Ana María Mejías se perfila como la próxima delegada de la Zona Franca

La concejala viguesa, vocal del Estado en el Consorcio, lleva las riendas de la institución de manera provisional desde el cese de Regades en junio

Tiene el respaldo de Caballero

Ana María Mejías, con el alcalde, el pasado junio.

Ana María Mejías, con el alcalde, el pasado junio. / Ricardo Grobas

José Carneiro

José Carneiro

Uno de los cargos públicos más codiciados de Galicia –por su peso económico y también por su remuneración– está a punto de dejar de estar vacante: el de delegado/a del Estado en la Zona Franca de Vigo. Y la persona que se perfila para coger las riendas del Consorcio no es otra que la ingeniera viguesa Ana María Mejías Sacaluga, concejala en el Concello y una de las cuatro vocales del Estado ya en la Zona Franca, según ha podido saber este periódico. De hecho, Mejías, de forma provisional, ha sostenido el timón de la institución desde el cese del anterior delegado, David Regades, el pasado junio para ir como candidato en las elecciones generales del 23-J como cabeza de lista del PSOE por Pontevedra. A Mejías la avala su dilatada experiencia como profesora e investigadora de la Universidad de Vigo en Ingeniería Industrial y cuenta con el beneplácito del alcalde de Vigo y presidente de Zona Franca, Abel Caballero.

La Zona Franca, como ocurre con el Puerto, el Ayuntamiento o la Diputación, es una de las grandes instituciones de la provincia, con un peso económico determinante al ser la principal entidad generadora de suelo empresarial y sostener toda una red de centros de negocios, incubadoras y aceleradoras de empresas de reconocido prestigio dentro y fuera de Galicia. Además de por ser la casera de Stellantis. Y por su capacidad de inversión: solo este 2024, según las cuentas presentadas en diciembre, 73 millones de euros. Por su poderío económico e influencia, el cargo de delegado/a del Estado siempre ha sido un caballo de batalla entre los dos principales partidos políticos del país, y desde las filas populares, tras la remontada de las municipales el 28-M, se daba por descontado que volvería a manos del PP, algo que no ha sido así. Con el Gobierno de coalición de nuevo en Moncloa, el Consorcio sigue bajo el control de los socialistas (las cinco zonas francas españolas dependen directamente del Ministerio de Hacienda), con Abel Caballero como su principal representante en Vigo.

A falta de que se confirme su nombramiento, la persona elegida para ocupar ahora el puesto es Ana María Mejías, que ya estos últimos años ha sido vocal del Estado en el Comité Ejecutivo y en el Pleno de Zona Franca, y que de forma provisional ha estado ejerciendo como delegada tras la salida de Regades al Congreso. Su formación y trayectoria como docente e investigadora en la UVigo la avalan. Mejías es Ingeniera Industrial por la ETS de Ingenieros Industriales de la Universidad de Vigo (1993) y Doctora Ingeniera Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid (2001). A nivel académico es Profesora Titular de la UVigo desde 2003 en el Departamento de Organización de Empresas y Subdirectora de Organización Docente/Jefa de Estudios de la Escuela de Ingeniería Industrial de manera ininterrumpida desde marzo de 2004 hasta este año.

Sus líneas de investigación principales se centran en el Lean Manufacturing/Mejora continua –uno de los sistemas de management que la automoción gallega tiene como doctrina desde hace más de veinte años–, la Responsabilidad Social Empresarial, la Gestión Sostenible de la Cadena de Suministro y, más recientemente, en la trazabilidad y las tecnologías facilitadoras. Ha participado en más de 10 proyectos de investigación en concurrencia competitiva y otros proyectos de transferencia y cuenta con una patente en explotación. Además, es coautora de más de 30 papers en revistas indexadas y ha participado en más de 50 congresos internacionales.

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Con 77 años de historia a sus espaldas, la Zona Franca es sin duda uno de los motores económicos de Galicia. En sus cinco parques empresariales (Bouzas, Balaídos, Valadares, A Granxa y Porto do Molle, a los que se suma ahora de forma compartida con el Puerto y la Xunta, la Plisan) se genera buena parte del Valor Añadido Bruto (VAB) de la provincia, con varios miles de empresas con decenas de miles de empleos cualificados entre las que destaca Stellantis. La multinacional automovilística no tiene naves en propiedad, todas son arrendadas al Consorcio, que además del alquiler cobra un canon de producción y recibe, a mayores, parte de lo que aporta Stellantis a las arcas públicas a través del Impuesto de Sociedades, el llamado “recurso financiero”.

Cinco parques empresariales, dos centros de negocios en Porriño y Nigrán y un tercero en ciernes en Vigo, en las antiguas instalaciones de informática de Caixanova en López Mora; y una nutrida de red de incubadoras y aceleradoras de empresas que fomentan y ayudan a crecer al tejido emprendedor gallego, entre las que destacan VíaGalicia, la BFAuto, la HighTechAuto o VíaTextil, dan una idea del potencial vertebrador económico del Consorcio, que este año maneja un presupuesto de 106 millones de euros, reservando 74 para inversiones.

Competencia “low-cost”

Con todo, la generación de suelo industrial sigue siendo, como hace 77 años, una de sus principales misiones, sobre todo desde que Portugal se ha convertido en una amenaza competitiva de primer nivel con sus precios low-cost. De hecho, buena parte de esos 73 millones en inversiones son para ampliaciones y mejoras de polígonos (Balaídos, PTL-Vigo, Bouzas y A Garrida).

Otros proyectos prioritarios este año para Zona Franca son la fábrica de chips fotónicos de Valadares (en alianza con la Universidad), a la que destina 1,73 millones, el desarrollo del World Car Center (11,4 millones de euros) de Portanet (un edificio que estará volcado en la industria del automóvil cuyo diseño inicial tuvo que modificarse para adaptarlo a la norma urbanística), y La Panificadora (5,2 millones), cuya rehabilitación lleva años paralizada. 

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