La Universidad lanza una red internacional para innovar en biotecnología azul

El proyecto europeo Marinnonet implica a instituciones y empresas de España, Portugal, Irlanda y Francia | La UVigo lidera otra iniciativa para analizar los efectos de la acidificación

Daniel Rey, Belén Rubio y José Luis Soengas, ayer. |   // DUVI

Daniel Rey, Belén Rubio y José Luis Soengas, ayer. | // DUVI / r.v.

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La UVigo lanzó ayer dos proyectos en el ámbito de las ciencias marinas –uno europeo y el otro nacional–, que implican a socios de varios países y cuyos objetivos son mejorar las capacidades de innovación y transferencia en torno a la biotecnología azul y analizar el impacto biológico y social de la acidificación costera.

La iniciativa europea Marinnonet está liderada por el Centro de Investigación Mariña (CIM) e integra a instituciones y empresas de España, Portugal, Irlanda y Francia. Cuenta con una financiación de 2,3 millones de euros y su responsable es el catedrático José Luis Soengas.

El consorcio busca potenciar la biotecnología en tres ámbitos: una acuicultura eficiente, sostenible y resiliente; tecnologías ómicas de observación para preservar la biodiversidad marina y restaurar la salud de los océanos; y productos marinos para aplicaciones industriales

La vicerrectora de Investigación de la UVigo, Belén Rubio, señaló ayer que el proyecto constituye “una promesa para el avance de la biotecnología que será clave para la sostenibilidad futura del espacio atlántico”. Por su parte, Daniel Rey, director del CIM, destacó que muchas de las colaboraciones ya existían en el marco del Campus del Mar e iniciativas previas como BlueBioLab, lo que ofrece garantías para el éxito de esta nueva red “y el avance de la investigación marina”.

Ambos participaron en la reunión de lanzamiento de Marinnonet celebrada en el edificio Redeiras de O Berbés junto con el investigador principal, José Luis Soengas, quien mostró su confianza en que la red alcance “grandes éxitos y se mantenga en el futuro”.

Por otra parte, durante la mañana de ayer también arrancó el proyecto ACID, una iniciativa multidisciplinar que utilizarán las rías de Vigo, Muros y Noia como laboratorio natural para medir el impacto biológico y social del acidificación costera. Está liderado por tres investigadoras y su novedoso enfoque incluye la perspectiva de género en la evaluación de las amenazas derivadas del cambio climático.

La iniciativa está financiada con cerca de 200.000 euros hasta 2025 a cargo del plan estatal de investigación y cuenta con la participación del IIM-CSIC, la Universidad de Cádiz e instituciones de EE UU y Finlandia.

La investigadora principal es Cristina Sobrino, del grupo de Oceanografía Biológica, que analizará los impactos de CO2 en la comunidad microbiana planctónica de las rías. Inés Álvarez, de EphysLab, explorará un modelo numérico para generar mapas locales. Y Elena Ojea, responsable de Future Oceans Lab, se centrará en el impacto económico y social.