuando parece que el docente no mira. Y decimos solo parece porque prácticamente a diario se siguen requisando terminales, que son devueltos al alumnado cuando terminan las clases. “O nivel de requisa de móbiles está igual que antes. Todas as semanas facémonos con algún, non se pode dicir que sexa todos os días pero sí entre 5 ou 6 móbiles á semana. A dependencia dos mozos co móbil si que non se quita con unha medida”, especifica Emilio González, director del IES Rosais II.

A su criterio, la gran diferencia con la que se han encontrado está en la permisividad, o mejor dicho en la ausencia de, por parte de los progenitores. “Antes si tiñamos protestas por parte das familias porque non estaban de todo de acordo con que lles quitásemos o móbil o querer ter un contacto directo con eles. Agora entenden a situación e non son tan permisivos”, explica González.

En el barrio de Coia, los equipos directivos del IES Alexandre Bóveda e IES Álvaro Cunqueiro también refrendan esta misma tendencia. “Siempre tuvimos una política muy restrictiva al respecto por lo tanto no hemos notado mucho el cambio. A mayores de lo que ya teníamos, se ha prohibido también en las extraescolares y en el exterior del centro. Los alumnos lo saben pero no son muy consecuentes, aún se siguen requisando; estaremos entre 3 y 4 móviles a la semana”, explica Beatriz Varandas, directora del instituto vigués, quien además refrenda que el uso del móvil no ha generado ni genera “problemas de convivencia” en el ámbito educativo. “Tenemos muchos otros problemas más graves que el uso de los teléfonos móviles”, confirma.

En el caso de su vecino, la vicedirectora Malores Villanueva, también refrenda esta ausencia de cambios y mantienen la misma tendencia en cuanto a requisar o quitar móviles en clase. “Non temos nin máis nin menos casos. Non notamos un gran cambio porque xa era a política que viñemos aplicando ata agora pero ampliada as extraescolares”, tilda la también docente.

Por la contra, en otros institutos que sí tenían medidas más laxas hasta este 2024 sí han notado una menor presencia del teléfono entre los alumnos, si bien todavía no es nula. “Creo que desde la introducción de la medida se ha requisado un único móvil. Estamos todos muy pendientes, insistimos mucho... Los alumnos son conocedores de la medida e impera el sentido común”, comenta Marta Ramada, vicedirectora del IES Politécnico, centro con mayor complejidad que en el resto ya que también se imparten ciclos de Formación Profesional, donde buena parte del alumnado ya es mayor de edad.

En el IES de Teis, a raíz de un claustro celebrado a inicios de curso, se decidió por mayoría que el móvil podría usarse en el patio del colegio durante las horas de recreo, limitando su uso al resto de la jornada lectiva. Con la nueva medida impuesta por la Xunta, su prohibición ya es total y el alumnado está siendo muy consecuente con ello. “Para nosotros sí hubo un cambio. Pasamos de poder usarlo en algunos momento a nunca. Hacemos muchísimo hincapié en ello, y aunque los alumnos parece que en el recreo se aburren, buscan nuevas formas de ocio que son más recomendables. Ahora hasta los ves jugar”, cuenta Agustín Sobral, director del instituto de Teis.

Lo cierto es que el uso de este y otros dispositivos electrónicos en el recinto escolar fue advertido por orientadores escolares como contraproducente. Estos profesionales recomendaron a las familias de alumnos con edades comprendidas entre los 3 y los 16 años “eliminar o reducir al máximo” el uso por parte de los niños del teléfono móvil, tablets o consolas, poniendo sobre la mesa las consecuencias que suponen para la salud mental del menor así como a su capacidad cognitiva o de aprendizaje.

Estas son por las que el cerebro permite aprender, prestar atención, memorizar, hablar, leer, etc., y a la vez son las que se ven más afectadas por el uso antes de tiempo de las tecnologías digitales o pantallas interactivas. “Hasta los 16 años no se dan las condiciones mínimas para que sea la persona la que usa el móvil y no al revés”, explican los orientadores de varios colegios.